REPERTORIO AMERICANO 309 a las que me han preguntado de qué color será el mio. Blanco, como una mortaja.
tristemente les he dicho.
Tu ejemplo sirva de modelo. Quiero Para grandeza de la Patria mía Que haya en cada abogado un chacarero. Cada minuto que pasa mi amor parece más nuevo y yo me siento más bella para darle más contento; que alegre estoy de ser casta, de los veinte años que tengo y de que amor tan profundo se albergue en tan lindo cuerpo.
Madre, mañana es el baile y yo no tengo vestido.
El campo que fecunda tu energia Celebro, en surco de tercetc henchido, Por tu tierno alfalfar para la cría; ROMANCE DE LAS DOS EDADES. Ay, hija; qué poco valen a tu pasión mis consejos. El huerto vario, el monte florecido, El nevado vellón de sus ovejas el gallinero rico y colorido. Abuelo, mire los campos cómo se han puesto de verdes. Pero la niña no atiende más que a su encendido anhelo; que la razón es poca agua cuando es de amor tanto fuego. Apenas vuelva el invierno ya estarán blancos de nieve Zumban en los enjambres las abejas; Pace el ganado al par que se enardece aumentan las multiparas conejas.
ROMANCE DEL CAMINO DE MI INFANCIA. Después de la última lluvia el cielo está más celeste, transitados los caminos y mi novia más alegre, La vida en este tiempo se enriquece.
Libran las puercas al mediar octubre la piara mamona se enfuiece Dicha de cerrar los cios y recordar el camino lejano. como en un sueño, que recorrí siendo niño. Deja que pasen los dias y cuando el otoño llegue nadie irá por los caminos, el cielo estará inclemente y el corazón de tu ncvia tendrá el frío de la muerte.
Al disputar la colectiva ubre, Mientras en confortable baro urbano Goza el verraco que a las puercas cubre. Ya no eres el doctor grave y galano, Docto en defensas y en frivolidades, Sino un labriego retozón y sano.
Mi infancia 110 fué dichosa, pero tuvo aquel camino: corto para mis carreras, largo para mi silbido, húmedo y gris en invierno, azul y ardiente en estío.
El campo te revela cualidades Como el amor de las muchuchas lindas Te hizo poeta, alit, en tus mocedades. así es que ofreces las primeras guindas Al pulcro visitante ciudadano con rural afecto se las brindas.
Ibame por él, cantaado, como al andar canta el río; acá trepábame a un árbol para reparar un nido y allá cortaba una rara que, asegurándola al cinto, seria el arma hazañosa para vencer los peligros creados por mis temores en mi corazón de niño. Desde que amanece el día hasta que le noche viene, sueño caminos lejanos y un inquieto afán me mueve; lloro cuando en la noche, velando el campo que duerme, oigo cantares que llaman al amado que está ausente.
Ganas me dan de partir adonde el azar me lleve; recorrer tierras extrañas; hablar lenguas diferentes; ver acá nacer el día y allá la tarde que muere!
Ya por sencillo, humilde, sobrio y llano. Hijo. te llama la fecunda Tierra, San Isidro Labrador: hermano. truecas, con sentido que no yerra, Las discutidas carnes de Argentina, En oro indiscutible de Inglaterra; Lo bueno que hay en mi vida lo tengo de aquel camino: sueños de largas andaazas por rumbos desconociúcs, mi estímulo a los que parten, mi esperanza en lo imprevisto, mi resignación callada para acatar el destino. Ya me dirás cuando vuelvas que los caminos prometen rumbos que nunca se cumplen, sueños que se desvanecen. quiera Dios que al regreso tu instinto el camino acierte, que entonces no habrá caminos en todo el campo de nieve.
Como has trocado en fácil disciplina Tu difícil desorden enemigo; En gesto alegre la expresión mohina; El tribunal hostil en sol amigo; La pluma doctoral en fuerte azada la prosa forense en rubio trigo. Abuelo: mire los campos cómo se han puesto de verdes. Que lo demás del mundo vale nada Junto a la vida verdadera y pura, Lejos de la mentira que es letrada.
EPISTOLA PRIMAVERAL JUAN SILVA RIESTRA Por eso cuando la vida me pone toivo y sombrio, cierro los ojos cansaios y recuerdo aquel camino.
En él recorro mi infancia; oigo mi propio silbido que despierta muchas cosas dormidas en el olvido, y haciendo saltar del alma ja herrumbre del pesimismo vuelvo a comprender la vida con mi corazón de niño.
Ya estás a un paso, pues, de tu ventura, habrás de conquistar tu mejor palma, Si al par que el campo, el corazón madura.
Con recia voz de Falpitante anhelo Entono en este canto tu alabanza Por dedicarte a cultivar el ruelo. Donde el nativo fia a la esperanza Lo que la voluntad del extranjero Con fuerza logra y con tesón alcanza.
Tu inquieto ayer, ya es hoy serena calma; así has dado a tu vida su nivel saludable ocupación al alma Que, abierta al ciclo, se dilata en él.
Luis Cané ROMANCE OBSTINADO DE LA NINA QUE NO TIENE VESTIDO Madre, mañana es el baile y yo no tengo vestido.
Vendrán mozos de otros pueblos, será noche de bullicio, y yo me quedaré en casa porque no tengo vesti:lo.
Me pasé el año soñando con llevar el más bonito, y pasó el año y mi sueño y yo no tengo vestido. 0 expectorante oriental RS No hay una de mis a:nigas que no tenga el suyo listo, pues no queda: una sola gin estrenarse vestido. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica