Democracy

REPERTORIO AMERICANO 183 a y hallar allí cuanto su corazón en ver de luchas mezquinas, y de odios, y de de sus deberes y pagador de impuestos dad anhela, y el don de poder adorar andar buscándolo en donde no está. todos los grandes dirigentes del pensaen paz el sacro Fuego de la inspiración Por una parte esta doctrina es a la miento griego se volvieron de espaldas que le guía. Pero Dionysos da su Vino vez práctica y humilde: Es la doctrina al mundo y buscaron refugio en el Alma.
a todos los hombres, no sólo a los poe del contento, la doctrina que nos enseña Las palabras que he empleado al azar tas. De modo que, contra el poeta, puede mejorar las cosas cooperando con Vivamos de conformidad con la Naendurecerse el corazón de los hombres ellas y amándolas. Por otra parte, es un turaleza. expresan el fundamento de la sólo cuando desprecian la alegría. Por llamado a la fe casi mística del poeta doctrina moral no sólo de los estoicos lo demás, dice Eurípides: o artista que hay en todos nosotros. Pro sino de todas las escuelas filosóficas. Los Ese rebaño Humanidad. sencillo, bablemente no hay quien no haya te platonistas buscaban la Bondad, los esnido bien sea en las montañas de Suiza, toicos la Virtud, los epicúreos el Placer; sin nombre, tiene acciones y creencias. en los piados comunales de Surrey, o que entrañan para mí verdad bastante!
estos diversos nombres nombran un misen las calles repletas de gentío de las mo Fin; Fin que no siempre está en el Suyo es, pues, un misticismo que grandes ciudades, en los asientos altos futuro, ni es cosa del más allá. sinó abarca a la democracia así como incluye de los ómuibus de Londres, y aún denactualidad, por apartada o lejana que al amor al prójimo. Amor al prójimo y tro de las casas londinenses la sensación parezca, que existe dentro de nosotros democracia son detalles, necesarios los momentánea de estar, al parecer, rodos, para el logro del fin cabal. Ello deado de una vastedad casi intolerable, mismos, dentro de cada ser.
implica fo en el «hombre sencillo. rasgo de belleza y de deleite y de interésLa antigua devoción a la Atenas del siempre característico de la mayoría de los. Ah, si pudiera uno hacer suya para las ciudades que tan bajo y temibleSiglo Quinto, a aquella. Princesa entre grandes idealistas y reformadores. Ello siempre, esa hermosura o entregarse a mente había caído arrastrando, al caer, implica también la doctrina de la Igual ella para siempre! El crítico dirá que dad, doctrina esencialmente religiosa y ése es el busilis. De nada sirve decirle a sus amantes por lodazales de sangre.
mistica, de continuo probada falsa en al mundo que halle la felicidad viviendo y polvo, cobró nueva vida en una especie de fascinación mental de los filósocualquier sentido nuevo que se formule, perennemente en el alto nivel de estos y que, no obstante, de continuo man momentos efímeros, momentos que en fos individuales de las postrimerías dol tieno su lugar entre las creencias vivas los altos poetas y en los profetas puehelenismo y de principios del cristiadol hombre.
den durar días. Es más sencillo y más nismo. Pero ya no era ciudad terrestre primera vista resulta raro, extraño, práctico decirles a todos que cada uno la de su anhelo, ni ciudad a la cual este menosprecio del Eurípides de Las tenga una renta de diez mil libras esrendirle homenaje en conquistas milibacantes por «los sabiosy por la sa terlinas al año.
tares, ni dándole policía eficaz, ni pabiduría. Toda su vida había sido el No nos enredemos en lucha con ese gándole impuestos y creándole servicios poeta luchador, poeta soldado, del cono punto. Pero vale la pena, apuntar aquí, de educación pública. Era, antes bien, cimiento, apóstol del progreso y de la para terminar este estudio, que la línea «la gran ciudad única en la que todos ilustración. Pero no existe contradicción de conducta que Eurípides sugiere fue, son libres. o la Ciudad del Alma Huverdadera. Su queja es que «los sabios» históricamente, la seguida por casi todas mana. El poeta ha dicho. escribe uno no lo son lo bastante, que el conoci las más elevadas mentalidades de la an de los últimos estoicos, hombre que te.
miento que el hombre logra es cosa tan tigüedad y de la primera época del nía ciudad propia, y bien grande, que poca y tan estrecha en comparación con cristianismo. Excepto Aristóteles, que, cuidar. El poeta ha dicho. Oh Ainada el conocimiento que soñara lograr. En característicamente, se aferró a la ciu Ciudad de Cécrope. no puedes tú uno de sus pasajes más difíciles y her dad concreta y al ciudadano cumplidor decir. Oh Amada Ciudad de Dios. mosos, Euripides parece darnos él mismo explicación amplia de su modo de pensir Gilbert Murray sar å: este respecto (vv. 1005 ss. No somos enemigos encontrados tú y yo, Saber!
Yo corro tras de ti con pies alados, Poemas de Jaime Torres Bodet tu servidor más fiel. De la obra Destierro. Madrid. Espasa Calpe, 1930 pero azotan al mundo fuertes vientos que no vienen de ti, Sueño del hospital tempestades que baten los cimientos de la mansión que alzaste para mi, Yo tenía que llegar.
pavos de toisón al pecho y en medio a la tormenta que desgarra ¿Adónde. y cervatillos con bosques el cielo azul, No lo recuerdo.
de azoro en los ojos tiernos.
la lucha de la garra con la garra, Quemaba rieles de luz, La Virgen de los Termómetros que no resuelves tú; cortando luna, el trineo.
dijo de pronto: entre el fragor del odio y del cinismo La lluvia oxidaba el sol Está ciego.
de ley opuesta a ley, en el grito de los perros.
surge, lejos de ti, sobre el abismo, mi sangre se elevó Ochos de látigo of la Vida que proclama a Dios su Rey!
por mil columnas de acero multiplicándome el viento.
hasta llegar a la aduana ¡Y qué grata es esta voz deli Euripi Yo tenía que llegar. de dónle ¿de qué pais. des de antaño entre la música extraña. Adónde. No puedo ya. No lo encuentro.
nueva, de Las bacantes!
No lo comprendo.
No nos corresponde juzgar en este, ensayo hasta dónde sea cierta esa docDel otro lado del mundo En balaustradas de fiebre, trina, ni hasta dónde sea buena o mala.
me estaba llamando un pueblo de codos, el firmamento.
Nos basta ver su esencia: Que el fin que brusco, metálico, sordo, la vida sirve no es del futuro, ni está erizado de teléfonos.
Abajo brillaba el mar niquelado del espejo, en las cosas externas, ni se logra meEl hambre me perseguia y en su lámina de azogue diante el éxito o la buena fortuna, ni por los vitrales del sueño, un ángel, todo de blanco, nos lo puede quitar lo que otros hagan: dibujando entre racimos estaba tomando el pulso Vivamos de conformidad con la Natude bodegones flamencosde un cronómetro de hielo.
raleza, y la Vida misma será la dicha.
frías peras de metal, El Reino de los Cielos está en nosotros, La Virgen contó hasta cien.
manzanas de raso terso, aquí y ahora. No tenemos más que acepDijeron no los silencios.
granadas acribilladas tarlo y vivir en él, en vez de crearnos de perdigones sangrientos, En un patio de hospital tinieblas que nos lo escondan, tinieblas pescados con armaduras, quedaba un paisaje muerto. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica