REPERTORIO AMERICANO 351 Walter Scott, caballero de Escocia.
ña. Lo heroico y lo popular cantaría por su boca por todo el mundo; glorias escocesas correrían por sus libros euando se anunciaba el volar victoriano. Su pluma de poeta caballeresco se clavaria en la proa de su isla, navegante de todos los rumbos. En la mitad de la trayectoria entre Burns y Kipling, Scott buscaria, aún a costa de su romanticismo, ser el paladin de la universalidad un poco convencional, es cierto de Escocia.
José María Alfaro propósito del centenario de.
Viene de la página 345 Viene de la página 345 más que un Roberto Burns para aficionarse a ta de la frase goethiana en la vecindad de la las lunas escocesas. es que Burns, al hacer. muerte de ambos.
se todo el carne y sangre de Escocia, acuchi Walter Scott, como buen caballero, serviLaba los caminos del mar del Norte. Pero ya ria fielmente a su dama Escocia. Desde Edimno quedaba sino cobrar la pieza que había burgo buscaria los caminos del Sur de la sido herida en pleno vuelo. Walter Scott, isla, haciendo a los ingleses que penetraran en buen caballero, la exhibiria en el puño de su la arisca carne escocesa. De él en adelante poético sentir.
todo seria aire inglés sobre la Gran BretaSin embargo, la ruta seguida hasta llegar a Scott no había sido excesivamente fácil. él mismo hubo de darle Alemania mejor aún: Goethe en el momento decisivo de su salto del salto del poeta un aliento que venía con el Sturm und Drang buscándole resonancias de su propio suelo. El préstamo se lo Sir Walter Scott tenía años y años de habia devuelto Mackenzie, cuando en 1788 le descansar con sus antepasados entre las enseñaba a través de sus palabras, la Alemaruinas del monasterio de Dryburgh nia nueva. Once años más tarde el caballero cuando, en mayo de 1851, Macaulay viescocés, a quien sus compañeros llamaban Duns Scotus, al acometer la traducción del sitó la gran Exposición londinense. Nun Gotz de Berlichingen. daria ya de cara con ca vi, escribió Macaulay. nada que su insobornable solera de Escocia.
arrancase a hombres de toda edad, de toTodo le serviría a Walter Scott: lo que era das las clases, de todas las naciones, adhistoria y lo que no lo era; lo que era poe miración tan unánime y genuina. Se.
sía y lo que jugaba en la distancia de las poé.
refería al Crystal Palace de acero y viticas fronteras. Desde Ramsay, peluquero antes y librero después, plebeyo siempre en el drio. Sentía que me embargaba el ánifácil halago a lo pretendidamente popular, mo la verdadera elocuencia, o cosa parehasta Lady Wordlaw, que hacia surgir entre cida! luego, el dia de la inaugurasus ardides de pastichista la gracia de Har ción: Entré al edificio; visión gloriosa; dyknute. todo habría de ser utilizado. Adevasta, llena de gracia, por encima de los más, a Walter le acechaba lo caballeresco que ensueños de los cuentos orientales. No se le enredaba en su pluma, soplándole para.
las largas navegaciones.
creo que los Césares dieran jamás espec: De las baladas habia llegado a decir: Hadtáculo más espléndido. Me quedé desdyknute fué el primer poema que conocí y lumbrado por completo, y me sentí como el último que olvidaré pasarja Scott a crear cuando entré a la catedral de San Pedro.
su propio ambiente en sus novelas. De su vo ¡Qué viejo es eso! Raro que no tenga cación de anticuario le quedaria esa minucio un siglo. De la misma época, del mismo sidad para ir haciendo con aire de bardo el año, casi del mismo día, es esto de Carcontorno de sus narraciones. El caballero lyle: Crystal Palace. oh dioses. Ya estaba ya sobre sus armas, para la mayor está por quedar acabado, y gente barbugloria de Escocia, correria sobre la romántica da comienza a llenar nuestras calles, toEuropa, sin perder ese sosegado aire con que habla de pintarle Laurence, como queriéndodas las naciones se amontonan entre le hacer carne de aquel. Ohne Hast, One nosotros con su mentada industria y baRast. que ofreciera, en unión de los mejores surería ostentosa. Los vagos de Londres escritores de Inglaterra, a Goethe en vuel no dejan día feriado de apiñarse en Hyde Park en redor de este extraño edificio.
Mi carácter loco me hace huir de ese lugar monstruoso.
Al Crystal Palace y cuanto representa la mentada industria y la basurería ostentosa. el radio también. lo juzgaremos mañana. Ya lo creo que lo juzgaremos. Carlyle es de actualidad intensa Pero eso es del corazón del conflicto. Al margen, donde se puede soñar, donde es posible ser joven, donde nos es dado recoger flores olorosas y de lindos colores, y bañarnos en aguas frescas, cristalinas, y isi ser joven lo dice todo. las novelas de la serie de Waverley, las baladas Marmion, La dama del lago, todo Sir Walter, nos esperan, nos llaman, nos halagan, nos revestirán la vida del encanto que es lo único por lo que se la puede vivir.
Persiles San José, diciembre del 1932, INDICE Pasta.
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Pasta 50 Erich Kaestner: Emilio y los detectives.
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3, 50 Antonio Robles: Cuentos de las cosas de Navidad. Pasta 50 Juan Lagarde El huerto escolar. 00 Antonio Robles: Veintiseis cuentos infantiles. tomos. Pasta. 50 Fabre: Los destructores, Pasta 00 Fabre: Costumbres de los insectos. Pasta. 00 Fabre: Los auxiliares. Pasta. 00 Robert Louis Stevenson. La casa solltaria.
Pasta 50 Robert Louis Stevenson; Aventuras de un mayorazgo escocés. Pasta. 50 Miguel Angel Asturias: Leyendas de Guatemala 50 Cuentos de Waguer, traducidos por Daniel Jorro Pasta. 00 Euis Joubin: Metamorfosis de los animales marinos. 00 Oscar Wilde: El príncipe feliz y otros cuentos y La casa de las granadas. 50 Jenofonte: La expedición de los diez mil. Anábasis. tomos. 25 Bulwer Lytton: Los últimos días de Pompeya. Novela. 50 Carlos Dickens: La vida y aventuras de Nicolás Nickleby: tomos. 00 Héctor Malot: Sin familia. Novela. tomos 00 Globe Wernicke Co.
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