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237 REPERTORIO AMERICANO El escéptico militante SOS, sin Briand, anecdotista con. Allá por el ochocientos setenta y de principios. Al rígido movimiento tantos, los vecinos de Nantes veían dogmático prefería la libertad del mito.
cada tarde pasar, en dirección al mueSin escrúpulos, saltaba de la izquierda lle, a un viejo venerable, que era el a la derecha y del marxismo al cahombre más ilustre de la ciudad, acompitalismo, según lo demandasen el lugar y el momento. eso, claro, por pañado de un mozo sin nombre. Bon soir, Verne!
necesidades públicas y conveniencias Aquel viejo, cuyo retrato salía en colectivas, no por apetencias de mando o ventajas personales.
Pero esa todos los papeles, era nada menos que Julio Verne. El mozo, entonces desmutabilidad en lo doctrinal no puede conocido, había de ser más tarde nada ser tachada de traición. En rigor, fué menos que Arístides Briand. Cuando, siempre fiel a su método, leal a su esya en fecha próxima, el estadista lancepsis ante lo abstracto y su vocación zó al aire del futuro el cohete lumipor lo inductivo. Había algo en él de noso de su proyecto sobre los Estados irónico discípulo de Montaigne, concreto y relativista. Alzaba los homUnidos de Europa, no faltó quien aludiese al Viaje a la Luna. recordanbros, con un gesto suspicaz de celta do la sugestión que ejerció el gran fanrural, frente a lo absoluto. Pero nos tasista sobre la mocedad del político.
embarcaba a todos, con plenitud de Esas son fantasías, comentó la genfe, en esa larga navegación occánica te. Pero si ia imaginación es, como y marinera hacia el San Balandrán de dijo Bonaparte que sabía de esto, la paz perpetua y la Sociedad de las la facultad que crea el arte de la gueNaciones. Por curiosa y profunda parra, es asimismo la potencia que en.
radoja, el único francés que ha creado gendra toda alta política. No hay gran Historia ha sido, precisamente, el únipolítica, en efecto, sin planes ambicioco que no ha creído en la Sociología.
Aristides Briand ectos fantásticos para (Dibujo de Ferrer. Qué celta Briand! De la buena ra1o porvenir, o, lo que za de esos hombres laes igual, sin sueños bradores y navegantes, También la vida de los En política, la manera sonriente florece en anécdctas, y la política es, entre to que no responden a napueblos se teje, como das las artes huinanas, la que mejores ocurrencias ha producido. La característica die que les pregunte, la de los individuos, de la política del occideate latino ha sido este gusto de buscar en las cosas parti y van después culares un contrapeso a las universales. Quizá los sueños de unidad moral europea viento de esperanza en con hilos sonambuli Imperio, Santa Alianza, Internacional Socialista han fracasado en parte por el cos. Briand ha sido el vicio incurable de las anécdotas, flor burlona del particularismo. Cuántas campa el pulmón de la velaprimero en comprenñas se han hecho con anécdotas! Lenín no se ha abandonado jamás al humor, y mar adentro, a pregunder que para luchar con por eso es incomprensible en nuestra Europa burguesa, fértil en ocurrencias ingenio tarle cosas al infinito.
el aburrimiento que pas.
sas, expresivas y típicas, contra la uniformidad y la monotonía de las concepciones De la raza de esos altotales. La diversión es tan enemiga de las graves imposiciones universales como dece Europa había que deantos y pescadores.
la subversión. Es una subversión roundana, curva, elegante, evasiva.
echarle fantasía a Briand era el primer anecdotista, el anecdotista siri rival entre los politicos eu que se pasan la noche política. Por aburri ropeos de su tiempo. Con su bonhomie. gala a la vez gruesa y sutil, obscena y en las tabernas de miento se han hecho la elegante, hacia honor al país de Rabelais y de Voltaire. Hay que gobernar con anéc Saint Malo haciendo mitad de las revoluciodotas los países en que las anécdotas no dejan gobernar, trampas con las cartas. Qué lien han comhatido los vuestros:decia en el Versalles de la paz Lloyd nes de la Historia. Con George a Briand Briand, riendo con un rincón de la boca mascando un bigote. con las malas y las gran instinto histórile respondia: buenas para luego, de co propuso Briand la Si. Pensaban combatir contra los ingleses.;Ah, mister Briand. Ah mañana, ir a rezarle a unión europea, a fin de Mr. Briand! exclamaba con humor el premier inglés Del sublime al ridículo la Virgen. Echar las no hay más que un paso. Si replicaba Briand, impavido. el paso de Calais.
impedir que las nacioredes, recoger los peLos alemanes daban pocas anécdotas, y malas. Los ingleses, pocas y buenas.
nes occidentales se ences que pican, y a seLos franceses, muchas, excelentes, divertidas, para sostener enteras editoriales con treguen, por no estar repertorios de amenidad. La politica española las ha dado innumerables, desde Caguida salir a descubrir quietas, por hacer al rreño. Son mediocres. Estupendas. para clubmen aburidos. Pero las editoriatierras y a inventar go, al deporte de la re les perderian papel y dinero recogiéndolas. Debemos, sin embargo, dar grar im Historia, inventando volución comunista.
portancia a estas historietas, a estos rasgos de ingenio, a estos juegos de palabras Geografía.
felices. Toda gran política se ha coronado, taato como de sacro laurel del Palati¿Unión europea?
De los celtas se ha no, de estas florecillas burlonas y profanas. Los historiadores romanos y griegos ¡Bah! Novelería. las recogen con avidez. El Renacimiento las eleva a la categoria de apotegmas.
dicho que son los úni¿por qué no Psicolo Maquiavelo las bace inseparables del héroe, del político, del discreto. Y, entre nogcos seres capaces de gía, es decir, Historia? otros, Gracián elogia al hombre de respuestas, al hombre de réplicas, al hombre de prestar dinero bajo ju salidas. Tanta fué entre los humanistas la devoción a las anécdotas, que saqueaTodo lo contrario de ramento de oración, paron la antigüedad clásica para veslir con plumas ajenas a los héroes modernos. Ellas ra cobrarlo en el otro romanticismo, amigos.
son, sin duda, una señal del mejor carácter del politico, de su felicidad, de su zorreEs la táctica clásica, la mundo. Este que ahoría, de su agudeza, de su sentido común, de su desdén bacia solemnidades y pedanra lloran. en Ginebra que enseñaba Nicolás terías, de su rapidez. Muchas veces, la anécdota política es un devolver la pelota. y Bretaña las sirenas, Maquiavelo, secretario ahí es nada, devolver la pelota. temperamento de pelotari en la política, brío y maen el secreto de Es licia, sotamano al vuelo, precisión en truacar el juego del contrario. En esto era excele prestó muchas motado. Político es aquel lente aquel monarca pelotari de los Pirineos que llamaba Enrique el Bearnés. Otra nedas de ilusión a Euque suscita entusiasmo manera de ganar París: ser homme esprit. Briand no sólo ganó París. Dio uniropa. Pero como era en versalidad a las anécdotas, las hizo correr por el mundo entero. Se coronó con ellas para el futuro y, a la el tiempo de la inflade gracia y simpatía y puso en berlina cosas y personas del adversario. Apenas apación y los marcos, por vez, aumenta el pan de cada día. Así, Briand, recía por Ginebra un personaje español, solía volver con la anécdota de Briand al cuc si obraban de mala fe llo, como con el sambenito de la risa. En seguida los editores franceses recogerán las los deudores, quiso aa la par europeo y pa. anécdotas de Briand. Nos darán el Briand en pijama, el Briand en zapatillas, el Briani triota, maestro en el segurar, bajo juramenpara la playa, el Briand y los judíos, el Briand galante, el Briand para todos; y Briand juego doble y simultáto de Tratado, el buen seguirá ganando las victorias de risa y de la agudeza después de muerto. Que no neo de la ilusión y la doce por ciento para su son las peores victorias, aunque acaso vengan un dia jóvenes serios, fervorosos y tierra.
empirie.
fundamentales, diciendo que hay que echar la llave al sepulcro de Briand. TantEse inventor de fines pis pour eux.
Eugenio Montes lejanos no era hambre (De El Sol, Madrid)
Javier de Izaro (De El Sol. Madrid)
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