136 REPERTORIO AMERICANO Flores Jiricas de los jardines de Rusiñol Pericles, dicęse que ella fue quien le instrưyó en elocuencia y aún quien conpuso sus más famosas oraciones. Sócrates le en De La Gaceta Literaria, Madrid, seño, Diotina, la cortesana de Mantineia. Jardin junto a la via Año Sentimental Epicuro no tuvo jamás discípulo tan ferReverdece viente como la cortesana Leoncia: Santiago Rusiñok hay pintado los jardines de hay otra razón más, no menos poderoEspaña: lo ha hecho ih warte delicado y. amoRama triste roso. Ila pintado las usamedus de AranjuezRetorcida en tu dolor, sa que las que hemos revisado, por la que por las que pasara, no wincho antes de morir, Ya primavera, le viste hasta honor tenga la profesión de la hetaira. Espronceda, con su firs pylida, sus bucles de ébaDe verdor Hay un amor contrario a natura que man. no y su ancha chorrera de encaje; los cármenes Abril perfumado avanza, cha a la civilización griega. Esté vicio, que ses, y al pie de los cipreses los rosules tupidos, del Generaliſ. con su cielo translúcido, sus cipreVuelve el pájaro cantor es color de la esperanza no mencionan los escritos de Homero ni los de los que, en silencio, suavemente, caen los pé.
Tu color.
de Hesiodo, parecen haberlo producido los talos lacios; los viejos jurilines de los caserones juegos públicos, con su exhibición del cuer castellanos, jardines abandonados, que tienen en Mayo que fue po masculino enteramente desnudo.
el fondo in palacio con los cristales rotos, con El hombre más erudito de mi tierra. las puerlas cerradas. De todos los jardines, Oh, cuán breve primavera.
huertos y cortinales de España, si en este minute yer era. le interrumpi diciéndole, a quien lla de etiocación trato de preferir alguno, a mi niemoY no es yu: mamos por su infinita sabiduría Brujo del ria acude la visión de un jardin situado junto a los Fué la dicha pasajera Irazú. ha dicho lo contrario, y para expli vieles de un ferrocarril. Es en un rincón de CastiQue se va.
car el pudor ateniense ha enseñado que hasta. columbra la ciudad; dos o tres campanarios deslla, muy lejos de Madrid; desde un allozano se Fré lo por venir soñado Que, casi sin presente, a las estatuas desnudas les colocan hojas de can en el acul. Al pie de la loma se levanta una Brevemente parra. casa rodeada de un extenso huerto. Cierran el Es pasado. Qué es tánta insensatez, tánta igno huerto unos tapiales. De la ciudat, sólo llegan, Calma festival rancia. me preguntó Plotinó sorpren. áqui los campaneos lejanos suaves de sus igledido. tal llamas sabio y erudito? Im. bandas no han sido tocados ha largo tiempo. En sias. Dentro, en el jardin, los arriales y plataEn el agua Lranquila y trasparente púdicos en la exhibición de sus cuerpos han una estancia de la casa todo está igual con una Está el color dormido, sido siempre los griegos después de las eda. cama deswechu como hace ocho o dies años, reposa el sonido.
des heroicas, y ello ha engendrado pasiones cuando aquí sacabó lentamente una vida. En el En la calma infinita del ambiente.
que juzgan irresistibles, por feas que a nosotoño, en la primavera, los rosales se cubren de Ni una vos ni un rumor. Sólo se siente, flor; una dulce fragancia llena el ambiente. De Como tenue latido, otros nos parezcan, aún cuando confieso tarde eil lärde pasa rozando las ta pias del jardín El pal pilar de las alas en el nido que los egipcios que conoció el judío Moisés, un trin, Unos marchan pesados, lentos; otros el correr silencioso de la fuente: las toleraban, de modo que en sus leyes le pusan ranitos, vertiginosos. Si es de noche, un decía a su pueblo el profeta: Vo seréis coresplandor súbito se cuela por cl tarillaje de la Hay una sensación de paz y olvido puerta. Seres humanos cruzan en esos trene En el bosque y el mar: plácidamente mo los egipcios que yacen hombre. com homarriba y abajo. Con ellos van afanes, tristesas, La realidad se esfuma, y sólo deja bre. Quizás de Egipto los griegos hayan deseos, amarguras, dquí todo está en silencio, 1! go que como en sueños se asemeja: recibido esa influencia nefasta. El hecho doido reposa con una pus profunda. La casa se Es la fuente un murmullo, Es el nido un arrullo, es que a tal grado han llegado, que a Ilebe halla cerrada y desierta. Un silbido agudo rasga Ila mar una queja.
hubo de reemplazarla Ganimedes, y ¿cual los aires; en el jardin, silencioso, abandonado. de los rosales caen ajados los pétalos.
de los más feos vicios terrenos no se ha tras¡Oh, Santiago Rusiñol, dilecto amigo! Habéis Caen las hojas.
ladado al Olimpio? Los artistas de la decapintado los jurdines de España: los de Granada, dencia han reflejado estas pasiones en sus los de Aranjues, los de Castilla. Un tinte de vaga No escribas de los campos. Solo viste estatuas de Hermafrodita, de Baco, y del melancolía hay en vuestros jardines. Pero ninEn sus pardas llanuras el matroño, Que sol, y cierso, ji arides resiste.
aún más afeminado Apolo. Los moralistas guno de vuestros espléndidos juridines, tan triste, tan de nuestro pueblo castellano, como este jarEn la tierras feraces no seguiste han elevado esa depravación al rango de la din perdido entre las lomas de Castilla, todo reEl proceso del brote y el retoño, amistad y a ella atribuyen hasta el herois poso, todo silencio, todo. muerte, junto, a cuyas no puedes saber como el otoño Es en los campos hondamente triste.
mo de Aquiles y el de la tebana legión de. iapias pasa vertiginosa y febril la vida.
Epaminondas. Harmodio y Aristógiton En la pompa que sueñas, en la roja Azorin Coloración en que se ve teñida también estaban enlazados por este amor.
La selva verile apar, hay la congoja Habíamos vuelto hacía rato a la puerta de Oración en el jardin el temblor de la elerna despedida: la casa que Ammonio Saccas había creído, En cada hoja con buen tino, convéniente para nosotros. Yo me quiero morir, como se muere Que vuela por los aires desprendida todos los años el jardín, y luego Del árbol secular, cae una vida. El estratego, o vigilante nocturno, viénrenacer de igual modo que renace donos en animada conversación. vino hacia Francisco de Icaza todos los años el jardin. Se han ido nosotros con ganas de hablar. Plotino dijo los pájaros; laron en pos de ellos. Santiago Rusiñol por sus que en ese momento se despedia. Lo de la las hojas, pero no tinius alus.
casa para vivir a lo griego con la niña. No me quiero morir como las hojas, Jardines de España me dijo significativamente. mañana me ni quiero ser el árbol de perenne Maraña del laberinto, verdor aiusto, ni el arbusto dócil lo ordenas. Comprendí lo grave del pro. cortado en selo, sino el árbol libre. qué Ariadna te destrenzó?
Misterio de la glorieta, blema.
desnudo atleta que en el suelo ahinca ¿qué surtidor te cantó?
Entré aprisa. Qué tibio, con ella, estaba las fuertes plantas y en el aire luerce. qué arrayán embrujado los recios brasos: no el perdor eterno el suave lecho. Qué tibia estaba ella! Yo, todo el jardín embrujó?
sino la fronda renovadla, el fruto en cambio, estaba helado. Se despertó el Maraña del laberinto, cuando el año lo envíe. Aqui ne tienes clavel moreno y me tendió los brazos. La Señor, desnudo como el árbol. Dame ¿qué Ariadna de destrenzó?
muñeca? me dijo, igual que la esposa dócil, tu mutismo de lluvias y tu crisma Arrayanes, surtidores, di sol, y dame vestiduras nuei as, de quince años, de quien habla Jenofonte laberintos y glorietas, inmaculadas. El jardín de invierno y de la que me contara Plotino. por eso, cipreses para poetas, callado está: mi corazón callado.
esa noche, no hice nada sido besar nísperos Habla tú; luego tisteme de hojus.
sauces para soñadores.
Jar acul que estás dormido, guanacastecos, probar higos de MesopotaIlgo de tus palabrus, al moverse fuente que estás desvelada.
mia.
repetirán, como inspiradus linguas.
Granada abierta, Granada Persiles Enrique Dlez Canedo como un corazón partido.
Inredia, agosto, 1931. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica