Kidnapping

282 REPERTORIO AMERIEANO mundo en un permanente e insoluble conflicto. Con asombro se entera uno continuó Goethe del mucho tiempo de su vida que un inglés rico pierde en raptos y en duelos. Lord Byron mismo cuenta que su padre había raptado a tres mujeres. Con tal cjemplo cualquiera es un hijo razonable! En realidad, Byron vivió constantemente en estado de naturaleza, y con su modo de ser érale necesario pensar diariamente en la necesidad de defenderse. De aqui sus continuos ejercicios de tiro. cada momento te.
nía un reto. No podía vivir solo, y por eso, a pesar de todas sus excentricidades, era muy condescendiente con su sociedad.
Una noche lee ja magnífica oda a muerte del general Moore, y sus nobles amigos no entienden una palabra. Byron no se inmuta y la guarda. Como poeta, era realmente un cordero. Otro los hu. biera enviado a todos los diablos!
cía justamente lo que había que decir? principio de su carrera a los mejores Por eso, si la exposición de mi Fausto literatos. para poder vivir, tuvo luego guarda alguna semejanza con la de Hio que retroceder. En sus obras siguienbe, está bien, y es más de alabar que de tes continuó la oposición y la censura, censurar.
y ni el Estado ni la Iglesia escaparon a Jueves 24 de febrero de 1825. I, sus ataques. Esta lucha sin cuartel le expulsó de Inglaterra, y con el tiempo pág. 182. Seguimos hablando de le hubiera expulsado de Europa.
lord Byron, y hasta recordó que en sus conversaciones con Medwin había dicho. Lord Byron continuó puede considerarse como hombre, como inglés y que escribir para el teatro era tarea muy ingrata y difícil. Eso depende comencomo gran talento. Sus buenas cualitó Goethe de que el poeta sepa tomar dades vienen preferentemente del homla dirección en que marchan el gusto y bre, las malas de haber sido inglés y par el interés del público. Si el talento coinde Inglaterra, y su talento es inconmencide con el gusto del público, está hecho surable. Los ingleses, como tales, caretodo. Houwald, en su obra El cuadro, cen de reflexión propiamente dicha. La encontró este camino, y de aquí que condispersión de su vida y el espíritu de siguiese general aplauso. Byron no ha partido no les permiten formarse de un sido quizá tan afortunado, porque sus modo lento y gradual. Pero, en cambio tendencias iban por distinto camino que son excelentes como hombres prácticos.
las del público. Pues en el teatro el Por eso lord Byron no llegó nunca a éxito no depende de la grandeza del poereflexionar sobre sí mismo; por eso suz ta; más bien succde a menudo que aquel reflexiones, en general, son siempre decuya personalidad sobresale poco del nifectuosas, como lo prueba su lema: Muvel del público es el que, por eso precicho dinero y ninguna autoridad. pues el samente, consigue el favor general.
mucho dinero paraliza la autoridad. En Continuamos hablando de lord Byron, cambio, logra producir cuanto quiere, y y Goethe admiró su extraordinario va.
puede decirse que en éi la inspiración sustituye a la reflexión. Tuvo que poe.
lor. Ningún hombre estuvo mejor dotado que él dijo por lo que toca a lo tizar de continuo, y todo lo que salía del que. yo llamo la invención. La manera hombre, y particularmente del corazón, como resuelve los conflictos dramáticos es en él excelente. Sus obras le han naexcede a toda esperanza, y es mejor siemcido como a las mujeres los hijos her.
pre de lo que uno se figuraba. Eso me mosos: sin pensar en ello y sin saber ocurre a mí con Shakespeare indiquécómo, sobre todo con Falstaff, cuando es cogi Es un talento eminente, un talento do en flagrante embuste; me pregunto: innato, y no conozco a nadie que posea lo que yo hubiera heche para salvar el en más alto grado que él la fuerza poé.
apuro, y Shakespeare sobrepuja con mutica propiamente dicha. En la visión de cho mi imaginación. Pero que diga uslo exterior y en el poder de evocar sited lo mismo de lord Byron, es el matuaciones pasadas iguala a Shakespeare.
yor elogio que puede hacerse de él. Sin Pero Shakespeare le es superior como embargo añadí. el autor, que domina individuo puro. Eso lo sabía Byron muy claramente el principio y el fin, en estos bien, y por eso habla poco de Shakescasos, está en mejores condiciones que el peare, a pesar de que se sabía. de coro lector.
pasajes enteros suyos.
De buena gana Goethe me dió la razón y luego se rió lo hubiera negado, pues la alegría de de que Byron, que nunca se había soShakespeare es su enemiga; siente que metido a nadie ni acatado ley alguna, al nada puede contra ella. En cambio, a cabo se hubiese rendido a la estúpida Pope no lo nicga, porque sabe que no ley de las tres unidades. Byron comtiene que temerle. Por el contrario, apro.
prendió tan mal como el resto de las vecha todas las ocasiones para citarlo gentes el funda. nento de esta ley. El con estimación, sabiendo perfectamente fundamento es la verosimilitud, y las que Pope no es nada frente a él.
tres unidades sólo se justifican cuando. Para Byron fué, una gran desvensirven para conseguirla. Pero cuando taja pertenecer a la elevada clase de los van contra lo verosímil, no tiene sentido pares ingleses. Pues si todo hombre de considerarlas como ley y pretender setalento se siente cohibido por el ambienguirlas. Hablando de Byron siguió di te exterior, mucho más quien dispone de ciendo Goethe: Sin embargo, le viene tan alto nacimiento y de tan caudaloso muy bien la limitación que, por la obser patrimonio; lo más favorable para el desvancia de las tres unidades, se imponía arrollo del talento es una situación mea su naturaleza, impulsada siempre por dia. eso se debe que todos los granel anhelo de lo ilimitado. Ojalá hubiera des artistas y poetas hayan pertenecido sabido limitarse así en lo moral! El no a las clases medias. El anhelo de Byron haber podido hacerlo fué causa de su hacia lo ilimitado no le hubiera sido tan perdición, y puede decirse perfectamen dañoso, si hubiese nacido en más baja te que su desenfreno ha sido su ruina. cuna y hubiese dispuesto de menor cauVeía muy oscuro en sí mismo. Vivía apa dal. Pero él estaba, por su alcurnia y sionadamente el momento y no pensaba su riqueza, en situación de poner en ejeen las consecuencias de sus acciones. cución todas sus aspiraciones, y de ese Permitiéndoselo todo para sí propio, y modo se enredaba en una vida inextricano aprobando nada en los demás, tenía ble. Además. qué alcurnia iba a impoque arruinarse y levantar en contra suya nerle respeto a quien pertenecía a una a todo el mundo. Con sus English Bards tan elevada? Así expresó siempre cuanand Scotch Reviewers ofendió desde el to se le ocurría, y esto le puso con el Sábado 11 de junio de 1825. i, pág. 201. Goethe habló hoy mucho en la mesa del libro del mayor Parry sobre lord Byron (1. Lo elogió calurosamente y dijo que lord Byron aparecía en este libro mucho más perfecto y con una conciencia mucho más clara de sí mismo y de sus propósitos que en todo lo demás que sobre él se había escrito. El mayor Parry debe de ser un hombre de gran talento para haber podido comprender tan perfectamente a su amigo y haber logrado describirle de un modo tan acabado. Me ha gustado particularmente una frase de ese libro, digna de un griego antiguo, de un Plutarco. Al noble lord dice Parry le faltaban todas las virtudes de la clase media, y su nacimiento, su educación y su género de vida le impedían adquirirlas. Ahora todos los que le critican desfavorablemente pertenecen a la clase media, y lamentan, censurándolo, echar de menos en él aquellas cosas que aprecian en sí mismos. Las buenas gentes no piensan que lo elevado de su posición le hacia poseer méritos de que ellos no pueden tener idea. Que. le gusta a usted esto? dijo Goethe ¿No es cierto que cosas así no se oyen todos los días. Domingo 25 de diciembre de 1825. I, pág. 211. La conversación recayó sobre Byron, y se puso de manifiesto su inferioridad frente a la sana alegría de Shakespeare, y cómo se había atraído frecuentes, y en general no inmerecidas censuras por su situación negativa. Si Byron hubiese tenido ocasión dijo Goethe de libertarse de lo que en él había de espíritu de oposición, por medio de discursos violentos en el Parlamento, sería más puramente poeta.
Pero como en el Parlamento apenas habló, hubo de guardarse cuanto había en su corazón contra su país, y para libertarse de ello, no le quedaba otro recurso que elaborarlo y expresarlo poéticamente. Por tanto, yo llamaría, y creo que no inadecuadamente, a una (1) The last days of lord Byron, Londres, 1825 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica