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REPERTORIO AMERICANO 175 FIGURAS NACIONALES Eduardo Santos La vida de Eduardo Santos sí que ha sido verdaderamente vida pública. Por esto mismo el país entero conoce tan de cerca al eminente periodista de quien me ocupo hoy lejos de las columnas de su gran diario, del cual ha sido él durante veinte años su propia conciencia.
Los americanos del norte, los yanquis, para hablar más claro, cuando quieren expresar un concepto alto, significativo, de algún individuo dicen que tiene personalidad. es que el americano ha hecho de esta palabra una fórmula concreta, rápida, expresiva, para enunciar en un solo término un conjunto de cualidades de aquellas que se forman por el propio esfuerzo personal, por el ejercicio de una voluntad ordenada puesta al servicio de la inteligencia y mezclada con ambición noble y prudente.
Pues bien. Entre los hombres del país, Eduardo Santos es una de las figuras que tiene mayor personalidad. es de esa condición suya de la cual se ha derivado el gran prestigio de que goza merecidamente en el país. Si alguien logra.
ra quitar a Santos de sus manos lo que constituye su vida y su obra, El Tiempo, y si por un acontecimiento extraordinario su nombre se borrara del escalafón político y su fortuna, se pudiera enunciar con una cifra modesta, aún continuaría siendo una de las más altas figuras y de las personalidades más sustantivas del país. Porque su prestigio, porque su fortuna personal, porque El Tiempo, son creaciones suyas, son el fruto de su esfuerzo, de su talento, de sus virtudes, de su ambición. a un hombre así se le pueden arrebatar todas las cosas que él haya creado, pero con eso no se destruye la esencia, el fundamento de esas cosas; queda su personalidad, es decir, queda el creador, queda el cerebro, el productor de prestigio, de dinero o de gloria. En una palabra: queda el hombre.
Eduardo Santos ha sido y será, por encima de todas las cosas, periodista. El mismo lo ha dicho mil veces y ha comprobado otras tantas que esta es su mayor aspiración y será su mayor gloria.
Su labor periodística llena casi completamente la historia del periodismo de este país en sus últimos veinte años. El Tiempo ha sido su trinchera y su obra. Su pluma vigilante y experta ha prestado al país servicios invaluables.
Allí se han librado las más recias batallas en defensa de los intereses públicos, de las libertades ciudadanas, de todo cuanto se refiere a la prosperidad y al adelanto del país. Como simple labor cultural, un diario de la categoría de El Tiempo puede hacer en un mes una labor más dilatada y eficaz que la que haya realizado en cinco años la pesada rutina de nuestro ministerio de instrucción, Y, aun cuando no quisiera decirlo en esta página, es preciso afirmar también que el liberalismo de Colombia ha tenido De Cromos. Bogotá valores de la pluma; donde hay estilistas que manejan el idioma y las ideas en forma tan brillante y luminosa; donde trajinan por los caminos, no siempre sembrados de rosas del periodismo diario, plumas como las de Guillermo Camacho Carrizosa y Julio Palacio; y en donde Luis Cano, el mayor escritor político que tiene este país, asombra y regocija cotidianamente a los lectores de El Espectador, el gran diario de la tarde, en donde todavía vive y fructifica para honor del periodismo de Colombia y para honra del pensamiento nacional, el espíritu inmortal de Fidel Cano. Pero tomada en su gran conjunto la ubra de Santos, por lo eficaz y por lo prolongada. por lo patriótica y perdurable; por cuanto tiene ella de nacional y de fecundo, es sin duda la mayor obra periodística que se haya realizado en Colombia.
Para quienes estudian y comprenden en su manifiesta totalidad el esfuerzo máximo y el sacrificio arduo que requieEduardo Santos re hacer un diario como El Tiempo, para quienes compran un periódico no con el criterio superficial de leer el folletín, siempre en el gran diario bogotano su. de enterarse de la vida social, de conoaliado, y en Eduardo Santos uno de sus cer los detalles del crimen reciente; pamás inteligentes conductores. Son mura quienes leer un periódico representa chos los que, en determinadas circunsun cotidiano y benéfico ejercicio intetancias han pensado de modo diferente.
lectual; para quienes buscan allí las Muchas veces han sido censuradas por ideas las noticias, lo fundamental y lo elementos liberales las campañas polítiserio, para quienes se preocupan de los cas y las actitudes de El Tiempo. si múltiples problemas que confronta el es verdad que deben existir errores en país y quieren llevar a diario en sus inuna labor tan prolongada y tan humana, teligencias y en sus corazones el detaello se debe no seguramente a malicia o lle de todo cuanto sucede en el mundo a incapacidad, sino a causas que ojos en los campos de la industria, de las más serenos han logrado comprender y, ideas, del arte, de los negocios o de la posiblemente, disculpar. Es que son pociencia, un periódico tiene una significos los que aprecian lo peligroso y de cación y un valor muy apreciables, y relicada que es la posición de un diarista; presenta un esfuerzo tan intenso y beun hombre que tiene forzosamente la néfico que bien merece ser retribuído obligación de opinar no como la gran no sólo con el dinero, que paga en ínmayoría, en privado, sino en público y fima escala los esfuerzos materiales, sino con la obligación muy aproximada de con la gloria que es la única recompenacertar. Por esto mientras que algunos sa posible para los servicios de la intratan los grandes o los pequeños pro teligencia.
blemas en los salones de los clubs o en en verdad que hacer un diario relas mesas de los cafés, sin responsabi presenta un gran sacrificio y requiere lidad y sin la preocupación siquiera de condiciones y capacidades especiales. acertar, el periodista ha escrito su con hacer un diario que triunfe y que se cepto que pudo ser equivocado o estar imponga, que oriente y que refieje la inspirado en el acicrto pero que, en todo opinión no de un grupo o de una escuecaso, está sujeto a la responsabilidad y la, sino de un país, es una ardua y tenaz a la censura.
labor de que muy pocos pueden ufanarPor otra parte, el temperamento del se. si una empresa de esta naturaleza director de El Tiempo no está hecho para es obra de titanes en la propia capital la violencia. Espíritu moderado, dueño de la República, donde todo empeño es de sí mismo, Santos ha demostrado posible y toda noble idea es fecunda, siempre, aún en las ocasiones en que ha qué podrá decirse de quienes en otros sido víctima de la injuria procaz o del sitios del país luchan con empeño queataque cobarde, una dosis admirable de supera a todos los elogios por sostener serenidad, de firmeza y de reflexión, y hacer triunfar publicaciones como que son sin duda las mayores condicio Relator en el Valle y La Nación y La nes de su excelente labor de periodista. Prensa en Barranquilla, que son legíti.
Indudablemente que como escritor, es mos títulos de orgullo no sólo para el decir, desde un punto de vista casi ex. periodismo de Colombia sino para el de clusivamente literario, muchos le supetoda nuestra América. Bien merecen ran. no podría ser de otra manera ellos los mejores laureles!
en este país que tiene tantos y tan altos (Pasa a la página Sigulente. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica