REPERTORIO AMERICANO 283 Así pasó: El galgo celestial Por FRANCIS THOMPSON (1859 1907. Traducción libre hecha del inglés por Hui de El, bajo las noches y los días; y mescle con las muestras mis caricias, hui de El, bajo los arcos de los años; jugueteando hui de El, por las sendas laberinticas con los movibles ricos de nuestra Santa Madre de mi propio pensar; y en el zapor del llanto festejándome ocultéme de El y en la rodante risa.
con ella en su aéreo palacio, Subí tras las vislumbres de esperansas; bajo doseles azurados, bajé, precipitado; bebiendo, conio vosotros sin mancilla, hacia las lotrcgueces titánicas del miedo, de un cális librándome de aquellos fuertes Pies que me seguían.
bañado con luz de primaveras.
Pero con lenta caza, e imperturbable paso, en dulce compañía me unifiqué a vosotros deliberada rapides y majestuosa obstinación, y descorrí el cerrojo de los secretos de Natura.
los Pies marchaban a compás y con mayor a premio Conocí todos los rápidos sentidos una Voz repetia iñīcesanteniente. de la fas veleidosa de los cielos. Todos te nejarán si tu me niegas.
supe cómo las nubes se amontonan, espumadas por el soplo de los mares; Supliqué, semejante a un fugitizo, todo lo que nace y muere, ante muchas ventanas amorosas, de purpúreas cortinas, surge y decae, convertido en forjadores orladas con urdimbres de bondades; de inis propios caprichos, dolientes o divinos( pues ann sabiendo que su amor me perseguia, con ellos padeci y regocijéme.
estabu temeroso Estaba pleno de crepúsculos, de que, por obtenerle, lo perdiese todo)
cuando la noche enciende sus cirios temblorosos mas si algora ventana francamente se abría, rodeando del día las muertas santidades.
el impeiu de Su proximidad la desgajaba.
ille rei con los qjos de la aurora.
El micdo no es tan hábil en la fuga como el Amor en el acoso. Con el mudar del tiempo me sentí ya triunfante o dolorido, Arrojíme a través de los márgenes del mundo, el cielo y yo juntos lloramos, y perturbando el dorado portal de las estrellas, y sus dulces lágrimas hiciéronse salobres al mortal contacto; sacudi sus barrotes rechinantes, en busca de refugio; cabe el rojo palpitar de su corazón de atardeceres y con armónica trepidación puse el mío a latir, argentino crujir, agité las puertas incoloras de la luna. y mesclé su calor con mis calores; Gritéle a la mañana: Mlás de prisa; a la tarde: Sed pronta mas no por eso curóse mi honda herida.
defended me con muestros celestes brotes de azahares En vano con mis lágrimas mojé la gris mejilla de los cielos.
de este Amador tremendo!
Pues, aj. nunca pudimos entendernos Agitad muestras gasas za porosas, que no pueda mirarme!
esas cosas y yo, con vos yo hablabaTenté a todos sus servidores, para encontrar tan sólo su vos era un soplo, hablaban con silencios.
quie ellos por serle fiel me eran traidores, Calmar mi sed no pudo la Natura; que siendo veleidosos le eran firmes, aininque me recubricra, si me fuese debido. que su falsía era zvirtud y su doblez lealtad.
con aquel manto azul del firmamento, las cosas más rápidas les demandé mayor presteza: y me mostrara sus senos de ternesas: y agarréme a las crines silbantes de los vientos.
jamás la leche suya me bendijo Pero bien se deslizaran, suavemente embarcados, en la sedienta boca.
por las largas sabanas del asul. o bien, impelidos por el trueno, Cerca, cerca, la casa se aproxima, hicieran rechinar Su carro a través del firmamento; con paso imperturbable, manchándolo de luces fugaces al golpeteur sus plantas: deliberada rapidez y majestuosa obstinación, El miedo no es tan hábil en la fuga como el Amor en el acoso. y pasados los Pies estrepitosos Todaría con lenta casa, una Vos llegó a mi ain más ligera: Wala te placerá si no me places.
e imperturbable paso, deliberada rapides y majestuosa obstinación, Desnudo aguardo de su amor el golpe!
se acercaban los Pies perseguidores. Trí en pedasos mi yugo destrozaste, y una Voz sobre su ritmo repetía: doblegándome hasta verme de rodillas. Vadie le amparará si no me amparas.
estoy ya sin defensa Dejé ga de inquirir lo que buscaba errante Dormi, tal me parece, y despertime, a la fas de los hombres y doncellas, y, mirando despacio, me encontré desnudo.
pero en la profundidad de las pupilas En las primeras losanías de jurénil empeiio.
de los niños, hay algo quie responde, conmovi los pilares de las horas ellos son para mí, sí, para mi son ellos!
y car gué con mi crida; mancillado Hacia ellos volvime con sigilo; me yergo entre el montón polvoriento de los años mas al crecer sus ojos en encanto bajo los cuales yace mi juventud marchita.
con clarar de respuestas, En huino se tornaron ya mis días, me los arrebataba su ángel de mi lado. creciendo y reventando como rayos de sol en las corrientes.
Si, hasta el ensueño al soñador le falla. Venid vosotros, hijos de Natura, y al músico la lira; participadme con muestra dulce compañía; hasta las hilvanadas fantasias se agotan, dejadme que os acoja labio en labio, en cuyos filamentos até el mundo a mi muñeca. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica