REPERTORIO AMERICANO 279 piezas de la estatua ecuestre, antes de ajus tienen personalidad. La tienen sus actos, sus de ellos su facción utilizable. Yo no puedo tarlas, son dos imágenes monstruosas.
obras; pero no ellos. Por esta razón el feno excomulgar a nadie. decía Mirabeau. En Cabe no desear la existencia de grandes meno es muy curioso. no son interesantes. verdad, todo me parece bien: los sucesos, los hombres, y preferir una humanidad llana como Para convencerse de ello basta informarse del hombres, las cosas, las opiniones; todo tiene la palma de la mano; pero si se quieren gran sumo juez en materia de hornbres interesantes: un asa, un agarradero. La expresión es cerdes hombres, no se les pidan virtudes coti la mujer. No es extraño que los grandes hom tera: el grande hombre político todo lo ve en dianas.
bres políticos, al fin y al cabo los grandes forma de asa.
La escrupulosidad es una forma de bondad; triunfadores de la vida, dueños del poder de ¡Bueno fuera que, obligado a resolver conpero no es la única. hay incongruencia en la riqueza, corporalmente destacados y aureo flictos exteriores, llevase también en su inexigirla al hombre de acción, que es de acción lados sobre el resto de los varones, no hayan terior conflictos! Por fortuna, existe lo que yo porque es impulsivo. En la acción hay que conseguido nunca, nunca, valiosos triunfos so llamo un cutis de grande hombre, una piel de evitar el pietinement sur place, y esto es el bre la mujer? Ni siquiera César puede ser con paquidermo humano, dura y sini poros, que imescrúpulo. Sólo podemos reclamar en el haza siderado como una excepción.
pide la transmisión al interior de heridas desñoso una bondad homogénea con su tempera El caso de Mirabeau confirma plenamente concertantes. También habría incongruencia en mento: esta es la otra forma de bondad, la esta regla. Su sensibilidad le inducía sin des exigir al político una epidermis de princesa de bondad impulsiva, que no resulta de una deli canso hacia la mujer. Su audacia y su rumbo Westfalia o de monja clarisa.
beración, como la escrupulosidad, sino de la verbal le permitían cazar rápidamente la hemsanidad nativa de los instintos. Ahora bien, es bra predispuesta a ser cazada. Pero este tipo Impulsividad, turbulencia, histrionismo, impreinteresante observar que esta sanidad de ins de cazador de mujeres no tiene nada que ver cisión, pobreza de intimidad, dureza de piel, tintos, esta generosidad ubérrima brota en to con el verdadero seductor. Son distintos ellos son las condiciones orgánicas elementales, de das las biografias de grandes politicos, y per y son distintos los tipos de mujer sobre que un genio político. Es ilusorio querer lo uno sin mite diferenciar al falso del auténtico, Sylla, actúan. Una cosa es conseguir favores de una lo otro, y es, por tanto, injusto imputar al grande César.
mujer, y otra absorber integramente su alma. de hombre como vicios sus imprescindibles inTampoco debe extrañarnos la afición a la La que es capaz de hacer favores suele ser gredientes.
farsa que revela la vida de Mirabeau. Una y incapaz de entregar su alma, y viceversa. Esta Pero claro está que no basta poseer éstos otra vez le sorprendemos mintiendo descara última es la mujer interesante, la que vive para ser un político de genio. Es preciso agredainente. Al intelectual de casta le sobrecoge hermética, cerrada en su intimo recato, y que gar el genio. Cuando éste falta, aquellas posiempre ese don de la mentira que posee el no puede conceder nada si no concede su vida tencias no producen más que un mascarón de gran politico. Tal vez, en el fondo, envidia esa entera. Salvo madama De Nehra, que era una proa. Nada, en efecto, es más fácil de aparentranquilidad prodigiosa con que los hombres niña, Mirabeau no conoció más que faldas, fal tar que la grandeza politica. la postre, si un públicos dicen lo contrario de lo que piensan, das, muchas faldas.
intelectual no tiene ideas, no logrará fingir, por o pieņsan lo contrario de lo que están viendo Esta carencia de vida interior da a la exis lo menos fingir bien, su intelectualidad ausente.
con sus propios ojos. Esta envidia descubre tencia privada del gran politico un cariz de Pero el gran político, y el que no lo es, se preingenuamente la virtud especifica del buen in relativa vulgaridad, de basteza. Ni sus ideas sentan igualmente con el poder público en la telectual. Su existencia radica en el esfuerzo ni sus gustos son precisos, originales, refinados. mano. Su atuendo, su detalle, son los mismos continuo por pensar la verdad y una vez pen Mirado desde la óptica de un intelectual, el para las miradas torpes, sada decirla, sea como sea, aunque le despe hombre de acción vive en constante peu prés ¿Qué signos diferencian en esta materia la dacen. Este es el máximum de acción que al intimo. Poco más a menos, le es todo igual, autenticidad de la ficción? Algunos, algunos hay; intelectual corresponde: una acción que es, en porque le parece irreal. Lo importante para el pero es difícil describirlos, e intentarlo excede rigor, una pasión. El hombre de pensamiento son los actos. Cuando miente, en rigor no mi pretensión.
no puede, no debe aspirar a otra forma de miente, porque no está adscrito intimamente a Lo discreto, de todos modos, es no hacerse heroismo que al martirio. El mayor triunfo es nada determinado. Las palabras, y dentro de ilusiones, por lo mismo que en política es tan el naufragio para este perpetuo navegante ellas las ideas, son para él tan sólo instru fácil hacérselas. Yo, a ratos, logro convencersobre Golgotas, de tres palos como los ber mentos. De otro modo: él no es sus ideas, me de que soy un Napoleon porque, como él, gantines.
cuando las finge no se niega, porque él no no tengo más que sesenta pulsaciones por miReciprocamente, al gran politico le maravilla consiste en ellas. Viceversa, no acertará a ver nuto. La confusión en mi caso no es grave, ese heroico servicio a la verdad que informa la realidad intima de los demás; sólo percibirá porque soy tan sólo un escritor.
la vida del buen intelectual. Esta mutua admiración de dos temperamentos contrapuestos es simpática, como todo lujo generoso; pero se (Concluird en el próximo cuaderno)
funda en un error. Cada uno de ambos proyecta sobre el otro su propia constitución y al ver que en él da resultados contrarios, atribuye éstos a un esfuerzo gigantesco. Pero la verdad JOHN KEITH es que ni la mentira cuesta nada al político, ni la veracidad al intelectual. Una y otra maSAN JOSÉ, COSTA RICA nan naturalmente de su distinta condición.
AGENTES REPRESENTANTES DE CASAS EXTRANJERAS El intelectual vive, principalmente, una vida interior, vive consigo mismo, atento a la puluCajas Registradoras National lación de sus ideas y emociones. Nada en el The National Cash Register Co.
mundo tiene para él realidad comparable a esas cosas íntimas. Por lo mismo, las ve y las dis Máquinas de Contabilidad Burroughs tingue con inevitable claridad. Sabe en cada Burroughs Adding. Machine Co.
instante lo que piensa y por qué lo piensa. La idea verdadera y la idea falsa acusan terribleMáquinas de Escribir Royal.
mente ante la mirada interior sus contrarios Royal Typewriter Co. Inc.
perfiles. Es natural que mentir le suponga un Muebles de Acero y Equipo para Oficinas.
enorme esfuerzo, porque tiene que negar lo innegable, tiene que cegar su propia evidencia, Globe Wernicke Co.
suplantar su realidad intima por otra ficticia.
Implementos de Goma El hombre de acción, en cambio, no existe United States Rubber Co.
para sí mismo, no se ve a sí mismo. El ruido de fuera, hacia el cual su alma está por naMaquinaria en General turaleza progectada, no le deja oír el rumor James Montley, New York de su intimidad. Falta está de atención y cultivo, anda desmedrada. Sorprende notar que JOHN M, KEITH RAMÓN RAMÍREZ Soclo Gerente Soclo Gerente todos los grandes hombres políticos carecen de vida interior. No es paradoja decir que no José Ortega y Gasset Co. Inc. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica