66 REPERTORIO AMERICANO La nariz sin a menor malicia Los bi con esto, sabía cosas de ningún otro Brillan sobre la Noche las estrellas; gotes abiertos como en dos alas que. sabidas, como cuando dijo: brillan como pupilas de rubí; fuesen del ave de su buen consejo.
brillan desde el Principio todas ellas.
Llegaban hombres y mujeres a consulYa sé que todo es viento, palabra vaga. No me miran a mi!
soñaciones, delirio, simple belleza; tarle, aun de largas distancias: menudo los propios versos le venían a los que pasarán mil siglos antes que se haga Para él, en aquella sobrehumana nolabios por respuesta, para aliento la sublime segunda naturaleza.
ániche iniciática, no había más que el geу mo de caídos y derrotados, como aquemir de las ramas hirsutas en la agria llos de uno de esos estoicos sonetos que la gente se espantaba con el gran maraña. Cómo era aquel gran gemir?
él hubo de llamar medicinales: terror de sus oráculos.
Gimen los gemebundos algarrobos; Si te postras diez veces, te levantas gimen bajo la fusta de Aquilón; otras diez, otras cien, otras quinientas. No podía faltar, y no faltó, la terrible gimen en las tienieblas como lobos.
No han de ser tus caidas tan violentas noche trasparente de estrellas, en que ¡No gimen como yo!
ni tampoco por ley han de ser tantas. cste león tan cristiano debió comparece: a juicio ante la tiniebla estrellada. Nadie Pero al cabo de la espantable noche la gente se fortalecía con este vino invoca en vano un dolor que se sufre iniciática, aquel león del Señor pudo ya de sus versos. seguían viniendo gen totalizado en ncmbre de la humanidad. mirarse faz a faz con el León celestial tes de las muchas que creían en el po quella noche, de pronto, con un terror de las constelaciones. El uno valía el der de su verbo tan sabio. él no cesa religioso semejante al que sus voces des otro para siempre. Que una vez más a ba de ejemplarizar a las gentes porque pertaban, sintió la pesadumbre de los as precio de compasivas lágrimas y a cariscreía más que todos en la verdad de su tros eternos, miró su luz glacial, se estre mas de misericordia, como es arriba fué enseñanza.
meció delante de sus jeroglíficos de fue abajo.
Pero una vez se le oyó gemir, y le go. Sintió el vértigo de su nada y del preguntaron: Todo. Bajó los ojos a tierra, anduvo a León. por qué gimes. Qué es flojos, temblorosos pasos, y no viendo ya la ciudad se llenaba del eco de sus lo que te hace romper en gemidos? sino su sombra, que hubo de parecerle palabras agoreras y del trueno de sus él respondió con esta estrofa: inconmensurable, sollozó espantado: imprecaciones. cuando tus hijos oían Gimo sobre la dulce, la blanca lumbre Negros son las cien fauces del Infierno; aquellas cosas, Ciudad que yo amo, leque se ha trocado en roja niebla macabra.
vantaban los ojos al cielo de la noche, y negras las almas que al Infierno van; Me llena de tristeza ia muchedumbre negra la Eternidad. Negro y eterno se aterraban no poco, porque creían ver que olvidará el camino de mi palabra.
un minuto del mal.
en él signos apocalípticos y trémulas lenguas de fuego.
Así respondió el león. Era tremenda la pesadumbre de los Después el Señor llamó al león a su lado. Corrieron años. Mas cumplido el astros eternos! Entonces clamo: tiempo justo, y al propio modo con que Pesa la Cruz scbre Israel deicida; en el alba de los mitos se formaban sanMas no dijo ni la mitad de sus yerpesa la Maldición sobre Satán; tuarios y colegios de sacerdotes allí donmas angustias. Negruras de Job solían pesa sobre Cain la primer vida. de había habido alguna grande epifanía, apoderarse de su aima horriblemente so¡Mi carga pesa más!
o alguna demorada presencia divina, una la y de su carne pavorosamente casta, congregación de adoradores del león mientras le cernía cenizas de desconsuelo y luto un cielo cruel en el desamparo ¿Te sirvió de algo alzar los ojos, león? asombroso empezó a trocar el cubil de Después, verdaderamente, los alzaste a los pasados oráculos en lugar muy saridonde tenía su guarida. Acudían a vilos cielos; pero ¡cómo resonó tu brami to de meditaciones.
sitarlo entonces poetas jóvenes y mu. do en la soledad infinita! ya es santuario el cubil.
chachos soñadores como Elifaces, Baldades y Sofares que Dios le enviase paArturo Capdevila ra redargüir sus quebrantos. Entre el y ellos mediaba empero en ocasiones una inmensa edad geológica. Su extraño ser retrocedía milenariamente, y era entonces, como si lo rodeasen de súbito feno.
menales floras y fabulosas faunas. SAN JOSE, COSTA RICA así debía de ser en la realidad mismamente absoluta de sus cosas; pues Agentes y Representantes de Casas Extranjeras no siendo de esta manera ¿de dónde saca.
ba aquellas imágenes descomunales de Cajas Registradoras NATIONAL sus versos. De dónde manaban sus The National Cash Register Co.
inmensos dolores inmedicables. Por tales días sc aglomeraban los nu Máquinas de Contabilidad EURROUGHS blados sobre su techumbre con negros, Burrouglis Adding Machine Cn.
tenebrosos mensajes que él solo descifraba, y en noches de tormenta los relámpagos se abrían luminosos y tajanRoyal Typewriter Co. Inc.
tes como espadas de arcángeles sobre si cabeza. Entretanto el retumbo del true. Muebles de Acero y Equipo para Oficinas no retumbaba para él solo versículos del Globe Wernicke Co.
Génesis en el verdadero idioma de la Creación. Pasaban los meteoros, y ahí se levantaba el león, idéntico gesto a gesUnited States Rubber Co.
to y voz a voz, a todos los profetas bſblicos, hermanos suyos, que fueron otro3 Maquinaria en General tantos leones dc fiero y delirante rugido. James Montley, New York No de otro modo lo visitaban pensamientos enormes y puros, del propio li JOHN KEITH, RAMON RAMIREZ naje de los que enderezaba Jehová a los Socio Gerente.
Socio Gerente.
primeros descendientes de Adán cn las primeras mañanas de la vida.
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