251 REPERTORIO AMERICANO Otra canción he de cantar, in genua.
de sol y de rubias auroras de claros de luna (como decían los vates de antaño. Nunca esta plana sucesión de estribillos aburridores ;oh qué catálogo de inepcias, qué maremagnum de majaderías! Todas las cosas trujéronme fastidio.
Sin este sol vibrante ni los esiridores que me circundan: como si no habitase las tropicales beocias antitéticas burgos sordos, cálidas selvas: como si no retumbase en mis oídos la frågorosa cantinela del río que rompe su fastidio en las filudas peñas. Canción que nada diga y apenas si sugiera.
Que nadä diga mas deje en los oídos paga impresión insegura de leyenda y de quimera. el hondo rumor que de los caracoles en la rósea espiral se aposenta. Canción de gente tosca, de ruda gente marinera, canción que se cantase en la hora de los coloquios del norteño puerto natiro en el muelle o en la tabernaSolia solía y ain ahora, la imaginación insurgente.
y arbitraria, irrumpir por fantásticos senderos.
de casa, por fantásticos senderos ilusorios, por fantásticos senderos. para casar el cortejo de Orfeo, la suite de Sheherazada, toda la fauna mitológica, y el tropel de los sueños. La suite de Sheherazada. el tropel de los sueños. mariposas de Muco cuya azul diafanidad se roba el viento!
de casa: Todas las cosas trujéronme fastidio.
Bogota, 1924.
Otra canción he de cantar, ingenua.
Desnuda de artificios como mi pena, sobria de afeites frivolos, burda como la lona de las velas de los esquife pescadores; burda. y encinta de odiseas, de temporales y de naufragios como las velas!
Cantigas. Junio 1926. Rio Canca. La llerradura.
Otra canción he de cantar, ingenua.
Die LL como Si pour telle beanté nous sonffrons tant de peine nostre mal ne vant pas un seul de ses regars.
PIERRE DE RONSARD Otra canción (desnuda de artificios mi pena: que no llora, ni se crispa. ni se queja. Otra canción desnuda de artificios comio mi pena. como mi pena: muda, así la relate mórbidamente; y quieta: 140 importa que sea motor de mi cansancio, hélice de mi pereza, reno de mi estatismo.
ala de mi indiferencia; como mi pena. por más que avisore y otée los horizontes ciega. Otra canción he de cantar, ingenua.
Otra canción, de un ritmo opacado, de brumas y de leyenda, de brumas y de quimera: sin timbres garrulos de Oriente asordinada ;sin tamburiles gayos ni dansarinas bayaderas; sin bélicos clarines y sin fanfarrias picas.
Una canción hiperbórea, gris: que la cantasen noruegos marinos en sus barcasas pesqueras; que la cantasen campesinos de Helsingor ju aldeanas, de Abylund y de la Karelia: Canté una vez y al linde de la tienda dé una agarena.
Un mozo rubio la raptó, y ella se fué.
No más cante. garena, morena, cuyos ojos vivaces (yo no sé si existen otros de gemelo fulgor)
con milagro sortilego captáronme el esquivo corazón.
Sus ojos abismales, de esa csy por siempre, rindiéronme a sus pies.
Yo nunca oi su tos, de oro y de mieles, ni su risa de jubilantes cascabeles.
Sus labios, de lujuria húmedos, róseos, fueron más milagrosos que sus ojos.
La fusca onda de su cabellera era como la noche perfumada de estrellas.
Su cuerpo. oh diminuta maravilla más eficaz que Venus Calipigia. más maravillosa aún era su lus desnuda, su intimo fuego y la alegría de su juventud!
Un moso rubio la raptó. ella le quiso a él. ella se fué.
No más, no más canté. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica