296 REPERTORIO AMERICANO Ad altare Dei: Apreciaciones tridentistas de los jazz bands literarios. la aparición de un libro como Ad altare Dei, me parece tomar caracteres, de epi. fanía en el vulgar calendario que vivimos, regocijadamente heterodoxo.
Por todo ello, repito aquí el calificativo del principio: salụd, mi glorioso Paco.
Rafael López México, enero de 1931.
Un poeta cabal. Un gran poeta silencioso que acecha, con mansa pupila, el mejor oriente de sus perlas.
González Guerrero, dueño de una probidad de arte sólo comparable a su aristocracia de emoción, impresiona por el penetrante impulso de su numen. Un impulso limpio, recto y justo, sin el desequilibrio de la vena tumultuosa o del preciosismo verbal.
Sus ideas poéticas, rotundas de volumen y de sugestión, so matizan con un vocablo exacto. Exacto para la transfiguración de la imagen y para el efecto de la armonía auditiva.
El registro de expresión de este poeta, concordado con los más, hondos diapa. sones subjetivos, jamás acumula exceso de «valores pintorescos. Es grave, contenido y sobrio, con esa prócer sobriedad de la conciencia, que marca la línea neta y el punto final.
González Guerrero, en su obra reciente, da la impresión de que ejecuta, en lo intimo, la disciplina de superarse a sí mismo. Así es do ininterrumpido el ascenso de su calidad lírica, que le conquista uno de los sitios preeminentes entre los poetas mexicanos contemporáneos.
Enrique Fernández Ledesma He aquí un libro que es preciso no dejar pasar inadvertido. Se habrá olvidado que Francisco Gon zález Guerrero es uno de nuestros poetas jóvenes de mayor relieve?
De aquel triunvirato selecto que inició sus pasos por el sendero augusto de Ja poesía, bajo la égida de Rafael López. el poeta prócer de la hora actual, González Guerrero es el de personalidad más saliente. la zaga del poeta de Ad altare Dei, camina Gregorio López y Fuentes queal parecer mudo pronto nos sorprenderá con la dávida prodigiosa. de sus poemás recientes y con su novela El Campamento.
Una sóla estrella se ha extinguido ¿Qué fué, de Rodrigo Torres Hernández. Se extravió en la senda sonora?
mas Gonzales Guerrero En Ad altare Dei hallanse reunidos Por fin, mi glorioso Paco, bajo la triple alpoemas escritos en un período de diez quitara de los años, la soledad y el esaños: de mil novecientos doce a mil notudio, ha logrado usted las preciosas vecientos veintidós. Ellos han sido acuesencias que hoy deposita con gesto saciosamente seleccionados. El libro. hácerdotal en los altares de Dios. Esencias llase revestido de un carácter antológico.
selladas en vasos de oro. Tradicionales El poeta se presentą sobrio, culto y elegor. Quiero, sin embargo, extender menmetros castellanos que se remozan y se ción especial al Regreso, donde las turgante en plena madurez. Esto dificultará visten a la moda del día. Evocaciones el estudio del desenvolvimiento de la bias corrientes de la lírica actual, se de Santillana y Garcilaso, incomprensi purifican encauzadas en ajustadas norpersonalidad literaria de González Guebles al croar imperterrito de las ranas mas de arte, poniendo de resalto la ori.
rrero, será un rompecabezas para los circundantes, inmunes a la gracia de las eruditos; pero para quienes gustan catar ginalidad y riqueza de los juegos retóricos.
Serranillas y a la castiza miel de las la esencia de la poesía en ornamentadas Jamás he caído en la ingenuidad de Eglogas.
creer que con nuestra generación conánforas, será. un regalo de dioses. La Por ahí desfila Johan de Mena y los cluyeron los cambios y modificaciones forma perfecta, es parnasiana. El poeta floridos cancioneros del siglo xv, abrien. no se decide a romper las formas trade la poética. Justamente no está lejano dicionales. En ocasiones lo intenta; pero do con pensamientos sutiles la boca de el tiempo en que nosotros injertábamos el alejandrino continúa siendo su metro toronjil de esa Pastora de Vacaciones on las rosas del viejo jardín hispano, preferido. Cuándo nos decidiremos a cuyo encanto musical es uno de los más el color y perfume de la savia francesa, verter nuestras emociones estéticas en supremos del libro. No soñó Espinel que en medio de las protestas de los que nos sus décimas, tan a menudo deshonradas precedieron. Nosotros mismos teníamos los novísimos cauces? La poesía de González Guerrero es simbólica. El aura de por los organillos callejeros de la poe actitudes desdeñosas hacia aquéllos que sía, cristalizaran armonías de flor, en los los poetas simbolistas franceses e hispano profesaban el nuevo evangelio; desnoamericanos acaricia los rosales de su giros y vocablos del madrigal, pero de dén que se repite ahora por los que nos jardín. Esto no empaña, decora su perun madrigal, como éste, sabio trasunto suceden, declarándonos, a su vez, cadusonalidad.
de la difícil sonrisa de Góngora.
cos. El fenómeno es tan antiguo que admirable la tersa unidad ideoló comienza con la historia de todas las gica del libro, cuyo título es por otra literaturas, y hay que convenir en que Al frente del libro sólo figura este parte, un símbolo de la reverencia con el arte no puede substraerse, a les de epígrafe de Van Lerberghe. Une petite la que siempre ofició usted en las. mi renovación, universal en todos los órdeporte or. toute close sur le dehors. sas divinas. Sus cinco partes redondean nes de la vida. Pero sí creo que en ese En efecto, esto es el libro. Una pequeña perlas de limpios orientes; cada una es devenir incesante, quedan unos cuantos puerta de oro abierta al exteriors, Coreflejo y resonancia de la anterior. Hasta nombres alumbrando el camino a los rrespondía a Rafael López haberlo prolas pulimentadas hace veinte años, con. que siguen, y entre esos hombres se relogado; mas pasaron las tiempos absurservan su brillo junto a los nácares ul cordará el de usted, como un ejemplo de dos de los proemios y el poeta se preteriores. Por eso desde entonces presensenta espiritualmente desnudo.
paciencia fiel y vigilancia tenaz, oportíamos algunos la realizaciones exquisitas tuna pareja para ver cuajarse en el fonEl florilegio se compone de seis partes.
de ahora. Entre éstas, rindo un saludo do de la retorta y del alambique, el oro Al desflorar la primera, nos encontramos. preferente al Hondero del Silencio, por sin mezcla de la fantasía y la esencia con el poema Flor de vida, en que a mi ver, en tales poemas se define pura del sueño.
poeta dice: con más arraigo personal, el perfil ge Cualquiera que sea la tendencia de Abro a la vida el alma temblorosa, cual resa neral de la obra. Casi tendría que re nuestra lírica actual hablo de la que de nómades fragancias en un jardin de luz.
cogerlos uno a uno en las manos cáli representan unos cuantos conscientes de La abro para que beba la misericordiosa das del elogio, de la honda en cuyo su talento y amigos del estudio, dejando linfa, perennemente constelada y azul.
hueco se tornasolaron con tan suave ful al margen las pirotecnias meramente es: que el Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica