EDITOR: García Monge Suscrición mensual, c2. 00 EXTERIOR: CEI semestre. 25 El año, 86. 00 o. am Giro bancario sobre Nueva York.
Correos: Letra SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Un coleccionista de ríos cionaba postes de telégrafo, aunque, por ¿No tenemos ya un enorme sobrante de ciudadanos complejos? Habría que angosturas de espacio, se veía obligado De Luz, Madrid propagar activimente un buen contraa dejar los postes en su sitio y contemveneno de la hipertrascendentalidad, plar, desde el tren, la colección. pastillas para la sencillez, ideas ágiles Bertrand Russell nos da, con la pasy risueñas, cuyo primer objeto fuese tilla, el prospecto que lo explica todo: desarruger trunces y encender chispas el modo de tomarla y la cantidad de en los ojos. El que los problemas sosencillez que se invita a engullir. Los ciales sean hoy, como nunca, de gran caprichos y las manías no son en mucalibre, no debe ser precisamente una chos casos el germen de facilidad funrazón para atender a su desarrollo con damental, sino un medio de huir de la más claridad de espíritu. Por mi parrealidad, de olvidar por un moment te admiro a esos pocos propagandistas de especifices contra la sombria comalgún contratiempo que es difícit afronplejidad tantas veces careta, tautas tar. La felicidad fundamental depende, veces sinónimo de gravedad asnal; sobre todo, de lo que pudiéramos llama fervorosamente aplaudo a esos hombres un interés amistoso por las personas y de sencillez largamente elaborada en las cosas. Un buen coleccionista está el estudio de cosas y hombres torvos, siempre inucho más cerca de prenderse enmarañados; por eso, cuando Bertrand emotivamente al mundo que cualquiera Russell se me acerca y me invita alcde esos luombres hipertrascendentales gremente a adquirir sus pastillas para. más que queridos, soportados quc conseguir la felicidad, yo las compro, nunca abandonan el seno frío de su me las enguillo y las propago: idea. amante ultratelúrica, vampire ;Pastillas para La conquista de la sa de tiempo y espacio, tirana de todo felicidad. del doctor Russell. Cinco goce menudo, de todo amor juguetón a las cosas triviales y a los espíritus senpesetas la caja. La caja o el libro. o cillos.
mismo da. Todo libro tiene forma de caja, cuando no contiene divino lirismo El querer a muchas personas espontáneamente y sin esfuerzo es tal vez la actual, porque entonces apenas suele ser mayor fuente de felicidad personal una oblea. llega a decir Bertrand Russell. tam.
Luego vienen las sorpresas. Para habién: El quc. puede olvidar sus preocucernos felices, Bertrand Russell no apepaciones interesándose sinceramente en la a ombligos búdicos ni a cínicos toalgo, por ejemplo, en el Concilio de neles, no apela a grandes combinacioTrento o en la vida de las estrellas, n)nes sistemáticas, reduce su método a tará que al volver de su excursión a algunos conceptos triviales; por ejemplo, nos aconseja ser coleccionistas. Se Bertrand Russell ese mundo impersonat ha adquirido su reposo y unu calma que le capacitan paatiene al ejemplo de un gran hombre ra afrontar de buen humor tode ciencia contemporánea que da molestia. Nótese bien. se reparte entre las matemátiUna obra ese mundo impersonal. Bertrand cas y el coleccionismo de sellos.
Russell inyecta en Porque, entre dos grandes preocu De Crisol. Madrid su especifico zunios de paciones. políticas. religiosas evasión. Sao científicas. hay siempre una La conquista de la felicidad es uno de estos libros de Bertrand lir de si mismo, contemplar una rendija por donde filtrarse la aleRussell, tan queridos del público inglés, porque en ellos se entremezmaravilla ajena y volver con ja gria de un hallazgo piedra, puño clan temas metafísicos y motivos cotidianos. El inglés gusta de este flor de ese hallazgo al intimo pade bastón, idea, timbre, móvil, esgénero de reflexiones que el puritanisn:o estimula como una trannal. No mariposa, abeja.
tampa o abanico. Por qué ser sacción entre la fatalidad del destino humano y los valores vitale Vieja y deliciosa receta, hoy esclavo de nuestra propia impordel mundo. Por lo demás, el problema de la felicidad humana es tan muy poco seguida. Nos rodean tancia?
insoluble como el de la muerte. si para ésta se han inventado la En cuanto a mi dice Russell ilusión de inmortalidad y el recurso de la fe religiosa, el dolor del gentes que oportunistas o gazná colecciono rios; me gusta haber hombre solo tendria atenuación con virtudes que por si mismas está a piros mariposean en torno a una recorrido el Volga y el Yang Tse, divorciadas de nuestra propia naturaleza. Russell. pone a la cabeza opinión, a un hecho, que ellos no y siento mucho no haber visto el del libro el pensamiento de Walt Witman, que considera felices a los intentan modificar, mucho menos Amazonas y el Orinoco. Por senanimales porque no se ufanan ni se quejan de su suerte: no se dezmejorar, sino manosear, desteñir, piertan en la noche con el remordimiento de sus culpas; no aburren dejarlo imposible para vos y pacillas que sean estas emociones, no a nadie discutiendo sus deberes para con Dios.
ra todos. Revendedores de la acme avergüenzo de ellas. Pensemos Russell censura, naturalmente, los rasgos más característicos de tualidad que otros fabrican, conen la profunda alegría del aficiola moral occidental para deducir que ella es, en buena parte, causa tradictores de pensamientos que nado a base ball, que lee ávida importante de la desdicha humana. Parece que la generosidad y el ellos no supieron forjar. Son los mente los periódicos y se emociona. sentido solidario de la vida contribuirian a hacer de ésta una atmósal oir sus resultados en la radio.
holgezanes de la casa, que eterfera amable para el apetito individual. Cuando las circunstancias namente se burlan de los coleccioMe acuerdo del día en que hablé exteriores no son definitivamente adversas, el hombre debía ser fenistas, porque ellos pueden siemcon uno de los más conocidos lite. liz, siempre que sus pasiones se dirijan hacia fuera, no hacia denpre. adquirir sin paciencia ni enratos norteamericanos, un hombre tro. Pero ese es el punto principal de las disputas de nuestro tiem.
tusiasmo cualquier a quien suponía, por sus libros, po. Las circunstancias exteriores son definitivamente adversas para colección inelancólico. Pero ocurrió que en una sociedad que ha tenido que consagrar en sus múltiples relaciones completa. Cuándo aprenderá el el principio de la lucha de clases. La tranquilidad material, el disseñorito que su primera obligación aquel momento comunicaba la rafrute de los bienes que por ser hijos de la civilización debieran ser es acrainarse, para convertirse dio los resultados más decisivos comunes a todos los hombres, es quizá la clave de la felicidad hutrabajando en hombre libre y del base ball; se olvidó de mi, de mana. El dolor Inoral tiene muchas veces su raíz en sufrimientos. normal, digno de ser legitimo cola literatura y de todas las trisfísicos. si bien es verdad que un hornbre en ple:20 goce de todos tezas de su vida y vocifero, lleno los atributos de la fortuna no puede climinar los conflictos interio: leccionista; es decir, hombre quien lace gozar y sufrir el hallazde alegría, al saber que los suyos res que rellenan da angustia su existencia, no es menos cierto que la go de las cosas, preadido al mundo habinn obtenido la victoria.
desgracia de vivir se convierte en tragedia para aquellos a quienes no por dudosos lazos de herencia (El ilustre hombre de ciencia el privilegio social asigna injustaniente el papel de víctimas. Nadie colecciona ríos, pero no puede enserá capaz de afirmar que una buena situación económica preserva y privilegio, sino de leal conoci.
de la infelicidad: pero no es injusto creer que la pobreza es cómplimiento, de espontáneo amor. vanecerse de ser el más original ce de la desgracia.
coleccionista. Quién no conoce a Díaz Fernández Benjamin Jarnés aquel excelente viajero que coleca Impranta LA TRIBUNA Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica