REPERTORIO AMERICANO 219 RETRATOS ESPAÑOLES Don Miguel de Unamune De La Nación. Buenos Aires No espere el lector encontrar aquí un ya esos pajaritos que le dieron motivo, comentario más sobre la personalidad en uno de sus libros primeros, para esmás destacada hoy en las letras españocribir un tratado de cocotología. sino las. El autor quisiera reducir su tarea a toda clase de seres; toda clase no, porlo mínimo; a crdenar unas estampas en que la evolución, en su habilidad tocanque se aparezca, a través de diversas sente a tal arte, va, como toda evolución sibilidades y en el transcurso de los tiemnatural, más lenta que su pensamiento: pos, la persona corpórea, que no la litehay seres naturales que todavía se reraria, de nuestro don Miguel de Unasisten a su ciencia y dominio del papel muno; si es que en Unamuno se pueplegado.
den separar una de otra, y no es cabalEs curioso cotejar ese testimonio del mente el contenido de lo que da forma conocimiento de sí que nos entrega Unaal vaso, contra las leyes de la física.
muno con los testimonios ajenos, como Ningún escritor menos objetivo que lo es el juego de personalidades que anadon Miguel de Unamuno, presente en liza el autor en el prólogo de sus novecada obra suya desde el núcleo conceplas ejemplares. Qué soy yo para mí, tual hasta los más menudos pliegues de para los demás, para Dios? Unamuno, superficie. ello así en su labor lírien cuanto persona, es, para Unamuno, ca, de poeta o de filósofo, como en los un complejo de ángulos agudos que dan más desprendidos personajes de sus nocarácter a una cabeza redonda, sólida.
velas y de sus dramas, en aquellos que Curioso retrato, de veinte años ya, el le piden, como a creador, albedrío para de Ramón de Zubiaurre, que le represenvivir con vida propia. La amnipresencia ta, pluma en mano sobre las cuartillas, de Unamuno en sus escritos da a la obra en una Salamanca de cielo encendido, coentera del escritor esa apariencia una y mo si oyera la palabra de aquellas piecontradictoria que es la existencia indidras doradas, tal como él lo escribió: vidual en el hombre privado.
Miguel de Unamuno De entre tus piedras seculares, tumba Desde su juventud, una cristalización. Por Juan Echeverria) de remembranzas del ayer glorioso por decirlo así, de todo lo externo, desde entre tus piedras recogió mi espíritu de el arreglo de la cara, con las gafas que fe paz y fuerza.
prolongan el mirar en largo avance, si amigos. Las manos en los bolsillos del guiendo el doble rasgo imperioso de la amplio saco azul obscuro a cuerpo, aun El pintor de los remeros de Ondarroa nariz y barba, hasta el vestir, singular en invierno, Unamuno en ese retrato, de ha retratado aquí a este otro remero, en su traza, sin otro vivo sobre el azul los días de la guerra europea, aparece remero contra todas las corrientes, en marino del traje cerrado que un blanquí tal como es, tal como sigue siendo, ene. un momento que parece de creación lísimo cuello blanco, ha dado de la figu migo de cambios externos, él que en lo rica. Las cuartillas de Unamuno han de ra de don Miguel de Unamuno su as íntimo es todo cambio y lucha, inmuta ser, en ese retrato, de poesía; de esa pecto único y propio. Los años apenas ble también en esto de cambiar y luchar, poesía densa, y sin halago más que para han hecho más que restar cierta soltu constante en su perpetua agonía. pa el más alto sentido que se agrupa en ra a las líneas del cuerpo, ágil a fuerza decirlo con la expresión que él el tono juvenil de Poesías y que le ha de sobriedad sin contemplaciones, y blan prefiere.
dado, después, bravas flores de yermo qucan barba y cabello en vivo vellón. Si lo comparamos con el dibujo, no para sus amores y más bravas saetas Fuerza y recogimiento a la par, seve muy reciente sin duda, que él hizo de sí, para sus iras civiles.
ridad y franqueza juntas, ninguna con con esa facilidad de dibujante que él tie Otro retrato de Daniel Vázquz Díaz temporización con modas corrientes; al ne en mucho y que se une al arte de nos le presenta entregado, con un libro contrario, fuerza contra corriente: esto escultor en papel con que fabrica no sobre las rodillas, más que a la lectura es lo que se ve en la persona de a la meditación. Los rasgos ausUnamuno, desde el primer enteros de la persona no tienen el cuentro. Los que le hayan leído ímpetu que ha visto Zubiaurre.
dirán si no ocurre lo mismo con Todo el retrato es en su tonalicuanto escribe, dad gris, más encerrado y reBuen modelo para pintores, ha cóndito. En el paisaje de montentado a cuantos tienen ánimo tañas, centro del cual es la fipara investigar, frente a un hombre, su carácter profundo. Mugura, gravita la preocupación del.
chos artistas de España han llepensador. Yo pondría este revado a sus lienzos los rasgos del trato al frente del Sentimiento gran perisador. Algunos se han trágico o de la Agonía dei quedado en cercanías. Quién ha cristianismo.
penetrado más adentro, sin que De él uno cualquiera de los el respeto le cohibiera, antes que trazó Juan Echeverría el bien, empleándolo como lámpaúltimo terminado poco antes de ra que le aclare el camino. que la muerte llamara, en pleno Diſícil sería señalar uno u otro trabajo, al pintor. va la distanentre los muchos. He querido escia que media entre lɔ momencoger unos cuadros, que nos dan, táneo y lo permanente. Vázquez en cierto modo, la evolución do Díaz da permanencia a un insla personalidad, y partir de un tante, como buen retratista. Coretrato fotográfico que nos muesmo buen retratista también, Juan tra a namuno en el Retiro de Echeverría se encara con el moMadrid, departiendo con otro delo para arrancarle su expregran vasco, el pintor Zuloaga, sión definitiva.
que no ha dejado de incluirle Están trabajados, los más de en el cuadro, no terminado aún, Unamuno esos retratos, en largas horas que reune a sus más íntimos (Por Ramón de Zubiarre)
de coniunicación de estos últi. ra Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica