REPERTORIO AMERICANO 329 los dedos enjoyados de acariciar la hembra (en cuyos lientos y musgosos refugios perfumados descubrieron maravillosos, Eldorados, y de abenus y múrice deleitables portentos. Unico a bordo del esquife anómalo no a la moda. melero, paradógico; y asas nuevo a mi antojo; no a la moda: desnudo.
Es ésta, es ésta, ánima mía sitibunda, corazón mío, espiritu mío, ardientes, es ésta entonces la ávida vida soberana, Ju soberana de toda la cosa terronal cogitabundala grávida campana pletórica de fantasias indehiscentes?
Sobre las simas singlo. de ese ponto plumbal, quieto, monótono. un silencio estentóreo y un callado tumulto!
sideral o que soñoSobre las cimas singlo, del angosto velero so la puente, gu en absorto mirar el linde ignoto con los ojos asáreos.
en torno La árida qida abierta como los horadantes fijos ojos insomnes y vigías, jy los oídos, caracoles, gula frente, campana: y la boca, que al viento hurtó salóbre aliento, y la melena, ansia de fugas a los vientos errantes, ju el espíritu, al mar y al viento y a los soles de oro y a las noches de terciopelo endrino, la libertad, la música recondita y el. encanto marino. oh cazador de efímeros arreboles!
No petreles ni albatros el decoro rompen con su chirrido pedregoso: silencio óyese burlón y cejijunto.
Vi en la riberamen peces a ello toconunca eo chontales ni torodos, caribes ni huitotos, ni aborigen alguno.
Ese mar, zicjo océano. recorro indiferente: elimo, el otro golfo, igual dúnme acomodo cada cual a su turno.
tres Ol cazador de efímeros arreboles, oh cazador de nubes, navegador de nubes, ar yonanta en océanos de sones, y en piélagos de ritmos argonauta, y en noches de perfumes. noches de terciopelo endrino.
Es ésta entonces la ávida vida abierta a todos los milagros, a todos los portentos y maravillas, a toda la cotidiana cosecha pregustada, o a lo que sembró el azar, todos los prodigios, a todos los mirajes, embaidores, y espejismos aladinescos, señuelos, e indehiscentes fantasías?
Es ésta, es ésta?
Donde pensé encallar.
Cánsame (inunca el viaje, que ése es corto a ini deseo. cansame este Prólogo: Heraldo del Grimorio que trasirocado urdo: Grimorio, de un poeta ni retórico. en el sentido claro al pueblo lonto)
donde se canta el Cosmos. mi diminuto Alundo.
León de Greiff Octubre 80. 1991.
Febrero de 1931.
NUEVA CANCION DE AIDAMARO PRELUDIO uno La luz iba danzando ante mis ojos (finos para horudar brumas de opalo)
estridencias del trópico: me resultaba absurilo.
Era una gran canción mi vida: mi vida estaba frutecida, jo llevaba mi lámpara encendida pero el dolor me la apagó.
La vida andaba urdiendó ante mis sordus oídos (y en mi búdico rebozo)
algarabíus, alboroto: no de mi gusto. seguí a ticntas mi camino, como un fracasado Aladino, y ebrio de rabia y de mal zino mi cuerpo lánguido cayó.
dos Químico de lo extraño, un filtro lógico busqué: por el mar hondo sobre las cimas, bogo: estático, errabundo.
Bajo el mal cielo de aquel dia Lig o 110 lloraba, maldecía! oí una tos que me decía: o oses seguir, Aidamaró.
El océano surco, mar de plomo, quielo. las velas penden: hórridos senos rastos y flojos, blandos, encidos, mustios. Allí quedé mudo, cegado, blasfemando como un condenado, y en la crus de mi sombra clavado, soñando con mi lus que se apagó.
Por el mar. viejo océano del ronco Alaldoror) sin glo, inmoto, muda y unico a bordo mudo y único lúcido. aquí estoy aún sonriente, mudo, cegado, maldiciente, vyendo la vos persistente: Glooses seguir, Hidamaró. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica