REPERTORIO AMERICANO 223 Poemas de Fernán Silva Valdés De la obra Poemas nativos. Rio de la Plata. MCMXXV.
Agencia de Librería y Publicaciones. Montevideo Buenos Aires LEYENDA DE LA FLOR DE CEIBO Me lo dijo un indio viejo y medio brujo que se santiguaba y adoraba al sol: los ceibos del tiempo en que yo era niño no lucian flores rojas como hoy.
Prosigue envuelta en polvo la rústica carreta; lleva un dolor de ejes como un dolor de huesos; rueda tembleque y rota de tanto dejar cargas al portal de los pueblos, tal como esas mujeres viejas y enflaquecidas de tanto dejar hijos al portal de la vida.
Pero al otro dia. vidalitaylo encontramos muerto, pobre chingolito vidalitayay! vidalitay.
Pero una mañana sucedió el milagro. es algo tan bello que cuesta creercon la aurora vinios al ceibal de grana, cual si por dos lados fuera a amanecer; VI Enfrente a una carreta me voy sintiendo niño. pesar de su facha claudicante y grotesca, y su andar sin premuras, su andar de caracol, tiene algo de alado y algo de tiempo antiguo: y todo porque un buey se llama golondrina. y porque otro buey se llama picaflor. era que la moza más linda del pago, esperando al novio, toda la velada, por entretenerse se había pasado la hoja de un ceibo por entre los labios. hoy mi guitarra vidalitaytiene nueva voz: la del chingolito vidalitayque en ella murió.
ALMA EN PENA ARBOL DORADO Entonces los ceibos, como por encanto, se fueron tiñendo de rojo color.
Con el sombrero gacho puesto sobre los ojos, por el campo, en la nocl:e, sin saber hacia dónde voy andando, andando, detrás de la estrellita roja de mi cigarro.
Tal lo que me dijo aquel indio viejo que se santiguaba y adoraba al sol.
11 En mi tierra hay un árbol de oro y espinas. oro y espinas, todo un simbolo de América. como un moderno conquistador.
oro de buen olor, yo me enriquezco de él LA CARRETA He pasado tres veces por el mismo sendero, y tres veces me he herido en las mismas espinas, andando, andando, detrás de la estrellita roja de mi cigarro.
Entre dos picaneadas viborea la hilacha musical de un silbido. Mañana los vecinos dirán y con razón. prendiéndole a la Virgen un cabito de velaanoche por el campo anduvo una luz mala; anoche por el campo anduvo un alma en pena!
Dando mezquina sombra vive años y años, sin leyendas que lo hagan ni mejor ni peor; el invierno lo deja desnudo y el buen tiempo lo viste con borlitas de sol.
Bien florecido alumbra, yo me encandilo en él; parece un candelabro de mil luces doradas que se ilumina solo, como de adentro a fuera; para la velada de la primavera.
CANTO DE CHINGOLO pasa dando tumbos la rústica carreta. Trae bueyes manchados y el carrero de siempre, que es un poco compadre y otro poco romántico; usa tras de la oreja un caliente clavel colorado; monta un caballo lerdo y esgrime la picana con soltura en el brazo; esa brava picana con la que ha tiempo viene desde los horizontes naranjas o encarnadosazuzando a los bueyes y midiendo el largor de los pagos.
Es tan maravilloso que al verlo amanecer asi encendido, pienso que la noche anterior los bichitos de luz han estado de fiesta durmiendose olvidados de apagar su farol.
Pobre chingolito. vidalitay lo tomé del sucio, no podía volar. vidalitayporque estaba enfermo.
Raro destino el suyo, ser bello y luego útil; muerto para el paisaje nacer para el fogón, y arder en bragas toda una faz de la luna. envidiable destino, ser cada vez mejor! pasa dando tumbos la rústica carreta.
Un arroyo risueño quiere atajarle el paso con su cinta celeste; caen al agua las ruedas, y el arroyo que es bueno. pagando bien por malcon su propia agua herida le va colgando flecos.
HOMBRES RUBIOS EN NUESTROS CAMPOS Con mi mano grande. yidalitaycon mi mano ruda, le hice una caricia. vidalitaypor sobre las plumas.
Hombres de ojos azules y de rubia cabellera que vienen a juntar su vida a la vida nuestra y el oro de su pelo al de nuestra bandera. más allá es un cerro que la convida al ocio mostrándole de lejos sus piedras de colores que son como cristales que le han sobrado al cielo.
111 No teniendo jaula. vidalitayen donde ponerlo, lo eché en la guitarra vidalitayy se quedó quieto.
Hombres de ojos azules que vienen a sembrar trigo en nuestros campos y a ser trigo ellos mismos con su color dorado.
Mas la carreta no repara en ello porque lleva al costado otra cosa más linda, otra cosa mejor: la boca del carrero, viva y húmeda, frunciéndose en silbido o abriéndose en canción.
IV.
Su melancolía de emigrantes se ha de hermanar muy bien con la melancolia sensual de nuestros paisanos y de nuestras palsanitas.
Bitibio bio vidalitaya la media noche, bitibio bio vidalitaylo oímos cantar. el carrero entre canto y silbido se da a soñar y a fantasear: la hora de la tarde, un rancho. una ventana cuadriculando un rostro que se escondió fugaz, y entre las dos arrugas de su frente curtida aquella ventanita es como un ojo más.
Sus pañuelos de vivos colores han de ser como flores entre nuestros pastos; y sus nostálgicas canciones, y sus vistosos bailes regionales de figuras bizarras, se van a colorear de blanco y de celeste al influjo de nuestros pasados pcricones y del moño romántico que usaban las guitarras.
Lic. MANUEL GRILLO hijo Mientras el hombre sueña las yuntas laboran hundiendo la pezuda y aguchando el testuz; bajo la mayúscula que hacen pértigo y yugo parece que llevarau más que una Tuna cruz. De la Universidad de Loyola, La. EE. UU. Atiende toda clase de análisis médicos: ORINA, SANGRE, HECES, ESPUTOS, PUS, JUGO GASTRICO, Etc.
en su LABORATORIO CLINICO de a 11 a. y de a p.
Hombres de ojos azules y oro en la cabellera; cuando una criolla rubia sea la flor del pago habrá una alegria nueva en los campos uriguayos. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica