58 REPERTORIO AMERICANO de Kasim. en el sonido final del vocablo en esa conjunción árabe de la y de la eme, que trae recuerdos de un oriente enjoyado, vecino de Bagdad, halló el autor, la virtud cabalística entre la palabra y la cosa que era imprescindible para que su tallador de diamante fuere todo lo completo que requería la calidad maestra de la narración. ahora dos palabras para finalizar.
No he querido, con esta breve charla dar recetas para nadie. En ese caso no valdría la pena, haberla realizado, ni que Uds. me hubiesen escuchado. Pero ocurre muchas veces que el descontento de nosotros mismos cuando creamos, surUna encrucijada de la civilización El hombre y la técnica este respecto el último libro de Oswald Spengler titulado El hombre y la técnica suscita las más interesantes cavilaciones. Pero antes de aprovechar en esta coyuntura el libro de Spengler quiero recordar, con permiso del auditorio, ciertas ideas constantes en un libro publicado fuera de Colombia por un peregrino de esta nacionalidad. En ese libro figura un estudio intitulado La civilización manual destinado a señalar la importancia de la mano en las conquistas espirituales y materiales designadas con el título todavía un tanto ambiguo de cultura o de civilización. El autor innominado llega a sostener en tal ensayo, que es más considerable y de seguro más evidente la obra de la mano que la del cerebro en la evolución del espíritu humano. Spengler, en el libro a que me he referido, desenvuelve la misma tesis y la lleva más adelante. A1 pensamiento del ojo que es la mirada escudriñadora del animal predatorio, se ha añadido, dice; el pensamiento de la mano. La obra de la mano pensante la llamamos hecho. la obra de los animales es mera actividad. Desde cuándo, pregunta el analista de las culturas, desaparecidas o en decadencia, desde cuándo existe el animal de presa capaz de realizar inventos. Desde cuándo existe el hombre? Qué es el hombre? Cómo ha venido a serlo? La respuesta dice: por la aparición de la mano.
Con la sagacidad propia de su análisis y haciendo uso de la copiosa documentación que le ha suministrado a su memoria adamantina y sin límites la historia de todas las culturas, Spengler sigue el desarrollo de la mano en su empeño cultural, prolongada en el arma, multiplicada en los inventos del siglo xix, maravillosamente desenvuelta con sus mismas creaciones en los ingenios mecánicos del siglo xx. Quiero traducir, una página de su obra más reciente, en la cual está compendiada la tendencia general de sus argumentaciones.
La técnica esotérica Pertenece a la trágica condición de esta época que el pensamiento humano ge de estos pequeños problemas que grado de civilización a que han llegado nuestra pereza deja por resolver y nues algunas naciones o parte de ellas, micntra vanidad considera como simple matras más extensa es en ellas la activinía de neurasténico.
dad mecánica y más se ha desarrollado Mas si vemos las mismas observacio la máquina en sus servicios a las necenes del fuero interno, repetidas en los sidades humanas, más apremiante va demás, advertimos desde entonces que siendo la miseria general. Donde él hamposeen: una validez objetiva y nos apli bre ha avanzado ayudada por los descamos a zanjarlas. Si esto se consigue, cubrimientos y sutilezas de la técnica, el entonces sí vale la pena de que yo haindividuo o la sociedad están más opriya hablado y Uds. me hayan coníerido midos por las leyes económicas. Inglateel honor de escucharme.
rra, Alemania, los Estados Unidos saxoamericanos, Italia, Suecia, están empeGuillerſo Estrella ñadas en la solución de una crisis con (De La Vida Literariá. Buenos Aires. caracteres de catástrofe. sin embargo, ante las miradas del hombre desprevenido parece como si la crisis no debiera existir. Hay en Alemania seis millones de hombres sin trabajo, cuya situación amenaza la existencia de la forma repu(Concluye. Véase la entrega anterior)
blicana en ese vasto imperio. Las fábridesencadenado no alcanza a captar tocas de calzado, merced a la capacidad y das sus consecuencias. La técnica se ha perfección de las máquinas dedicadas a hecho esotérica a la manera de las altas la producción de ese artefacto, están llenas hasta el techo y no pueden colocar matemáticas, de las cuales se sirve, y así como las teorías de la física, que subdien el mercado sino una parte mínima de vidiendo sin misericordia las abstracciosu obra. La máquina ha superado con su actividad y su producto los cálculos de nes de la apariencia han llegado sin advertirlo a las bases fundamentales del la inteligencia humana, y entre tanto, a conocimiento. La mecanización del mun.
causa sin duda de otro error de cálculo, do se encuentra en una hora de tensión empiezan a verse en Berlín mismo y desde luego en los campos y en las pequemáxima. La imagen del planeta con ñas ciudades más excéntricas de Alemasus plantas, animales y hombres se ha trasformado. En pocos decenios han desnia, mozalbetes gentes maduras, recorriendo las calles y los caminos a aparecido bosques extensísimos convertidos en papel de imprenta y con tal pie descalzo.
desaparición han sobrevenido cambios El taylorismo de clima que amenazan la producción agrícola de grandes poblaciones; innu El poderío de la máquina va crecienmerables especies animales como el bú do con tanta rapidez que la civilización falo se han extinguido o están para excontemporánea exige de sus más atretinguirse; razas enteras de hombres vidos. propugnadores la conversión del como los indios de Norte América y los hombre en un aparato mecánico. Esta de Australia se acercan a la hora de su ciencia, formulada por Taylor, tiene por total destrucción. Todo lo orgánico va objeto suprimir en el obrero todos los quedando sometido a una prepotente oresfuerzos o movimientos inútiles al desganización. Un mundo artificial o artifi empeño de su tarea, no en beneficio del cioso penetra hasta el fondo del mundo individuo sino del mecanismo industrial natural y lo envenena. La civilización no o económico de que forma parte. Hay, es ya más que una máquina con la pre supongamos, dos mecanógrafas en una tensión de hacerlo todo a máquina o con oficina, de las cuales una escribe ciento, vertirlo todo en un mecanismo. Se pien otra ciento veinte palabras por minuto.
sa en caballos de fuerza. Sea ello la simple vista el jefe de la oficina no racional o deje de serlo, el pensamiento alcanza a percibir las causas de esa ditécnico exige que se le ponga en prác ferencia. El taylorista aplica el cinematica. La máquina, en fin de fines, como tógrafo retardado y descubre con toda su secreto ideal, el movimiento perpe precisión el movimiento superfluo que tuo, no es más que un símbolo, una as ejecuta la señorita de las cien palabras.
piración del alma, pero no una necesi Le recomiendan que se aplique a supridad vital. Spengler. Der Mensch un die mir ese movimiento en la seguridad de Technik, 78. En este orden de ideas que al lograrlo escribirá por minuto tanel autor llega a pronosticar la próxima tas palabras como su compañera. No de llegada del momento en que la razón y otro modo procede el mecánico a quien la voluntad del hombre queden supedi se le encomienda la simplificación de tadas a la creación de la mano, su pro una máquina de muchas piezas.
longación multiforme y omnipotente que es la máquina del día; ya casi poseedora La técnica domina al hombre de las temibles facultades que le asignaCon todos estos adelantos de la cienron los habitantes del país imaginado cia de la administración, como llamó por Samuel Butler.
Taylor al conjunto de sus afirmaciones, La civilización y la miseria el hombre no ha logrado ejercer dominio absoluto sobre la técnica. Es su obra, El espectáculo de las naciones euro pero la obra se le impone al creador. Por peas o americanas más civilizadas les tal manera se han complicado las relaofrece una fácil comprobación a las teo ciones de los hombres entre sí y con la rías de Spengler. Cuanto más alto es el materia explotable que las grandes inte Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica