326 REPERTORIO AMERICANO. sieur le duc de Gesvres, aetat XI, el tada era el teatro de sus hazañas de embajador le había escrito a Aissé carta amor. La Isla Encantada era el Teatro tremenda.
de la Opera, Para Aissé fueron como Dedos trémulos, cortos, pálidos y hermanos verdaderos.
manchados de nicotina, revolvieron páA Pont de Veyle le llama ángel. peginas. Voz callada, de confidencias, leyó ro Argental era su preferido.
un párrafo.
Una vez tiñó con él. Ocho días les Lorsque jc vous retiray des mains duró el disgusto, hasta que ella, en la des infidelles, et que je vous acheptay, mesa, brindó por su salud, y le besó desmon intention estoit pas de me pré pués, contentándose sin darse explicacioparer des chagrins et de me rendre mal nes. Desde entonces. le escribió ella heureux; au contraire, je prétendis proa Madame Calandrini, en carta que tefiter de la décision du destin sur le sort nía días de comenzada pero que no quedes hommes pour disposer de vous ma ría cerrar sin que llevase noticia de la volonté, et pour en faire un jour ma reconciliación, Desde entonces hemos fille ou maistresse. Le mesme destin veut estado juntos con frecuencia.
que vous soiés une et autre, ne es En el ojo grande del Cardenal brilló tant pas possible de séparer amour de elegante lágrima inglesa: Lágrima de amitié, et des désirs ardens une ten Edmund Gosse.
dresse de pére; et tranquile, conformés La carta de Ferriol a Aissé fué havous au destin, et ne séparés pas ce qu llada. no. entre los papeles del Conde il semble que le Ciel ayt prit plaisir de de Argental. No será probable que, así joindre.
como la pequeña corrió al confesionario Yo hubiera ido con esa carta adon con su pasión por el señor duque de de el Rey, para que hiciera fusilar al Gesvres, haya confiado en Argental la embajador, dijo fieramente la exnovicia. amenaza del embajador?
Yo quisiera Reinaba en Francia por esa época el creer en carta fiera del pequeño conde duque de Orleans, regente durante la gentil a su indecible tío enturcado.
infancia de Luis XV. El regente había Más verosímil aún. no sería de suconocido a Aissé, cuya belleza era extraponer que artes de ir al confesionario ordinaria, en el salón de la disoluta Ma con la pasión por el duque de Gesvres, dame de Parabére, y se había prendado la pequeña princesa hubiese escrito a de ella. Deseándola para su lecho, el su dueño el embajador, rogándole, quipríncipe le comunicó su pasión a Ma zás, permiso para amar de todo corazón dame de Ferriol, y Madame de Ferriol a su primer enamorado. No sería en se había prestado para convencer a la respuesta a esa súplica linda que el viepobre circasiana de que su fortuna esjo lujurioso le escribiría la carta infataba hecha.
me? Finalmente. no sería, al recibo de Mejor el suicidio!
esta carta, que debe de haberla atribu Mademoiselle Aissé pensó, en efeclado hasta la locura, cuando ella fue a to, que mejor era el convento. Amenasu confesor con su lindo pecado?
zó con hacerse monja si Madame Fe.
Recordando esa primera pasión suya, rriol insistía en hacerle el lado al de Aissé escribió muchos años después, en Orleans.
cl 1731: Era dévote y fuí a confesar ¿Y Ferriol?
me. Primero dije todos mis pecados pe Sainte Beuve, dijo el Cardenal, le queñitos; luego tuve que decir ese gran da vueltas a la palabra veut de la carta del pecado. Mi director se rió y me dijo embajador, mueve cuanta piedra halla que no había penitencia que hacer por en su camino, y prueba que jamás el esa culpa; que yo no tenía más que seviejo pudo realizar su sueño voluptuoso.
guir siendo buena.
Eminencia, Edmund Gosse (1) haEn el 1731 ya Ferriol había muerto: lla considerable difficulty in realising ¿A qué recordar Aissé su infamia, espewhat Aissé existence was del 1711, cialmente si nada, en realidad, había pacuando Ferriol regresa definitivamente sado? En el 1731 el embajador tenía nuea París, al 1722, año en que muere el ve años de muerto. Aissé lo había pervejete libidinoso.
donado. Dios lo había juzgado y, sin duEl ojito pequeño y el ojito grande del da, perdonado también. Aissé por eso Cardenal miraban hacia la eternidad. Soomite hacer mención de la carta de Febre el negro mate de su espléndida sorriol y del consejo del confesor de darle tana, juntaba los enguantados dedos. La esa carta al que más la quisiera de sus esmeralda de su anillo, llevado signifihermanos.
cativamente en la mano izquierda, se Pero Argental no era en realidad hermano suyo.
abría como Ojo de Padre Eterno. La Detrás del trono del Cardenal había púrpura llameaba.
Se hizo la defensa de Aissé.
diablo juguetón que tenía electrizados Madame de Ferriol tenía, cuando le con su aliento los ramos bordados del llegó la pequeña princesa circasiana, dos espaldar: El diablo, al reír, hacía bailar varones niños aún, el Marqués de Pontlas hojas de seda encarnada.
de Veyle y el Conde de Argental, con no sólo eso. prosiguió el diablo. Ferriol volvió a París. Volvió! Cuando quienes Aissé se crió. Cuando crecieron fueron terribles conquistadores de coraAissé ya había cumplido los diecisiete.
zones femeninos y burladores de honras del 1711 hasta el 1722 ella vivió, si de chiquillas ardorosas. La Isla Encanno con él, a su lado.
El Cardena: le pidió mil excusas a la exnovicia, y, francamente alarmado, mi(1) Véase el precioso ensayo de este gran critico Inglés en sus French Profiles, Londres, 1906.
ró con angustia en sus dos ojos al último de los enamorados de Mademoiselle Aissé, que se había echado a llorar. Ferriol dijo el Cardenal, tenía sesenticinco años hechos trizas cuando volvió a París.
Los ramos bordados del espaldar del trono se movieron tempestuosamente en la risa del diablo. La angustia puso filosa la nariz del Cardenal. Sainte Beuve dice a este respecto, dijo Su Eminencia, para consolar al último de los er. amorados de la circasiana. que Il y avait pour elle, de ce coté la qu un danger, etait dans ces années obscures, indécises, ou la puberté naissante de ia jeune fille se confond encore dans ignorance de enfant, alors qu on peut dire: Il est déjà plus nuit, il est pas encor jour, Or, ces années lá, ces années entre le chien et loup, elle les passa a quatre cents lieus de Monsieur de Ferriol, et rien est plus probant en telle matiére que alibi. Lorsqu il revint dans été de 1711, elle avait déja atteint a cet áge ou on est plus abusée que lorsqu on le veut bien.
Como al diablo le pareciera que la exnovicia estaba de acuerdo, furioso de quedar vencido huyó a perderse entre la tempestad de la noche, no sin antes haher proferido insulto a Su Eminencia. Sí, gritó el diablo al huir, Ferriol estaba vaincu du temps, viejo y loco! Pretendía que le hicieran Cardenal. Por algo sería!
Dairene, para calmarnos, sirvió café en anchas tazas hondas. En Irlanda. dijo Dairene, es imposible vivir sin creer en espíritus, méme les voir, et moi, en ai vus souvent.
En la calma de la discusión, llegada a su fin con la fuga del diablo, la exnovicia halló manera de contar que Mademoiselle Aissé había vuelto a hacerle compañía a Yolanda la Reina (1. Al solo nombre de esta divinal, criatura, sop! viento tibio de primavera por aquella isla de dos ventanas que daban a la lluvia. Con el nombre de Yolanda, ciertamente que se puede evocar toda belleza, toda virtud. dijo el Cardenal.
La esmeralda de su anillo pareció de pronto zafiro o pedazo de cielo. De su anillo soplaba el tibio viento y levantaba vahos cálidos de las enormes tazas de café. Los ojos de Aissé. continuó la exnovicia, son aún más tristes que los míos: Se mantienen empapados en lágrimas. Pére Boursault. dijo el Cardenal, hijo de aquel Boursault enemigo de Moliére, la confesó en su lecho de muerte.
Sus lágrimas serán de infinita ternura. mí, dijo Dairene, me gusta pero mucho la Yolanda. Valía por toda la Exposición. Después de los bueyes, Dairene. Ah, los bueyes. suspiró el Cardenal, y el suspiro le borró las cejas.
Dairene reía de verlo desesperar. (1) Recuerdese la Cuarta Exposición de Artes Plisticas, San Jose, Costa Rica, 1952. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica