Civil WarSocialism

40 REPERTORIO AMERICANO aña: un politico, un esta dista De La Nación. Buenos Aires Manuel Azaild (Dibujo de Juan Carlos Huergo. El español que va siguiendo las líneas de nuestro tiempo ha aprendido a estimar algunas cosas que antes desdeñaba, entre ellas, la política. Sólo por una resistencia calcárea a comprender la realidad se mantiene aún en ciertos medios y en ciertos cerebros esa actitud hostil, vanemente crítica contra el político. To.
davía en el prólogo de su último libro que reproduce un periódico, Palacio Valdés extrae de su fin de siglo xix unas tristes frases humorísticas. Ignoraré toda mi vida, a conciencia, lo que dice el libro, pero eso basta. Qué más quisiéramos nosotros sino que de estas Cortes Constituyentes o del último lugarejo saliera el político; mejor dicho, los políticos que necesita España! En el 98 desdeñábamos. la política, con sobrada razón. Los muchachos hubiéramos querido otra muy distinta. Cánovas era el monstruo. pero cómo íbamos a considerar estadista a un hombre que se equivocaba en el problema más grave: el de Cuba? Lo curioso es que las clases altas, conservadoras, que se servían de los políticos, los usaban y los componían; cuando encontraban un ombre excepcional, le atacaban también. Del descrédito de la política y de los políticos se encargaron ellos mismos durante muchos años; pero recuerdese cómo se retiraron del poder Silvela y. Maura: asqueados del régimen, de la reina Cristina, del Rey y de sus camarillas. Primo de Rivera, para ocultar la verdadera razón del golpe de Estado: las responsabilidades de Marruecos el año 21, dedicó gran parte de su literatura oficial, él, político de la misma camada, militar, oligárquico, a pulverizar el escaso crédito de los políticos. El económico es necesario. Necesitamos levantar el siglo: la moneda. Pero al llegar la República comprendemos que este otro crédito es también indispensable. Un puablo que no confíe en sus hombres, y que los consiente seguir a caballo, tiene la culpa él de que lo maltraten.
El político, en días difíciles, tiene que ser el héroe. Bastaría muchas veces con que fuera el discreto. El prudente. El inteligente. en todo caso, el que sabe las cosas. El que se entera de las cosas. Todo este género de saber y esta capacidad de comprender siguen en cada época una orientación distinta. Los hombres de 1868 o de 1898 no servirían para 1931. Yo creo que ha sido una gran suerte para la República que en la primera crisis de su gobierno revolucionario provisional, el poder pasara a manos del hombre más nuevo, desconocido de la nación hace un año, pero completamente formado para la política y en posesión de una cultura actual, una preparación, una mentalidad y un lenguaje de nuestro tiempo. Su primer discurso político en las Cortes venía ya después de las reformas de Guerra y bastó para definirle. Era el presidente del gobierno. El estadista. Representaba el momento de hoy con las imágenes escuetas, limpias, puramente intelectuales que la política de hoy exige.
Transportemos otras oratorias, clásicas o revolucionarias, a la Cámara francesa, por ejemplo. Producirían estupor.
Algunas, perfectas e impecables, harían sonreír. Azaña hablaba el castellano claro, preciso para servir la idea. Podíamos prescindir de la forma y quedarnus directamente con el sentido, que es lo esencial y comprobar en el acto si había o no conformidad con nuestro pensamiento, si lo aclaraba, si lo robustecía y finalmente, si le daba el apoyo firme que necesitan las ideas y los sentimientos personales para convertirse en programa político. Horas antes de ese discurso, Azaña les decía a sus amigos de Acción Republicana. No aceptaría el poder sino a la fuerza, por imposición y por absoluta necesidad. Al día siguiente hablaba ya a la cabecera del banco azul: No entendáis que éste ha de ser un gobierno interino. Las circunstancias siguiendo ese rumbo de azar que sólo el tiempo justifica, le habían llevado en unos meses desde su pupitre del Ateneo a la presidencia del Consejo. Era la situación de las fuerzas parlamentarias la que exigía su destaque al puesto de mayor responsabilidad.
Pero también y esto a mi juicio tiene más importancia para el porvenir era el género de inteligencia, de cultura y de preparación, así como la voluntad firme y sin inútiles gesticulaciones del señor Azaña, lo que le llevaba a la verdadera dirección de la República. Los meses transcurridos desde la apertura de Cortes han realzado la intervención de gentes nuevas. Del escaso número de diputados, residuo del antiguo régimen, apenas intervinieron unos cuantos.
los que ya tenían hecho su nombre apenas han influido tres o cuatro. No he.
mos venido aquí los que traemos una personalidad, para ganar, sino para perder dijo en sus primeras palabras don Miguel de Unamuno. Se equivocaba, en parte. Ortega y Gasset no ha perdido nada. Se ha visto que no es sólo el filósofo, el hombre de estudio, sino tam.
bién el espíritu vigilante, despierto, capaz de las dos cosas útiles en política: el consejo y la acción. Besteiro, profesor de Lógica, ha ganado, sobre su haber de leader y guía del partido, el concepto de una figura seria, enérgica, incansable, apta para. afrontar las más di.
fíciles responsabilidades. Fernando de los Ríos, otro universitario, se ha hecho. Se dirá que ya lo estaba; pero las Constituyentes republicanas exigen mucho de sus primeras figuras, y él ha cumplido las esperanzas y sigue en potencia para otras empresas. Universitarios y socialistas son como de los Ríos, Jiménez Asúa y Sanchiz Banús. El primero, al frente de la comisión del proyecto constitucional, está llevando, con fortuna, la mejor campaña. Universitario es Ruiz Funes, hombre joven, valor nuevo que sobrepasa las cualidades del técnico y honra el plantel de intelectuales de Acción Republicana. Universitario es Sánchez Román, profesor y político de los que pisan con mayor seguridad el Parlamento y saben dónde van y no tienen prisa. Al lado de éstos, en lugar preferido, están los autodidactas dei socialismo militante: pongamos como ejemplo más destacados: Manuel Cordero y Trifón Gómez. La política parlamentaria no los conocía. Se han hecho ellos solos en el yunque de la propaganda social y en las luchas y polémicas del partido. Cataluña envía también algunos hombres de estudio que hablan por encima del castellano o del catalán el idioma de nuestro tiempo: Amadeo Hurtado, Carner, Lluhí. No trato de pasar revista a las Constituyen.
tes, sino de observar que desde las últimas cortes monárquicas a las primeras republicanas hay un salto brusco. ΕΙ nivel se eleva. La política se plantea en otro terreno. Preparación y cultura, por una parte: Por otra, educación política, disciplina, conciencia de partido y estudio en vivo, sobre la realidad de los problemas sociales. Para corresponder a este cambio en las funciones del po.
der era preciso otro hombre de estudio como Manuel Azaña, que considera la preparación intelectual como un arma, no como fin único en sí, como lo de.
muestra el hecho de que al fundar partido pensó ante odo en la palabra mágica: la palabra Acción, considerando que en política no es bastante la Inteligencia.
Hace meses, pronto hará un año, ante la lucha de izquierdas y derechas que amenazaba con una guerra civil, sangrienta, hasta llegar a la Revolución, y revolucionaria y el dominio persistente ante la pobreza de medios de la acción de la Dictadura, preguntéle yo en un artículo de El Sol. Es habitable España? El hoy presidente del Consejo me contestó sonriendo: Hay que tener fe. Pasa a la página 47. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica