204 REPERTORIO AMERICANO EL PUEBLO La sombra de este monte protector y propicio, como una manta indiana fresca y rural me cubre; bebo til azul del cielo por mis ojos sin vicio como un ternero mama la leche de las ubres.
Al pie de la colina se extiende el pueblo, y siento, sin quererlo, el rodar de los tranways urbanos; una iglesia se eleva para clavar el viento, pero el muy vagabundo se le va de las manos.
del carro que tambaleando raya los pardos rastrojos.
Oh pensamientos perdidos que nunce nadie recoge, si la palabra se dice, la sensación queda adentro; espiga sin madurar, Satanás le encuentre troje ique yo con los ojos rotos no le busco ni le encuentro!
Que yo con los ojos rotos sigo una ruta sin fin. Por qué de los pensamientos, por qué de la vida en vano?
Como se muere la música si se desnace el violín, no moveré mi canción cuando no mueva mis manos.
Alto de mi corazón en la explanada desierta donde estoy crucificado como el dolor en un verso. Mi vida es un gran castillo sin ventanas y sin puertas y para que tu nc llegues por esta senda, la tuerzo.
Pueblo, eres triste y gris. Tienes las calles largas, y un ojor de almacén por tus calles pasea.
El agua de tus pozos la encuez tro más amarga.
Las almas de tus hombres me parecen más feas, No saben la belleza de un surtidor que canta, ni del que la trasvasa floreciendo un concepto.
Sin detenerse, como el agua en la garganta.
Desde sus corazones se va rl verso perfecto.
El pueblo es gris y triste. Si estoy ausente pienso que la ausencia parece que lo acercara a mi.
Regreso, y hasta el cielo tiene un bostezo inmenso. crece en mi alma un odio, como el de antes, intenso.
Pero ella vive aquí.
EL CASTILLO MALDITO Mientras camino, la acera va golpe:indome los pies, el fulgor de las estrellas me va roinpiendo los ojos.
Se me cae un pensamiento como se cae una mies SENSACION DE OLOR Fragancias de lilas.
Claros atardeceres de mi lejana infancia que fluyó como el cauce de unas aguas tranquilas. después pañuelo terrblando en la distancia.
Bajo el cielo de seda la estrella que titila.
Nada más. Pies cansados en las largas errancias y un dolor, un dolor que remuerde y se afila. a lo lejos campanas, canciones, penas, ansias, vírgenes que tenian tan dulces las pupilas.
Fragancias de lilas.
EL PADRE EL CIEGO DE LA PANDERETA Ciego, siempre será tu ayer mañana. Siempre estará tu pandereta pobre estremeciendo tus manos crispadas?
Tierra de sembraduri inculta y brava, tierra en que no hay cateros ni caminos, mi vida bajo el Sol tiernbla y se alarga.
Yo voy pasando y veo tu silueta y me parece que es tu corazón el que se cimbra con tu pandereta.
Padre, tus ojos dulces nada pueden, como nada pudieron las estrellas que me abrasan los ojos y las sienes.
Yo pasé ayer y supe tu dolor, dolor que siendo yo quien lo ha sabido, es mucho mayor.
El mal de amor me encegueció la vista y en la fontana dulce de mi sueño se reflejó otra fuente estremecida.
Después. Pregunta a Dios por qué me dieru.
lo que me dieron y por qué después supe una soledad de ticrra y cielo.
No volveré por no volverte a ver, pero mañana tu silueta negra estará como ayer: la mano que recibe los ojos que no ven, la cara parda, lascimosa y triste, golpeando en cada salto la pared.
Mira, mi juventud fué un brote puro que se quedó sin estallar y pierde su dulzura de sangre y de jugos.
Ciego ya voy pasando y ya te miroy de rabia y doloriqué sé yo que!
algo me aprieta cl corazón, el corazón y la sien.
ORACION Carne doliente y machacada, raudal de llanto sobre cada noche de jergón malsano; en esta hora yo quisiera ver encantarse mis quimeras a flor de labio, pecho y mano, para que desciendan ellas las puras y únicas estrellas de los jardines de mi amoren caravanas in polutas sobre las almas de las putas de estas ciudades del dolor.
Mal del amor, scnsual lacería; campana negra de miseria; rosas del lecho de arrabal, abierto al Mal como un camino por donde va el placer y el vino desde la gloria al hospital.
En esta hora en que las lilas sacuden sus hojas tranquilas para botar el polvo impuro, vuela mi espiritu întocado, traspasa el hurrto y el vallado abre la puerta, salta el muro; y va enredando en su camino el mal dolor, el agrio sino y desnudando la raigambre de las mujeres que lucharon y que cayeron y pecaron y murieron bajo los látigos del hambre.
No sólo es seda lo que escribo.
que el verso mío sea vivo como recuerdo en tierra ajena para alumbrar la mala suerte de los que van hacia la muerte como la sangre por las venas.
De los que van desde la vida rotas las manos doloridas en todas las zarzas ajenas; de los que en estas horas quietas no tienen madres ni poetas para la pena.
Porque la frente en esta hora se dobla y la mirada llora saltando dolores y muros; en esta hora en que las lilas sacuden sus hojas tranquilas para botar el polvo impuro.
El sol que cae y cae eternamente se cansó de pesarla. el otoño. adre, tus ojos dulces nada pueden.
Escucharé en la noche tus palabras. niño, mi niño. en la noche inmensa seguiré con mis llagas y tus llagas. Por tus ojos que nunca te han mirado cambiara yo los piſos, que te ven!
Pablo Neruda ROGELIO SOTELA OCTAVIO JIMENEZ Abogado y Notario ABOGADO NOTARIO OFICINA: TELEFONOS: 125 varas al Este del Almacén Robert, frente a Reimers.
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