186 REPERTORIO AMERICANO El espíritu del café circula por los poros no se es un altar de piedra lleno de be ranza, con las patitas finas, el cuello de esa tierra de migajón fácil, y es cosa cerros judíos.
también delgado y un cuerpo solo sufimás noble todavía que el espíritu del vi Una fruta casi monstruosa es la que ciente. Contento se está allí de que su no en la viña de Virgilio, que necesita al cargan en el millar de globos que de un gente sea dulce, desprovista de voracicabo malicia de hombre para volverse lado se queman con la lamida del sol has dad y provista de suavidades, sabiéndopasión.
ta quedarse negros, y de otro guardan se la amistad y regustándola en los días Yo he dormido en esta tierra vehe su color verdadero de miel verdosa, sin lentos; contento se está de representar mente de Llauco, y como al cabrito de rojear nunca como los demás frutos conuna tierra pequeña que, con dos penínla leyenda árabe, las venas del perfume gestionados.
sulas oportunas debajo, también se hadel café, su alma circulante debajo de Desde la cabeza a la mitad del tronco, bría parecido a un cordero.
mi casa, me daba un sueño rico, hasta el árbol muestra un estandarte frutal, un poco alucinante, y todavía me siento quieto de su riqueza, y él entero es una El jíbaro. Ahora se dice la entraña la sién cargada de esa pasión que chupé especie de Carlomagno frutífero que se de la Isla agraria diciendo al jíbaro (1)
y guardé en tres noches de una almoha exhibe seguro de que no se puede po fundamental, autor del campo, proveeda tan fuerte.
seer más. No se le desgajan las ramas dor de todo para sus gentes, excepto de un vicioso de este vicio mixto de ar leoninas y yo no he visto entre cargado la luz y el aire.
Se dice el jíbaro espa.
dentía y aroma que es la taza de café, ie res de leña ni de metal uno más cierto ñol que vino de una raza hermosa, con he pedido definición del de Puerto Rico, que el de que puede cargar sin rasgarse.
cuerpo serpentino de Andalucía, parquey él me la ha dado más o menos así: dad castellana en el hablar y señorío en El café asiático o africano se parece El árbol del pan. El árbol del pan se los gestos de vivis, y al cual han afeado a esos padres que siendo solamente bue dice el séptimo. El buen gigantón tiene los patrones con esclavitudes y. hamnos pasan a ser excelentes en los hijos. las hojas en mano mitológica, partida y bres, y el trópico con sus siete plagas, de Los cafés americanos, y el puertorrique. gozando el aire. Pocas ramas lo asisten manera tan perfecta en la operación de:ño el primero, se han llevado delante en lo mismo que a nosotros poco hueso, y moníaca, que ya nadie sabe que ese homhonra y provecho al padre árabe que por eso es tan huniano que dan ganas de bre de cara amarillenta y esqueleto doemigró a tierra más feliz que su Yemen, decirle padre y se lo han dicho blado vino de España como vinieron los al Trópico antillano para procrear estirmongoles del otro lado. carga un footros grasos de las ciudades aprovechape de cafés.
doras.
llaje escaso que es hermoso de eso misUna se pregunta quién es, no El café de Puerto Rico es viril por siendo el indio americano ni el negro de la intensidad con que salta al cerebro mo, de extender pocas ramas en la luz, las Jamaicas; se entra en sus casas que donde se las puede contar.
El fruto no apenas bebido, y es femenino por la ex. parecen un coco vaciado y puesto en el sabe mucho, sabiendo, en todo caso, lo citación sin daño que da a su bebedor.
barro, y donde caben los seis o los ocho; Al jazmín se le parece en lo de ser fuerte que la santa harina, y lo columpia gran se le mira en silencio porque quién va a sin golpear el olfato, y al sentimiento dote, de modo de hacerlo ver al dueño jípreguntarle nada de su destino sobrenaque conmueve y no agita.
baro para darle la seguridad de su mesa.
tural de desgracia, si él mismo no pueArbol del pan, grande, sabio y sustenDejo como mío el elogio del bebedor, de entenderle, y una llora de él y por él, tador, dotado con virtudes de hombre, y veo que me ha tomado el tono de alacon el llanto corriendo garganta abajo, banza que tengo al decir las artesanías.
yo quiero darle jerarquía en este mundo: para que él no lo vea y no entienda su Al cabo el café es un trabajador duende primero, la palmera real de Cuba; descabal desventura.
de los nervios y lo más fino que pueda pués la araucaria de Chile; después, y laSe dice al dueño de la Isla que no tiedo a lado, el árbol del pan con la ceiba.
darse entre los operadores de nuestra ne nada en ella aparte de su cuerpo, ni sangre.
la buena casa, ni la mujer feliz ni los Los flamboyanes. El árbol del niños sanos. Fructifica la naranja bajo fuego se pone el octavo, el que lleva Los toronjales. Los huertos de toronsu mano de riego, la palmera entrega nombre español en el Salvador y al que ja se dicen los quintos. Muestran el 03cuanto tiene de entregar, y el café no coen la Isla le han dejado el apelativo galo, curo brillante de la vegetación robusta, noce otro curador; pero sus niños ven bonito, pero advenedizo, de flamboporque en las plantas una savia demacómo naranjas y cafés pasan del planyant. que habría que abandonar, amisiado rica ennegrece el árbol enmoretío a cajas y sacos, suben a los camiones gos míos, porque la planta, tanto como ciéndole el color, con lo cual los torony se van por las carreteras blancas al los hombres y las bestias, quiere ser jales tonifican el llano donde el cañavementada en lengua propia.
puerto y los puertos, sin detenerse. ni ral adulto lo emblanquecía demasiado, por ocurrencia en la puerta de su casa a Las avenidas de flamboyanes arden dando a los ojos languidez.
descargar y proveer.
cuando viene el buen tiempo de la flor En los lugares donde el toronjal domiLa tierra labrada hija de la máquina vehemente, y hacen pensar en las avena, la tierra de la maravilla revuelta que más la mano y de ésta más el alma, la nidas de las hogueras rituales, preparaes el trópico árboles pecho con pecho y tierra cultivada y culta que casi habla, das para el paso de la procesión sacerdoresuello con resuello. se organiza romaél sólo la ha limpiado y organizado, y la namente en escuadrón de troncos bajos conoce tanto como el cuerpo de su muLos árboles de ramas gesticulantes y y gruesos, soldados de espada corta y jer; el paisaje es voluntad suya después áridas dan la floración absoluta sin mezescudo.
de la voluntad de Dios; el aire del camclarla con abundancia intrusa de hojas Los toronjales que yo no me conocía, po no vive conmovido de otra cosa que en un orden de ardor puro y si yo quime recibieron en fruto como para curarde sus azadas rítmicas, de sus pies dessiera símbolo para mí y que siendo floral nudos como el de sus bestias y de las me gustos sensibleros de floración, y se no sea blando, del flamboyán me acordame mostraron con sus cuerpos ya cuajacanciones que suele cantar y en las que ría, que arde lo mismo que yo, como si dos de la toronja excesiva y perfecta. Dios nos hubiese hecho a ambos en el punza la dulzura de las esclavitudes clásicas egipcia, hindú o quechua.
Cada uno parecía un carro de tributo ro mismo momento, a mí con la derecha de Alabando la tierra de Puerto Rico y mano cargado hasta los topes.
hacer criatura, a él con la izquierda de enumerándole mota a mota los cultivos, Cuando los pintores de alegoría an hacer planta.
den buscando la estampa del árbol canaquién va a callar a su padre el jíbaro, neo con el perímetro cargado de fruto; El cordero de escudo. Ahora viene el cual, como en los mitos, es padre, ma.
rido e hijo, todo en una sola pieza.
cuando se asqueen de mitología sobajea como noveno el cordero del escudo, Ocuda y no quieran ya pintar la sabida Po rrencia rara del conquistador, al que le Olvidado el jíbaro, saltado en los limona del pecho acribillado de frutos, bros de los escritores, tirado fuera del gustaban águilas y leones, este corderisino al mismo árbol cargado y cargador, to que le dió a Puerto Rico, bien parado almud de la patria, en cuanto a bullicio que se acuerden del toronjal de Puerto sobre el Evangelio.
o verdolaga. 2) parece que no se acor.
Rico, que cumplirá bien su encargo de El cordero industrial, de lanas gordas, dara nadie de que él existe, sino el Dios estampa de la abundancia. El sostiene eso no, sino un corderito como salido de (1) Jibaro, campesino de Puerto Rico cuanto es posible sostener en tributo si la boca de Jesucristo en una bienaventu. 2) Malos pastos, tal. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica