REPERTORIO AMERICANO 203 Poesías De Crepusculario. Poemas. Segunda edición. Editorial NASCIMENTO. Santiago de Chile. 1926. Selección y envío de Adolfo Orlega Díasz AMOR FAREWELL Desde el fondo de ti, y arrodillado, un niño triste, como yo, nog mira.
Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte la leche de los senos conio de un manantial, por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte en la risa de oro y la voz de cristal, Por esa vida que arderá en sus venas, tendrían que amarrarse nuestras vidas. or esas manos, hijas de tus manos, tendrían que matar las manos mias.
Por sus ojos abiertos en la tierra veré en los tuyos lágrimas un día. or sentirte en mis ver as como Dios en los ríos y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal, porque tu ser pasara sin pena al lado mío, y saliera en la estrofa limpio de todo mal. Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás.
Norir y todavía amarte más. todavía emarte más.
y más.
Yo no lo quiero, Amada.
Para que nada nos amirre que no nos una nada.
LOS JUGADORES Ni la palabra que aromo tu boca, ni lo que no dijeron las palabras.
Juegan, juegan, Agachados, arrugados, decrépitos.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos, ni tus sollozos junto a la ventana.
Este hombre torvo junto a los mares de su patria, más lejana que el sol cantó bellas canciones. (Amo el amor de los marineros que besan y se van.
Canción de la belleza de la tierra, canción de la belleza de la Amada, canción, canción que no precisa fin.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más En cada puerto una mujer espera, los marineros besan y se van.
Este otro de la mano en la frente, pálido como la última hoja de un árbol, debe tener hijas rubias de carne apretada, granada, rosada.
Una noche se acuestan con la muerte en el lecho del mar. Juegan, juegan.
Los miro entre la vaga bruma del gas y el humo. mirando estos hombres sé que la vida es triste. Amo el amor que se reparte en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno puede ser fugaz.
MENOS AQUEL RECUERDO.
Todo, amigo, lo he hecho para ti. Todo esto que sin mirar verás en mi estancia desnuda: todo esto que se eleva ror los muros derechos como mi corazón siempre buscando altura.
Amor que quiere libertarse para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca.
Amor divinizado que se va.
Te sonries amigo. Qué importa! Nadie sabe entregar en las manos lo que se esconde adentro, pero yo te doy mi alma. ánfora de mieles suaves, y todo te lo doy. Menos aquel recuerdo. Que en mi heredad vacia aquel amor perdido es una rosa blanca que se abre en el silencio.
Va no se encantarán mis ojos en tus ojos, ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
POEMA EN DIEZ VERSOS Fero hacia donde vaya llevaré tu mirada y hacia donde camincs llevarás mi dolor.
Era mi corazón un ala viva y turbia y pavorosa ala de anhelo.
Era la Primavera sobre los campos verdes.
Azul era la altura y era esmeralda el sueló.
Ful tuyo, fuiste joja. Qué más? Juntos hicimos ua recodo en la ruta donde el amor pasó.
Ella la que me amaba cerró los ojos. Tarde.
Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo.
Fuí tuyo. Fuiste mía. Tú serás del que te ame, cel que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste; pero siempre estoy triste, Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
Ella la gpe me amaba cerró los ojog. Tarde, Tarde de campo, azul, Tarde de alas y vuelos.
Ella la que me amaba se murió en Primavera. se llevó la Primavera al cielo. Desde tu corazón rce dice adiós un niño. yo le digo adiós. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica