Joaquín García Monge

226 REPERTORIO AMERICANO lo para naz bra, aprovechan y agradecen nuestros de Tristán, el de Lancelote, el del Arcánesfuerzos por su bien. esto era lo gel San Miguel, en fin; o bien el métoque Herder amaba. Por amor a la hu do que emplearon en diversas formas manidad y al mundo desde luego Perseo para decapitar a la Gorgona, ApoHerder quiso estudiar medicina en Kotriunfar sobre Gaia, Hércules nigsberg en el 1762. La sala de disec para derrocar a Echidna (con quien casó, ción le puso los nervios de punta, le vol. el muy ladino, y fue, nos afirma Herocó el estómago. más triste que ja doto, tronco de la raza de los escitas. más, y más decepcionado que nunca, y Cicreo para matar al dragón de SalaHerder volvió a su empeño anterior y se mina, y Forbos para darle muerte a Ofiumetió a estudiar para clérigo.
sa, la sierpe alada de Rodas. Pero el Amigos le ayudaron. Siempre tienen método mejor para obtener tales victoamigos que les ayuden los que desean rias es el de la inocencia, el de la Reina estudiar para clérigos. Para Herder fue del Cielo, y por inocente que sea, Heruna gran cosa. Una gran cosa estudiar der logró vencer la dragoniana influenpara cualquier cosa en Konigsberg. Por cia de Hamann.
que en Konigsberg estaba Kant. Por esa La influencia dragoniana es terrible.
época pasaba Kant de las cuestiones fí Su aliento es fuego que marchita, su misicas a las metafísicas: Todo él florecía: rada es horror que petrifica. Hace al Kantiana primavera, desde luego, no la dragón, el anhelo de figurar, el anhelo alegre, bulliciosa, inconsciente e irres de ser temido, el ansia de lo que don ponsable, a veces hasta boba, primave Joaquín García Monge llama la gloriora corriente. Pobre, apocado, lento, te la. el afán de volar que tienen los secomo de origen escocés que era, res malditos de Dios, los seres que Dios Kant, a los treintiún años de edad, en el maldijo que se arrastrarían siempre. 1755, había comenzado a enseñar priva quienes tienen eso, se les vuelve feroz la damente en la Universidad de Konigs cara. pintan fieras en sus banderas.
berg. Quince años lo tuvieron cn tan Agamenón, que era bastante pobre diahumilde puesto. Las dos veces que ha blo y egoísta y presuntuoso, llevaba en bía hecho solicitud de profesorado no le su escudo, además de la testa de la Gorhabían contesta siquiera. No sabía gona, la figura de una sierpe azul, de intrigar Kant! No sólo en Costa Rica se tres cabezas. Los romanos tomaron de cuecen habas, que también se cocían en los dacios, cuando los conquistaron, la Konigsberg, iy habas como Kant! Por insignia del dragón para sus cohortes así fin, en el 1770, se le nombró profesor como el águila lo era de sus legiones.
de lógica y metafísica. Después de mu Parecer dragones les era caro a los rochos años de enseñar, Kant escribió un manos de Trajano, y de los dragones filibro de pedagogía, del que solía decir gurados se dice en el romance de Athis: que contenía muchos preceptos excelentes, ninguno de los cuales había él apliCe souloient Romains porter, cado jamás. De Kant dicen que enseñaCe nous fait moult a redouter.
ba mejor que escribía.
Dos generaciones. le cobraron inmenso cariño y le llaDe ahí la moda de cuerpos de dragomaron maestro con respeto afectuoso. nes en todos los ejércitos: Al enemigo, Herder perteneció a la primera de esas antes que matarlo, hay que imponerla generaciones, ocho años antes de que Ko miedo.
nigsberg se inmortalizara nombrando a Los políticos trepadores a toda costa, Kant profesor de su Universidad. Kant la lechigada de escritores con ganas exceinfluyó en Herder.
sivas de predominio intelectual, han hePero influyeron en Herder, también, redado ese hábito de los guerreros imy por medio de los libros, Platón y David perialistas de antaño, y por ahí tropieHume, el earl de Shaftesbury y el barón za uno con cada perdonavidas o repartivon Leibnitz, Denis Diderot y Jean Jac dor de puestos en la enseñanza pública, ques Rousseau; y luego fue su mayor in con cada enravesado, caótico y oracular fluyente Johann George Hamann, el Ma sujeto de letras, malcriado y falso, hego del Norte. curioso ser incapaz de chos cada uno un dragón, hechos cada crear, incapaz de construir, sin plan uno un Agamenón, un Hamann. Herder para nada útil, sin fuerzas para ningún se salvó de esa influencia. Más bien, la esfuerzo sostenido, criticón de todo y to transformó, para sí, en cosa preciosa.
dos, bilioso, caótico y oracular. Herder, Herder hubiera aprendido sencillez del pues, con tales influencias, se las tuvo mismo diablo que es león por el ímpetu, que ver con monstruos. Cuidado que dragón por su insidia, según lo describe Platón tiene maneras para trastornar! San Agustín: Leo et draco; leo pronter Acordémonos de aquel Apolodoro loco, impetum, draco propter insidias. De Hael del Banquete. Hume es como para mann adquirió Herder, como quien saca hundirlo a uno en el abismo infernal de miel de la boca de un león, como quien esa babosada que llaman epistemología. empolla de huevo de hidra un cisne, el Rousseau tiene o más bien, tenía en sentido del elemento ingenuo en la poetonces peligros de Scylla y Caribdis: sía. cuantos no ha hecho naufragar! El elemento ingenuo en la poesía, no luego, Hamann. Hamann! La inocencia es fácil de discernir. Se parece a musalva en estos casos. Con cabello de chas cosas, a demasiadas cosas, y nos doncella se puede atar dragones y con confundimos queriendo precisarlo. Fin ducirlos como ovejas. El otro método la poesía popular abunda, en la poesía de vencer a las aladas sierpes maléficas culta es virtud bien rara. la ingenuidad.
es el de la fuerza o el de la astucia, En la poesía popular suele hallarse, con el método de Ra para dominar a Apo frecuencia. ligada a la vulgaridad, a la phis, la furiosa deidad rastrera del mun torpeza, a la chabacaneria; en la culta se do subterráneo egipcio; el método de la confunde a menudo, cuando no con Beowulf, el de Sigurd, el de Arturo, el la bobería, la simpleza, la necedad y el desgarbo, con la prosa, con lo pedestre, con lo que no canta por más que se le ponga en números y también con la extremada preciosidad. No es ingenuidad lo sencillamente tonto, cuando no patán, de los versos de don Ramón de Campoamor. Tampoco es ingenuidad la exquisita sencillez de la poesía de don Juan Ramón Jiménez. Nada es tan engaño. so, por sutil, como esta poesía. Una vez, en un rincón de lago de fondo negro, cuando el agua estaba hecha un cristal, un espejo, de tan callada, vi bogar un pájaro lenta y silenciosamente, duplicándose tan a lo vivo en el reflejo, que igual daba creer que el ave real fuese la imagen y la imagen la verdadera realidad. así boga, en música que es callada y oscura como agua de lago de fondo negro, agua hecha espejo, la idea de Jiménez, reflejándose en la música de tal manera, que la imagen, de tan nítida, parece ser la realidad intelectual.
La verdadera ingenuidad es otra. La ingenuidad es aquella virtud incomparable, por ejemplo, de los versos de Martí.
La ingenuidad es agua transparente más bien que espejada. La ingenuidad es agua limpia en día luminoso y sobre fondo claro. Ingenuos así halló Herder a Homero, a Shakespeare, a los romances castellanos. Esa fue la ingenuidad que Herder aprendió de Hamann a amar; la ingenuidad que se dedicó a buscar diligentemente en la literatura de su patria y en las extranjeras, hasta en la india; la ingenuidad que le enseñó a amar a.
Goethe cuando lo encontró en Estrasburgo y se inició entre ellos larga amistad fructuosa. amistad por la que en este centenario de Goethe es de todą, propiedad recordar a Herder. Armado pastor protestante en Königsberg, imbuido en las influencias que hemos dicho y que tan admirablemente supo aprovechar, Herder se trasladó a Riga, a ejercer de maestrillo, naturalmente, en la escuel la catedral, y a hacer práctica en el servicio pastoral de esa iglesia. En Riga, ciudad comercial, ciudad próspera, Herder la pasó relativamente bien. Ya desde antes había hecho versos; en Riga versifica más que nunca. Dejemos pasar sin mayor advertencia los versos de Herder. Aspiraba a capturar en ellos la ingenuidad que adoraba, más no pasó de versificar tan mal como por ejemplo Montalvo, o don Marcelino Menéndez Pelayo. Non rag.
gionam di lor. Versificar era para Herder lo de menos, aunque no sé cómo me atrevo a decir tánto. Los versificadores toman muy en serio esa labor, aunque la hagan pobremente; y aún pareciera que mientras más pobremente lo hacen, más seriedad le ponen al asunto. Como en tierra seca hay que cavar muy hondo para hallar aguas y tener pozo, así se taladran hasta el alma los que no tienen el don de poseer fuente natural a flor de sí.
Sé, por largo trato que he tenido con gente esforzada en hacer versos, que la poesía les duele amargamente. PCro a Herder en esa época tal dolor no era para hacerlo desgraciado. Ingenuo soñador, enamorado del mundo que por el momento le sonríe, Herder, en Riga, se trazo plan de los libros que iba a cribir, se esbozó porvenir hermoso, de labor y de triunfos. En el 1767 publiES Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica