264 REPERTORIO AMERICANO Juan León Mera, maestro de cultura nacional 1832 1894 De América. Quito En uno de los pensiies de la altiplay universidades: el latín para fundanicie andina del Ecuador, por gracia del mentar el conocimiento de la lengua macielo y predilección de la naturaleza, a terna y de las hermanas romances, que la ribera de un río que en la antigüedad más tarde le serían familiares; la doctripudo llamarse sagrado, por la fortuna na cristiana desde la encantadora superde su destino, en Ambato, en la orilla ficie del Catecisino, hasta el fondo teoseptentrional del dichoso río, surgieron lógico y la profundidad mística; la dos poetas, dos literatos, de los mayores historia y la geografia universal y en de América, nacidos el mismo año gloespecial la de Patria, las ciencias del rioso 1832. En la hoya florida del Amcálculo de la especulación para las rea.
bato, desde La Liria hasta Atocha y lidades de la vida y la adivinación del Ficoa, fueron las andanzas de contemmisterio del mundo. Al repasar parte siplación y de meditación de aquellos dos quiera de la obra de Juan León Mera, famosos ingenios, dispares por muchos asombra comprobar la elasticidad con accidentes, pero altamente enamorados que su talento alcanzó casi todos los code la belleza y cncariñados con el estunocimientos, con el guión al frente de dio, por vocación irresistible: Juan Monun criterio de rectitud sencillo e impetalvo y Juan León Mera.
cable: nunca se aventuró por los atajos En aquella misma vega, en un rincón de la hipótesis y vana exploración, ni de paraíso, habitaba también un patriararrancó el hilo de oro que le retenía adca de la cultura. Don Nicolás Martínez, herido al árbol de la fe que es la razón tío de Mera, y daba lustre a la ciudad suprema que explica lo que ésta no aciery a la comarca Don Pedro Fermín Ce.
ta a definir.
vallos, que más tarde debía historiar Juan León Mera Apologista, escoliasta, publicista y ecoparte de la vida de nuestra nación. Llenomista, tanto como esteta, historiador, gó a ser este oasis sede y asiento de la novelista, geógrafo, hombre múltiple, enmentalidad de la patria, como corolario ciclopedia de asuntos nacionales, casi de un antecedente decisivo en los oríge.
xix, espíritu de elevación superior al completo Mera representa como una nes de la cultura nacional el anteceden ambiente coetáreo, que hoy mismo no de las grandes montañas ecuatoriales, a te de que en Ambato, por mano de los es comprendido por las escuelas que no una de las cumbres geográficas, que ficivilizadores jesuítas se fundó la pridistinguen lo permanente del clasicismo jarı el relieve intelectual de la nación.
mera imprenta del Reino de Quito. Del y romanticismo dos corrientes que emsuelo donde se asentó la imprenta, bropujaron la nave del arrogante poeta del Este ingenio de tan honda raíz en el tó el genio, por generación de cultivo Guayas otro río de aguas de milagro terruño debió ser y fué nacionalista liintelectual.
para engendro de artistas y genios. terario antes que todos y sobre todos.
Desde Olmedo, astro central en la priBien que disponiendo del escaso material mera edad republicana, en que figuraliterario de la época y dentro de la ceron secundariamente pocos ingenios, ora La vida de Mera, sencilla, sin acci. rrazón del horizonte contemporáneo, no dores, polemistas Mejia, Rocafuerte, dentes ni curvas, se reduce a la del ma pudo dar plenitud vital al nacionalismo Solano se hizo un largo y denso cre nantial en el imperceptible declive de literario, tímido aún para aplicarse a lo púsculo como de veinte años, ingratos una pradera.
diario, a lo visto y sentido, sin que se sobre todo a la poesía, flor temprana de No conoció a su padre sino en algo acuda a situaciones de ficción e inverola inteligencia, que se anticipa a la gra como visión lo propio que González similitud, los recursos de la arqueolonazón de la mics, en casi todas las ci Suárez. La orfandad así todavía más des gía literaria, ni a la saturación libresca.
vilizaciones.
valida. La madre viuda de un vivo En lo que triunfó magníficamente fué Perduró la campaña de pluma del Pa. sustituyó valientemente al padre. Ella en el cuadro, en tratar el paisaje en ledre Solano, al principio casi solitario, modeló la índole del hijo único, con ayu. tras, en trasladar el alma a los objetos, hasta que aparecieron en el estadio de da de la abuela: una y otra, mujeres para sentirlos, acariciarlos y llorarlos: la prensa los periodistas de Cuenca, de temple castellano, diestras en las dilacrimae rerum.
Cueva, Malo, los Borrero, Bravo, Parra, ligencias todas de vivir, sacerdotisas de Mera diseña con maestría los especy en Quito, Pedro Moncayo, Herrera, Jo la casa, maestras en la escuela domés táculos naturales: las vistas de la gi sé Modesto Espinosa, Julio Zaldumbide. tica, directoras de la labranza campesi gante cordillera y de los colosos de nieDe la Nueva Granada nos vino des na, tanto como en las faenas de la in ve, el cielo que extiende sobre el manto pués una colonia intelectual, la de Be. teligencia, y sobre todo, expertas en la de nubes estriado por la tempestad en lisario Peña, Ortiz Barrera, Pereira, ciencia y la economía de la conducta. llamas, el abra de las montañas desgaGamba. Antes adoctrinaba, polemizaba Mera se formó, por ministerio de aque jadas para dar paso a las rabiosas aguas e historiaba Irizarri, autor de una de las llas buenas e inimitables mujeres, apro que se desprenden de las cordilleras, se más célebres monografias históricas so vechando además el consejo y las insi precipitan en la cascada y se hunden en bre el asesinato del Mariscal de Aya nuaciones de cultos personajes de su el abismo; la maraña de la selva pricucho. familia: Martínez, Váscones.
mitiva, los ríos que en angulosas vueltas En esta penumbra que no coincidía El caso de Mera, más que el de Mon de serpiente de plata, ondulan en el boscon las ya brillantes muestras de lite talvo, fué de auto educación. El niño, que tropical, las lagunas donde la luna ratura de la Nuova Granada, de Vene entrañado con los espectáculos de la na se mira para temblar sobre las linfas, la zuela, aparecieron Montalvo y Mera. turaleza y el amor del paisaje, tuvo por quietud majestuosa de los parajes desoHijos de su propio esſuerzo, estos ta. escuela el campo, por lienzo para las lados, la lejanía de las nieves eternas, lentos significaban también caracteres de primeras imaginacione la celeste llanu. contempladas desde los miradores de la perseverancia y fortalēza, hoy casi des ra, por música acariciadora, la del río tierra baja. Cuando otros cscritores desconocidos, en la laxitud y molicie a que natal y el viento, prisionero de amor en deñaban el cuadro de la tierra propia, so1. costumbres literarias y el edén suyo, mundo único y refugio lazábase él en prosas y versos, copiando.
aun las de otros sectores de la vida. del alma.
para delectación suya y para emocionar En aquel mismo tiempo, tronaba ya Portento de formación la de un tra. a los conterráneos rebeldes, las imágey relampagueaba, en el hospitalario Pe vieso niño que a poco había de apren nes de la belleza natal, con escrúpulo nirú, el potente lírico Numa Pompilio Llo der, en la escuela de la soledad, todo mio de pintar mediante observación perrestaurador del soneto en el siglo lo que ento ces solía darse en colegios (Pasa a la página 267)
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