350 REPERTORIO AMERICANO Por los oprimidos y por los ultrajados por la libertad y por la patria.
Los hermanos marinos han clavado la cruz en el Golgota de San Lorenzo.
All están crucificados. Id a verlos!
Así, caminando por las ojeras del dolor, buscando a tientas una esperanza, vislumbrarán una estrellita que les besará suavemente el corazón.
Los hombres no olvidamos 27 de julio! como la imagen de la madre grabada en los ojos, los compañeros fusilados están enterrados en nosotros Esta es la hora del color, miles de madres lloran a sus hijos. pero del dolor nace la justicia y sólo se puede morir por lo que se quiere.
Mayo. 1922.
44 pengad un momento en el número! fueron 102 los condenados!
27 DE JULIO PENITENCIARIA DE LIMA Por las trincheras rojas de Trujillo hoy la mañana ha extendido su llanto, y el valle palpita como un corazón tatuado. 44 corazones silenciosos silenciosamente frios como los volcanes de las cordilleras, yacen en tierra con la vida sumergida en sangre. Fuego! fue la palabra que hizo temblar de miedo a los jefes de pelotón. la mirada pura y amplia de los hombres frente a los fusiles homicidas, carió la conciencia de los verdugog. Habéis sentido la última mirada de vuestras víctimas propiciatorias. esos hombres duermen, y tienen esposas e hijos a quienes querer y amar!
Hecha de piedra gris, alta, de muros escuetos, una sola puerta de bronce bruñido, con doble red de muros: penitenciaria modelo.
Detrás están los réprobos, todos aquellos que saltaron el margen de las leyes, los rebeldes a quienes la sociedad repudia, los que suelen turbar con sus gritos la digestión de los privilegiados.
Los apristas: presos políticos y sociales que han aumentado la población de condenados.
33 muchachos, campesinos y obreros. saldo cla la epopeya trujillanay muchos másy tú compañero aprista emparedado en una celda.
Los condenados en tierra, encogiéndose como acordecnes frente a la muerte, mientras en el palacio el tirano libaba vino como si fuera sangre del pueblo.
Entonces las mujeres deshojaban su canto como pétalos de rosa sobre las trincheras los niños con sus pequeñas manos, conducian municiones, saltando sus ojos.
como tiernas palomitas de campo. veces uno cree oir cantog revolucionarios al otro lado de los murospero hay tantos gendarmes en las torres que es imposible que los dejen salir, también aquí se apresan las canciones. Progromos contra los apristas: Porque supieron ser heroicos y altivos. como persigue la sombra de los caídos. de los caídos que engendran nuevas victorias.
Gigantescas sombras recorren el campo despertando a los pobres ya los humildes. éstos que no pueden apartar los ojos de la tierra y que sienten que el Perú es una inmensa cárcel!
Pienso en tu soledad: crugir de rejas que se cierran, voces de mando caras taciturnas y llenas de odio, y silencio, silencio anticipado silencio de la tumba, voces de alerta en el silencio de la noche no sea que buyan los condenados apristas. n reglamento duro que constriñe no sólo la libertad del cuerpo sino la del espíritu, volará tu pensamiento fuera lo único que aún tienes libre, pero qué corta la distancia ¡tan altos son los muros!
y otra vez volverá a refugiarse en tu corazón de hombre solo.
Somos los galeotes de esta nueva cruzada, generación condenada a sostener sobre sus hombros esta álgida etapa de la Historia.
Es la hora santa.
Hay un pueblo donde los hogares florecen negros crespones en las puertas.
Negra la ciudad. Negras las mujeres que pasean como ataúdes por las calles.
Los niños tienen la palabra enlutada.
Ya no hay voz que diga: padre.
Las tropas del desorden saben dónde están.
Los pájaros do cantan, lloran sobre los techos.
No es preciso ser insensibles para ser revolucionarios.
Porque duele el dolor en carne viva es que se ama la justicia.
Oh, santo pueblo de hombres que lucharon por nosotros, y por la nueva religión aprista, sobre tu grito regado de sangre, se levantarán los cimientos de una nueva sociedad generosa y sin odios mezquinos.
Pienso en tu celda estrecha y fría con doble frialdad: la fisica y la de mi ausenciacompañero apristano se hizo la paz para nosotros que a más, somos poetas.
En estos días donde el viento aulla, arrastrándose como un felino por los hogares, un dolor amargo ahoga la garganta de todos los peruanos, pero el viento empieza ya a rugir una tempestad. nuestra juventud como un árbol cargado de frutos?
Brindémosla a la Revolución cuya alborada ilumine ya los paisajes de América.
Noviembre, 1932.
Sobre las cruces clavadas en el campo las mujeres y los niños que han perdido la mano buena y guiadora del hombre, se consuelan con su llanto, que crece con la noche, como las aguas de los rios, agujereando la tristeza de su soledad.
Magda Portal (Liga de Escritores Revolucionarios del Perú. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica