Imperialism

REPERTORIO AMERICANO 205 La justicia, en la tormenta, quedó como buque náufrago.
Mil voces, como mil olas, en espuma se encresparon: La turba, siempre canalla, a la luna ha sentenciado: Mil corazones las puertas de la caridad cerraron: Mil piedras suben del suelo al levantarse mil brazos, hasta que Daniel descubre que mintieron los ancianos, y, como viento que barre nubes de cielo nublado, limpia de ancianos y pueblo la plaza frente a palacio. Halle su timón el buque, en el mar que se ha calmado!
lucha fecunda. El imperialismo lo sume mos el conocimiento de este grande de la en el silencio. Pero nosotros lo ilumi América nuestra. Más que esa farsa de namos, le quitamos bruma. Tenemos que la panamericanización debe interesarnos combatir mucho. Como combatía él el núcleo de hombres que ha trabajado contra tanta cobardía aunada para des efectivamente por la libertad de nues.
truírlo. Volvamos a don Juan Montal tros pueblos. Han sufrido humillaciovo, pero no para buscar su estilo litera nes, persecuciones. Sin embargo, con rio, sino para ponernos en contacto con espíritu de sacrificio inmenso, la lucha su gran alma combativa. Hay que dar los ha tenido medio a medio. Conmuo muchas batallas. Démoslas unidos. Nos ve oír decir a don Juan Montalvo en El desunen. Comprendámoslo. No quie Heraldo de las Siete Catilinarias: Pero ren que nos interesemos por don Juan he trabajado por mi parte tanto y tan Montalvo, porque precisamente en él se sin fruto en el corazón y en el entendijuntan las fuerzas que dan en el sepul miento de mis compatriotas, que al fin cro con muchas maldades, con muchas el desengaño es cumplido: pueblo que picardías. Interesémonos por las cosas no tiene amor a la libertad, mira como de estos países. No a la manera de la enemigo a los campeones de ella. Vol.
Unión Panamericana. Sino combatien vamos a don Juan Montalvo y hagamodo, fomentando el espíritu de lucha. No nos dignos de sus luchas formidables.
dejemos que se nos arrebañe. Para ven Digámosle que sí ha dado fruto su ensecernos nos pacifican e invocan como ñanza. Busquémoslo amorosamente para tarea digna de la loa más encomiástica mostrarle el corazón de la gente nueva, aquella menguada de la pacificación. Pa de aquella que el imperialismo busca y cificados veremos con indiferencia el halaga hipócritamente, corazón lleno de mal que nos ocurre. el mal de estos aspiraciones en bien de la libertad de pueblos es mal común. Lo sabe la Unión estos pueblos. Busquémoslo con desvePanamericana cuando no habla de don lo. No nos mire coreando los sermones Juan Montalvo que combatió soldadotęs de una organización funesta de imperiacomo Veintemilla y letrados como Gar lismo: que lo excluye de todo recuerdo cía Moreno. Lo sabe y guarda silencio. cuando él llega a los cien años de haporque allí están Machado y Juan Vi. ber asomado a un continente lleno de pícente Gómez y Sánchez Cerro en cor caros y de malhechores. Pero busquédialísima relación con la Unión Paname mosla realmente: Inspirémonos en don ricana. Los despotismos sirven mejor Juan Montalvo si no queremos perecer.
que ningún otro gobierno los planes del Nos absorbe el imperialismo yanqui con imperialismo yanqui. Para que se les la complicidad del criollo descastado.
de ayuda entregan atado un país. don don Juan Montalvo luchó contra la Juan Montalvo es el azote severo de los picardía organizada. Es un guía grandespotismos. Cómo los deshizo y sufrió de, porque somos pueblos con amor a Lo persiguieron, pero su es la libertad. El es campeón de esa liberpíritu indomable no capituló.
tad. Exaltémoslo en su centenario para Volvamos a don Juan Montalvo, no lo que el desengaño no sea cumplido en su olvidemos. En su centenario difunda memoria fecunda.
Juan del, Camino Costa Rica, 13 de abril de 1932, El rey dice. Me perdonas?
Luz de luna inunda el patio.
Parece perlas, la luna: que cae, casta, en sus manos: Hace música, la luna, en la pila azul, rielando: Se hizo silencio, la luna, en medio al cielo estrellado. Qué fríos tienes los pechos: Qué helados tienes los labios: Qué fijos tienes los ojos!
En sus mejillas el llanto, que hace rato secó el viento, rastro de sal ha dejado. Esos no són los luceros sing cirios parpadeando!
Salomón de la Selva San José de Costa Rica, marzo de 1931.
por ellos. INDICE IMAGENES DE LA LUNA 20 LIBROS QUE LE INTERESAN: Sus a a 4. 50 Envio del autor de los finos pechos pálidos.
De repente, la lascivia se hizo voz de cuatro labios. Si te dieran a nosotros. Siquiera que te tocáramos!
Susana, esposa del rey, se recreaha eu el baño: Se hacía perlas, el agua, de tornasol, en sus manos: Se hacia música, el agua, cuando se iba deslizando: Se hacía silencio, el agua, como de ciclo estrellado, bajo sombra de su cuerpo, en la pila azul del patio. Carne de la luna nueva, blanca de luceros blancos!
La luna nueva se esconde: Indices la amenazaron, Julio Vicuña Cifuentes: Estudios de métrica española Gladkov: La nueva tierra. Apuntes de una maestra. 00 Ben Jonson: Volpone o El Zorro. 00 Th. Birth: La cultura romana. 00 Dr. Bruno Weil: El proceso Dreyfus. 25 Ramón Pérez de Ayala: Tigre Juan. Novela. 75 Benjamin Jarnés: Zumalacárregui. El caudillo romántico 75 Pio Baroja: Las horas solitarias. 50 Gabor: Espías y saboteadores. El proceso de los ingenieros de Moscú 50 Max Nettlau: Eliseo Reclus, la vida de un sabio justo y rebelde. tomos. 00 Elias Erenburg: Citroen. 75 Alfonso Reyes: Calendario. 00 Enrique José Varona: Violetas y ortigas.
Notas críticas.
325 José Enrique Rodo; Motivos de Proteo. tomos. 00 Lafcadio Hern: Kwaidan. Cuentos fantásticos. Historias y estudios de extrañas cosas. 50 H, Barbusse: El infierno. 00 Pedro Emilio Coll: El castillo de Elsinor.
Palabras. 25 Teodore Dreiser: El financiero 25 Carlos Preyra: El mito de Monroe. 50 Salvador de Madariaga: Arceval y los ingleses. Juicios póstumos sobre Inglaterra que escribió Julio Arceval. 50 Solicitelos al Adr, del Rep. Am. Susana, esposa del rey, dos viejos te están espiando!
Brazos de mar de la vida que años adentro han quedado, en tormenta de lujuria los dos lúbricos ancianos codiciosos de la luna su marea desbordaron: Las garzas de su despecho alzan el vuelo gritando, con las patas estiradas y con el cuello estirado. Fragor de garzas de iacuso!
celos del rey despertaron: Alas de garzas de estero como manchas han pasado sobre el blancor de la luna enaureolado de llanto.
En la verde enredadera circunferencia del baño, tiemblan rugosos los dedos flacos de las cuatro manos: Los candiles de cuatro ojos humo negro están soltando y dan amarillas luces, que han visto la luna en alto sus dos puntas los pezones Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica