REPERTORIO AMERICANO SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXIV San José, Costa Rica 1932. Sábado de Febrero Núm. Año XIII. No. 573 Conozcamos Don Pepe Irigoyen De cómo se echó al basurero, en Colombia, una legislación previsora.
Poesias Schopenhauer y el viejo Vizcacha Feuchismo político.
SUMARIO Francisco González del Valle Qué hora es. Ernesto Giudici En la décima asamblea anual de la Socie.
dad francesa. La Nueva Educación Juan del Camino Una historia do espíritus.
Gris La intervención japonesa Francisco Grandmontagne José Asunción Silva Spencer Salvador Umana Sherwood Anderson Sanin Cano Luis Nieto Caballero José Asunción Silva Gotas amargas Conozcamos a Don Pepe De Social. La Habana. Diciembre de 1931 La reputación que como educador y filósofo tiene en Cuba José de la Luz y Caballero, está fundada más en la tradición y en lo que refieren sus biógrafos que en el conocimiento directo de sus obras; puesto que de los escritos que publicó en la prensa periódica de esta capital por los años de 1831 a 1840, y de los que en forma de libro dió a la luz durante igual período, no quedan más que los ejemplares existentes en las bibliotecas públicas de La Habana, y alguno que otro que pueda encontrarse en las particulares. Por lo que no sería aventurado afirmar que las generaciones que hoy viven no han leído las producciones del Maestro, del cual tan sólo conocen algunos de sus aforismos o fragmentos de sus escritos reproducidos por sus biógrafos y repetidos con frecuencia por nuestros educadores. Nada más necesario, pues, y en razón que descubrir (así cabe decirlo en este caso) las obras de Don Pepe, reimprimiéndolas, para que lleguen a conocimiento de todos, y sepan todos también quién fué ese eximio José de la Luz y Caballero cubano que enalteció el magisterio y sembró en la conciencia de sus compatriotas, por espacio de ocho lustros casi, que constituyen rarezas bibliográficas.
los sentimientos de justicia, honor y li En dichas entregas recogió el compilador bertad. EI, como Varela y Saco, roturó casi todos los escritos filosóficos de Luz la tierra y sembró la simiente que había y Caballero: razón ésta más que sufide florecer en Yara y en Baire y fué uno ciente, si tenemos en cuenta los pocos de los más significados precursores de la lectores que han habido y hay en Cuba libertad e independencia que parece de filosofía, para que no quedasen apeque no hemos de disfrutar nunca plena nas ejemplares de tales entregas.
mente. pesar de lo dicho, la memoria de El Maestro había encargado al mo. tan grande educador no se ha eclipsado rir, en su testamento, a sus albaceas pu ni un momento en la conciencia de su blicasen de sus escritos los que conside pueblo, el cual la venera y le rinde horaran dignos de ser impresos. Cosa que menaje cada año en la fecha de su muerno pudieron realizar entonces, tal vez te. Lo que no han logrado otros cubapor la suspicacia del gobierno colonial nos de su época, tan eximios como él: y por las dificultades económicas de la Varela y Saco, por ejemplo.
empresa. Parte de ese mandato lo cum Iníciase ahora, por segunda vez, la plió el hijo de uno de sus albaceas, li impresión de las obras de Don Pepe, que cenciado Alfredo Zayas, quien comenzó comenzará con los trabajos que sobre a publicar en 1890, por entregas, las materias de educación o pedagógicas dió obras de Don Pepe, que suspendió al si a luz en los periódicos y revistas de esta guiente año, antes de terminar el se capital o en folletos durante los años gundo volumen. Dada la forma en que de 1832 a 1834; que han de servir, a no fueron publicados esos dos volúmenes, dudarlo, para intensificar el amor y rela mayor parte de ellos se perdieron, cuerdo a tan esclarecido mentor, y que conservándose muy pocos ejemplares, las generaciones actuales confirmen, por conocimiento directo, el justo renombre que como educador y filósofo, y también como patriota, goza José de la Luz y Caballero en Cuba, desde hace casi una centuria. Cuando sus obras se publiquen dijo su primer biógrafo, Antonio Bachiller y Morales será general su reputación coino sabio.
Con cua to dejó escrito el autor del Instituto Cubano podrían hacerse de seis a siete volúmenes: dos o tres de materias educacionales, tres de filosofía y uno de varios; en los que quedaría lo.
mejor y más importante de su producción.
Fueron tres los aspectos en que se destacó la personalidad de Luz y Caballero: como educador, como filósofo y como patriota. Fué educador por vocación y por el ansia que sentía de mejorar la sociedad de ı tiempo; filósofo por sus anhelos de saber e inclinación al estudio y la meditación; y su gran amor a Cuba, a la libertad y a la justicia le hicieron sentir la patria al punto de que este sentimiento resultara el más dominante; después del de la justicia, y presidiera e inspirara todos sus actos.
Por eso resultó al cabo tan sin igual maestro, porque su saber y patriotismo marcharon siempre unidos, procurando despertar con el amor a las ciencias el amor a la patria. El dijo que lo fundamental no es enseñar, sino el espíritu con que se enseña; que el filósofo ante todo debe ser patriota; que el patriotismo ha de ser el primer cooperador de la ciencia, y que la tendencia de sus enseñanzas eran a un tiempo científicas y patrióticas. Esa compenetración con las necesidades sociales de su época, y su consagración a remediarlas dieron a toda su obra ese sentido de humanidad, de honda piedad que hará imperecedero su nombre.
El sufría en su persona todos los dolores de su pueblo y cuantos vejámenes e injurias se inferían a la patria, cobrando con ello fuerza para continuar en su magna labor de hacer hombres: hombres activos y pensadores, pero más activos de corazón que de entendimiento, que era lo que demandaba la patria, según decía. Dominando su impaciencia, trabajó día a día, duran Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica