REPERTORIO. AMERICANO S3 El testimonio de Darwin Fragmentos del tomo del Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo. Calpe. Madrid. 1921 consecuencia de haber manifestado chura de 200 a 300 metros y es pro que en tiempo de paz había presenciael capitán Fitz Roy el deseo de llevar fundo y rápido. Las numerosas islas, con do la escena de las ofrendas, y que él a bordo algún hombre de ciencia, ofre sus sauces, y los farallones salientes, y otro habían aguardado a que los inciendo al mismo tiempo sacrificar par. vistos uno tras otro en el límite septen dios se alejaran para llevarse los donate de sus propias comodidades, brinde trional del anchuroso valle vestido de tivos a Walleechu.
voluntariamente mis servicios, que ob. verdor, forman, a la brillante luz del sol, Los gauchos aseguran que los indios tuvieron, gracias a la bondadosa me un conjunto casi pintoresco. El número consideran al árbol como al dios misdiación del hidrógrafo capitán Beaufort, de habitantes no pasa de algunos can mo; pero parece mucho más probable la aprobación de los lores del Almiran tenares. Estas colonias españolas no lle que lo consideren como su altar. Imatazgo. Como abrigo la intima persua van, como las nuestras inglesas, elemen gino que la única causa para esta elecsión de que las ocasiones que tuve de tos internos de desenvolvimiento. Aquí ción es tener un hito en un paso peestudiar la Historia Natural de los dife residen muchos indios de pura sangre; ligroso. La sierra de la Ventana se rentes países visitados se deben entera la tribu del cacique Lucani tiene consmente al capitán Fitz Roy, espero que presenta visible a distancia inmensa, y tantemente sus toldos (1) en las afueun gaucho me dijo que, cabalgando una se me permita reiterarle aquí la expre ras de la villa. El gobierno local los sión de mi gratitud, haciendo constar vez con un indio pocas millas al nor.
surte en parte de provisiones, dándoles te del río Colorado, de pronto su comademás que durante los cinco años que todos los caballos viejos e inservibles, y pañero empezó a meter el ruido estrepi. estuvimos juntos no cesé de experimen ganan algún dinero haciendo aparejos y tar su más cordial amistad y persevetoso que suelen hacer los salvajes al diotros artículos análogos. Estos indios son visar un árbol distante, mientras ponía rante ayuda. Siempre me sentiré reco tenidos por civilizados; pero lo que han la mano en la cabeza y apuntaba con nocidísimo, tanto al capitán Fitz Roy podido perder en salvajismo queda con el dedo en la dirección de la sierra. Al como a todos los oficiales del Beagle, trarrestado por su absoluta inmoralipreguntarle por la razón de esto, el inpor las constantes atenciones que me dad. Sin embargo, algunos de los jóve dio respondió, en mal castellano: Pri. dispensaron durante nuestro largo viaje. nes progresan; van cobrando amor al mera vez ver la sierra. cosa de dos trabajo, y algún tiempo atrás una cilaleguas de este curioso árbol hicimos aldrilla de ellos salió con una expedición Mientras estábamos en esta finca falto para pasar la noche, y en este moa pescar focas y se portó muy bien.
mento los ojos de lince de dos gauchos tó poco para que fuera testigo de uno Ahora disfrutan el producto de su tra descubrieron una pobre vaca, en cuya de esos actos atroces que sólo pueden bajo luciendo trajes elegantes y limpios ocurrir en un país de esclavos. Con mopersecución se lanzaron sin tardanza. Poy pasando el tiempo en completa ociotivo de una querella y un pleito el amo cos minutos después la arastraron presidad. Era admirable el gusto que mossa en sus lazos y la sacrificaron. En estuvo a punto de separar todas las mutraban en el traje; si hubiera sido posi este sitio tuvimos las cuatro cosas nejeres y niños de los esclavos varones y venderlos en Río en pública subasta. Si ble convertir a uno de estos jóvenes incesarias para la vida en el campo (1. esta enormidad no se realizó fué pordios en una estatua de bronce, su vespasto para los caballos, agua (sólo una timenta hubiera podido presentarse coque lo impidió el interés, y no el mecharca cenagosa. carne y leña. Los gaunor sentimiento de piedad. Realmente, mo modelo de gracia y perfección.
chos se pusieron del mejor humor al no creo que al amo le pasara por las hallar todos estos lujos, y en breve emmientes que era inhumano separar a 30 pezamos a preparar la cena con la carfamilias después de haber vivido juntas Poco después de pasar la primera ne de la pobre vaca. Esta fué la primepor muchos años. Y, no obstante, asefuente dimos vista a un árbol famoso, ra noche que pasé a la intemperie, teguro, a fe de hombre veraz, que en senque los indios veneran como altar de niendo por cama el recado de montar.
timientos humanitarios y afectuosos.
Walleechu. Está situado en un altozano En la vida independiente del gaucho hay aventajaba al común de los hombres. de la llanura, y de ahí que sea un hito una íntima satisfacción en el hecho de Cabe, pues, afirmar que la codicia y el visible a gran distancia. No bien algu poder apearse en cualquier momento egoísmo producen en la inteligencia la nas tribus de salvajes le divisan, le tri. decir: Aquí voy a pasar la noche. El ceguera más absoluta. He de mencionar butan su adoración a grandes voces. El silencio. fúnebre de la llanura, los peaquí una anécdota de escasa importanárbol es baio, frondoso y espinoso; en rros haciendo centinela, y el gigantesco cia, por haberme impresionado en aque la parte más baja del tronco tiene un grupo de los gauchos en torno del fuella ocasión más hondamente que cualdiámetro de unos nueve decímetros. Se go, han dejado en mi ánimo una pinquier relato de crueldad. Cruzaba una yergue solitario, y fué el primer árbol tura indeleble de esta primera noche, corriente en una barca de pasaje con un que vimos: después encontramos alguque nunca olvidaré.
negro extraordinariamente estúpido. Al nos otros de la misma clase, pero poco intentar hacerme comprender alcé la voz abundantes. Como estábamos en invierEl campamento del general Rosas ese hice varios gestos, entre ellos el de no el árbol no tenía hojas, pero en su taba cerca del Río. Consistía en un cuapasarle la mano por la cara. El homlugar pendían de las ramas secas varias drado formado por carros, artillería, chobre debió de creer, a lo que supongo, ofrendas atadas con cordeles, tales cozas de paja, etc. Casi todas las tropas que yo estaba furioso e iba a pegarle, mo cigarros, pan, carne, pedazos de teeran de caballería, y me inclino a creer porque al momento, con aire asustado y la, etc. Los indios muy pobres, a falta que jamás se reclutó en lo pasado un medio cerrados los ojos, dejó caer las de otra cosa mejor, sacan un hilo de sus ejército. semejante de villanos seudo: manos. Jamás olvidaré la sorpresa, dis ponchos y le atan al árbol. Los más ribandidos. La mayor parte de los solgusto y vergüenza que me causó ver a cos suelen echar licores y mate en cierdados eran mestizos de negro, indio y un hombrachón fornido aguardar en ta oquedad, y fumar expeliendo el huespañol. No sé por qué tipos de esta aquella posición humillante un bofetón, mo hacia arriba, creyendo agradar así mezcolanza rara vez tienen buena cataque, según se figuró, pensaba yo descar del mejor modo posible a Walleechu.
dura. Pedí ver al secretario para pregarle. Este hombre había sido por la Para completar la decoración se había sentarle mi pasaporte. Empezó a inteesclavitud arrastrado a degradación inrodeado al árbol con los huesos monrrogarme con gran autoridad y misteferior a la del más indefenso animal.
dos de caballos sacrificados. Todos los rio. Por fortuna llevaba una carta de reindios, sin distinción de edad ni sexo, comendación del gobierno de Buenos hacen sus ofrendas, merced a las cuaLa villa es indiferentemente llamada Aires (2) para el comandante de Patales imaginan que sus cabalgaduras han El Carmen o Patagones. Está edificada de ser incansables y ellos afortunados.
frente a un peñón que mira al río, y (1) En español en el original.
muchas de las casas han sido excavaEl gaucho que me refirió esto añadió (2) Me veo obligado a significar en los términos más expresivos ml agradecimiento al gobierno de Buenos das en la arenisca. El río tiene una anAires por la grande comodidad con que se me facilita. Así se llaman las chozas de los indios.
ron pasaportes para todas las partes del pals, como naturalista del Beagle. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica