34 REPERTORIO AMERICANO De El Sol. Madrid debemos el monumental Episiolario en tres. meros antiguos de la Nación, en Buenos Cuando, en su reciente asamblea, la otivolúmenes, condensación de treinta y cuatro Aires, correspondencias de Martí que ha. cina Internacional de Ginebra discutió la años, y una curiosa colección de Artículos reimpreso en revistas. Pero en La Vación, cuestión del trabajo forzado en las colonias, desconocidos: formaban parte del texto de de 1882 a 1890, hay todavía correspondentodos los delegados deberían haber tenido La América, revista que fué de Martí en cias intactas: tal vez exceden en número sobre su pupitre un ejemplar de este Viaje Nueva York; nada lleva su firma, pero al Congo, de Andrés Gide.
todo revela sui mano. Carbonell, en a las recogidas. de La Nación procede el El problema quedó en suspenso, aguar. quien el fervor es de tradición familiar, le Grant, una de las páginas inmarcesibles!
dando los resultados de una información debemos dos colecciones de artículos public Sería mucho pedir que la Argentina conque se ha de realizar en los diversos países.
cados en Venezuela: España y De la vida tribuyese a completar la obra de Martí desMás tarde, en la próxima reunión, la Ofinorteamericana. Cosechó también, de nú enterrando aquellos escritos suyos? cina Internacional del Trabajo se esforzará en resolverlo Pedro Henrique Ureña Cómo podrá penetrar la civilización en esás tierras salvajes si sus habitantes se nicgan a construir los caminos, trasportar los La esclavitud actual materiales y mercancías y realizar las obras públicas? He ahí el argumento con que se pretende justificar el trabajo obligatorio impuesto a los indígenas. Quieran o no, se Imposible dormir ¿Qué demonio desplomó para no levantarse más. Pero el tes captura y alista y se les fuerza a una lame ha empujado al Africa?
baile prosiguió bajo la mirada de ojos bor penosa, por un salario mísero, en conAndrés Gide, el escritor famoso, tal vez europeos y en presencia de todos los habidiciones con frecuencia inhumanas, y a el primero entre los actuales novelistas tantes de Bambio y de los jefes de las aldeas veces en beneficio de Compañías particulafranceses, se revuelve insomne bajo su mos vecinas, res y Empresas concesionarias. Tal ha sido quitero, en una noche de luna, allá en la Andrés Gide, durante su estancia en el y es todavía el régimen en algunos territoaldea de Bambio, situada hacia la mitad Congo, había visto y oído ya otras cosas rios coloniales de las grandes potencias.
de la inmensa selva ecuatorial que va de semejantes. Explotación de los negros, tra En ocasiones, los indígenas contestan a. Bangui a Nola, en la región del Congo. No bajo forzado, requisa violenta, crueles cas este régimen de prestación obligatoria, forle desvelan los insectos, ni el grito de algún tigos, represalias terribles. Aquella expe ma moderna de la esclavitud, huyendo en animal desconocido, ni los rumores inquie dición punitiva en la que se habla de un mi masa, abandonando sus propias plantaciotantes del bosque. Otra cosa le obsesiona. llar de muertos, hombres y mujeres, niños nes y refugiándose como fieras en la selva. El baile de Bambio embruja mi noche y viejos, y tras de la cual los ejecutores in Piensa Gide que el negro es indolente y anota el viajero en su cuaderno. Qué he dígenas trajeron como comprobantes las perezoso a causa, en gran parte, de su misvenido a buscar en este país. orejas y otros miembros de las víctimas. ma miseria y servidumbre. Un trabajo liEl viaje al Africa fue para Gide un sue Camino de Bambio, Gide ha visto los gru bre, bien retribuído, le atraería. Sobre todo ño de los veinte años. No lo ha realizado pos de mujeres negras con el niño al pecho si al lado de la factoría, vendiendo telas, hasta ahora, entre los cincuenta y los sey el cesto lleno de tierra en la cabeza, obli utensilios y herramientas, despertaba en senta.
gadas a trabajar, sin herramientas adecua él los deseos y las necesidades de la civili ¿Y qué es lo que usted va a buscar allá das, en la construcción de las carreteras. zación. Así, por ejemplo, en Bangasu todas abajo? le preguntaban durante la travesía.
Recuerda el hambre y la miseria de los las mujeres, limpias y sonrientes, lucían Espero a estar allá abajo para saberlo. indígenas. Las horribles enfermedades que corpiños y faldas de percal de vivos colores.
De muchacho quizá buscaría aventuras. despueblan algunas comarcas. Pobres ¿Debemos llegar a la conclusión de que Ahora, en su madurez literaria, acaso pre negros. este pueblo negro no espera más que un poco firiese paisajes. Pero la realidad ha sido Verdad es que algo se lucha contra estos de dinero para vestirse?
myy otra. Ni aventuras ni casi paisajes. males. También, a veces, manda Europa Esta cuestión del trabajo forzado, discu. Después de todo, ya debíamos haberlo prefuncionarios excelentes a las colonias. Fal tida bajo los auspicios de la Sociedad de visto. Nada acaba por ser menos interesante ta personal, falta dinero. Algo, sin duda, las Naciones, plantea el más amplio proque lo extraño, lo enorme, lo exótico. Todos van mejorando las cosas. Pero, a pesar de blema de la tutela, dura tutela, que la raza los problemas negros se parecen. Monótono todo, pobres negros. blanca ejerce sobre los pueblos llamados inrebaño humano. La selva informe, confu Yo no podía prever escribe Gide en feriores. Sólo podría con justicia apoyarsc sa, caótica, en la que no se ve a cincuenta una nota de su libro que esas cuestiones en una obra positivamente civilizadora y en pasos, es siempre igual Se respira al salir sociales angustiosas, que no hacia sino visuna verdadera superioridad moral.
de ella para reposar la mirada en un paisaje lumbrar, tocantes a nuestras relaciones con De esos temas se hablará ahora mucho de vegetación reťativamente pobre, vollos indígenas, me ocuparían pronto hasta en el mundo. Con los modernos medios de viendo a hallar colinas distintas, inequívo convertirse en el principal interés de mi comunicación, el planeta se va haciendo tan cas laderas, bosquecillos de árboles armoviaje, y que yo encontraría en ellas la razón pequeño que ya las selvas del centro de niosamente dispuestos. Un paisaje de mi estancia en este país.
Africa están pronto a dos pasos de Europa.
vulgar que podría ser europeo.
Parece además que uno de los grandes fenó¡Pero el baile de io. Los relatos menos sociales del siglo xx será el despertar que Gide escucha y recoge escrupulosamende pueblos primitivos y viejas civilizaciones te sobre el terreno coinciden todos. Unas de Asia y de Africa. Con vendría que no semanas antes, varios indígenas recolectore CULTURA VENEZOLANA pudieran ver en la raza blanca una enemide caucho, obligados a trabajar por fuerza Director: José Tagliaferro ga, sino una colaboradora. al servicio de los blancos, no habían traído Apartado de Correos 293 Cuando menos inteligente es el blanco, la cantidad de kilos exigida y fueron conCaracas.
más torpe le parece el negro. dice el autor denados a dar vueltas alrededor de la facCultura Venezolana se publica el dia 15 de del Voyage au Congo. Cuanto mayor sea toría bajo un sol de plomo y cargados con cada mes en números de 90 a 128 páginas. la cultura de una raza, con más paciente emgruesas vigas de madera. El baile empezó En la sección bibliográfica se dará cuenta peño debe favorecer en las otras la extenå las ocho de la mañana y duró todo el día. ejemplares.
de los libros de los cuales se remitan dos sión de esta cultura y el florecimiento de Los que caían era incorporados a latigazos.
Precio de suscrición: culturas diferentes.
Hacia las once, un negro de Baguma se En el extranjero: dólares al año.
Luis de Zulueta. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica