110 REPERTORIO AMERICANO de que cada día es como un año y sus dias, de durar extraño. sé más: que la ley del hombre desde que a Abel mató su hermano y la desdicha tuyo nombre: que toda Ley bota el buen grano y destina para el granero el deshecho que salya su harnero, Del vivir la férrea cadena enmoheciamos solitarios; unos blasfemaban de pena, lloraban muchos sus calvarios; de otros nunca salió un gemido; mas hay leyes de Dios en la tierra que quebrantan los pechos de piedra.
Descanse en paz hasta que llame Cristo a sus muertos, algún día; ni una lágrima se derrame con ayes de melancolía; a la qrie amaba, él quiso herir y por ello debía morir.
Todos matamos lo que amamos; que cada uno sepa eso: unos hieren con la mirada una doblez almibarada; mata el cobarde con un beso; y el valiente, con una espada. De El Espectador. Bogotá)
Sé también qué cuerdo si todos lcgraran saberlo conmigo. que esas cuevas de raros apodos que abren los hombres al castigo, se han hecho prensando los lodos de la infamia y para su abrigo: las han cubierto de cerrojos porque Cristo no sea testigo de tal sevicia, con sus ojos.
Cada corazón que se parte en esas cuevas de terror, es como aquel pomo del arte que rompieron ante el Señor y llenó la mansión del leproso con efluvios de nardo oloroso.
INDICE Felices de los corazones que, al romperse, logran la paz: sólo así, limpio de pasiones, el hombre puede erguir la faz: sólo entrando por un pecho hendido priede Jesús ir a su nido.
Con 103 barrotes desfiguran a la luna la faz graciosa, y en impudicia codiciosa.
aun el buen sol cegar procuran.
Bier hacen de ocultar sv. infierno: pasan allí cosas sin nombre para asombrar hoy que perduran al Hijo de Dio; y al del Hombre.
El de livido cuello hinchado y ojos fijos, claros, ardientes, espera las manos clementes que asió el Ladrón afortunado: porque el Señor sí escucha el grito del mustio corazón contrito.
Los hechos de mayor vileza negras flores emponzoñadaspululan como la maleza, entre esas simas desoladas: lo que al hombre resta de noble allí se pudre en ocio innoble; la Angustia. vela y no se cansa frente al Guardian Desesperanza.
El hombre de túnica roja que lee la Ley, dió tres semanas para que el reo, sin congoja, lavase sio llagas humanas y la mancha de trágico brillo en la mano que tuvo el cuchillo.
ENTERESE ESCOJA: Dimitri Merejkovsky: El Mesías. Akhenaten, rey de Egipto 6. 00 Menéndez y Arranz: Lobagola. Autobiografia de un salvajé africano. Traducción directa del inglés 00 Barnes, Giner de los Rios, Guyau, Rousseau, etcétera: Cómo debemos educar a nuesfros hijos. 00 Alfonso Danvila: Las luchas fratricidas de España, El triunfo de las lises. tomos. 00 Tawney: La segunda enseñanza para fodos (Una política laborista. 25 Salvador de Madariaga: España. Ensayo de historia contemporánea 25 Pavlov: Los reflejos condicionados.
Lecciones sobre la función de los grandes hemisferios. Prólogo del Prof. Marañón 15. 00 Carlos Marx: El Capital. El proceso de la producción del capital. Tomos y II. 00 Obras de Dewey, Ili: Teorias sobre la educación 00 José Ortega y Gasset: Cuadernos de Politica III: Rectificación de la República. Artículos y discursos 50 Homers: La lliada. 00 Ad. Ferriere: La educación en la familia 25 Ernest Toller: Hinkemann (tragedia. Los destructores de máquinas (drama. Stefan Zweig: Fouché, retrato de un politico 25 Historia Breve II: Historia de la República Romana, por Arturo Rosenberg. 50 Solicitelos al Adr. de Rep. Am.
Həmbrean al gamin aterrado basta que llore sin cesar; con el látigo han desollado al débil y al idiota al par; escarnecen a los mayores, algunos se tornan dementes, todos, todos se hacen peores y nadie osa mover los dientes. con lloro de sangre su mano lavó él, pues la sangre sola limpia de sangre a quien inmola en su ceguedad, a su hermano; el loro cura el pecho humano, y de Caín la mancha aleve se hizo en Cristo sello de nieve. 00 Cada. guarida es tonva, infecta como una lóbrega letrina; su aliento fétido proyecta la Muerte viviente que hacina, en busca de la claraboya de cárdena luz nortecina: salvo el Deseo, en polvo vano se disuelve el autómata humano.
En la Cárcel de Reading, frente a la Ciudad, hay uma fosa en que un miserable reposa roido por sudario ardiente: para siempre allí yace un hombre m2. en su tumba no hay un nombre.
Bebemos del agua estancada que rueda entre lodo, y el pan que pesan con mano apretada, con cal y greda nos lo dan.
Como el Sueño no se echa tampoco clama al Tiempo con ojos de loco.
Aunque el hombre agote y al cuello la sed como un áspid se anude, y no exista piedad que escude a esa gris taifa sin cabello, lo que hiere con saña bravia es sentir que en aquella prisión, la piedra que alzamos de día es de noche ntiestro corazón JOHN KEITH Co. Inc.
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En sombras la celda y el alma, hacemos girar la manija, y en el fosco cubil, con calma destrenzamos la cuerda fija: el silencio es temible entonces más que el tañido de mil bronces.
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Pues jamás una voz humana con dulzura trajo in consuelo: a través de estrecha ventana nos velan como mirar de hielo, y nos pudrimos olvidados, con el cuerpo y el alma llagados. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica