Repertorio Americano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXIII San José, Costa Rica 1931. Sábado 12 de Setiembre Núm. 10 Año XII, No. 554.
Gabriela Mistral propósito de Bolivar El viaja conmovedor de Gandhi Un Tagore de Nueva York El sistema de Plotino Poemas SUMARIO Roberto Brenes Mesén Descubierta la jugada de políticos y capitalistas contra Manuel Sáenz Cordero Cuba Juan del Camino Gabriela Mistral Provincia: Persilos Mi tristeza Gabriela Mistral Emilio Roig do Leuchsenring mighetti Mar Jiménez Cuenta Myrtis, en el bello único poema Gabriela Mistral rios del mundo femenino parecieron acoque dió fresco verdor de mirtos a su nomdarse un momento en el alféizar de la ven De Nosotros. Buenos Aires, bre, que al silvano santuario erigido en hotana que da a la luz del día donde los homnor de Eunosto no podían aproximarse las bres experimentan su encanto sin las más mujeres; pues que una de ellas, Ocna, pode las veces penetrar su esencia.
seída de vengativa decepción, calumniosa. Cada uno de sus poemas, allá por el año ante sus hermanos acusó a su amado, el 1912, cuando solían venir a mis manos en inocente Eunosto. Ellos le dieron muerte alguna que otra revista, se iluminaba en mi y huyeron al destierro. Ocna, desde un conciencia como exhalación en noche de acantilado se precipitó al olvido. Mas para estío. Había en ellos versos de inexplicable castigo a su memorial prohibióse a las musortilegio, como de necromántico poder evojeres la entrada al bosque y al santuario cativo, que traía a nuestra vida emocjones.
consagrados al mancebo.
de un mundo no frecuentado sino en los Sacros campos así existieron en todas sueños.
las edades y en todas las civilizaciones. LuTraté en vano de sustraerme al influjo de: gares santos, circunvalados presbiterios la emoción que algunos de aquellos poemas adonde no fué dado a las mujeres penetrar.
inducían en mi ánimo. Logré descubrir Pero no menos santos, y sí más misteriosos, que existía en ellos una recondita fosfoaquellos bosques de la ventosa Tebas, y del rescencia que les venía de muy hondo, de Atica, y de la Sicilia legendaria dedicados una mar atormentada rompiéndose en esa la fértil Démeter. Selvas que se embrupumas contra todos los arrecifes interiores, jaban al paso procesional de las bacantes, rara vez a flor de agua. Cuando leí su ExGabriela Mistral quienes, desgarrando el cuerpo de Penteo, tasis la fresca y bella imagen de Safo se enseñaron a los hombres a renunciar a come vino a la memoria, pues el verso de la nocer el escondido femenino encanto del en su celoso corazón. Luego decanta su chilena la carne en que rodaron sus palamundo. De suerte que los hombres sólo han mente emponzoñada sobre su rival, y, sobre bras me trajo las de la de Lesbos: en un visto de la belleza de Isis lo que manos de sus propios hijos, para verter larga y co instante un delicado fuego rueda por mi mujer temeraria descubrieron.
rrosiva agonía en el almà de Jason. Él carne, nublanse mis ojos y zumban mis Al aparecer de Gabriela Mistral hubo también, como el amado de la Mistral ha oídos. Una expresión semejante para una pasmo, reverente entusiasmo oyendo aquebía jurado. debía morir. Sólo que la misma emoción de amor en otra mujer apasionada.
llos sus gritos envueltos en llamas. Tenían muerte de Jason fué de moral, envenenada algo de heroica profanación, de hechizante angustia. El otro se váció las sienes. Mi alejamiento de centros hispávicos me sortilegio. Porque era acto de mujer exalEn las dos hace el atigrado crimen el impidió conocer más de una docena de poetada al frenesí de las proféticas bacantes, mismo asalto de muerte. De virtuosas yer mas de la Mistral, hasta 1922, cuando el como Eurípedes nos las dejó mirar.
bas y de verbales encantamientos destilo Instituto de las Españas dió a la estampa Cuando en Los Sonetos de la lluerte leí: Medea la poción de su venganza. La Mis Desolación. Este es el único volumen de tral maceró su dolor en la redoma, llena ella que conozco.
Arráncalo, Señor, a esas manos fatales de lágrimas, de sus celos para destilar Es él como una fértil flor, con una sio le hundes en el largo sueño que sabes dar!
aquellos mortales deseos que invisiblemen. miente de inmortalidad en el centro de Retórralo a mis brazos o le siegas en flor.
te condujeron al amado al altar de los su una música de pétalos caducos, a pesar de plicios donde él mismo se infligió la final los reflejos de belleza que los colora.
senti que por la vida de esta mujer había interrogación de su vida.
En casi todos los poemas de Dolor hay cruzado el aliento del alma de la fantás Quedó en la Mistral el amargo deleite un olor de corazón en brasas. Se siente tica Medea. Era el mismo incendio de amor de su medeica venganza. De su corazón aquí que las ascuas del genio han traspay de venganza.
manó dolor. Pero ésta es también la época sado el entendimiento y las carnes de esta Venida de la. Cólquida a vivir con su de su consorcio con el genio. Porque ha mujer. Hay aquí palabras que, a manera marido entre los griegos, aquella almahabido en la vida de la Mistral áureos ins de mágicas urnas, contienen aguas estigias tempestad que fué Medea, al descubrir que tantes de genio que nos hicieron pensar en en cuya luna dos seres humanos miraron su amante Jason casará con la hija de la revelación de un mundo que sólo una su destino. La inspiración, desgarrando Creonte, rey de Corinto, derrama sobre su, mujer hubiera podido desentrañar del seno veladuras de ancestrales prejuicios, dió a pensamiento el filtro de venenos destilados de lo Desconocido. Esos extraños miste su alma el atrevimiento que se requería pa Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica.