168 REPERTORIO AMERICANO ESTROFA ¡Oh Mano del Señor, lenta y callada, que inexorablemente sobre la Voluntad Entronizada del que adora a la Fuerza Despiadada has de caer para abajar su frente: No tardes ya, que sueña cnsiinismado, olvidándote a Ti, sueños de orgullo y de poder por Ti no consagrado!
Tú, como cazador, le tiendes relles en que lo empuja el Tiempo, entre el murmullo que hace su corazón, porque Tú puedes. Vano es su palpitar contra Tu mano, vana la argucia, el cerebro vano: Porque echó de su pecho Tus mercedes: Porque Tu fe la despreció, en el suelo: Porque nunca los ojos alzó al cielo, ni quiso comprender, envanecido, que así como Ty Ley antaño ha sido, Así es, y será: Único fuerte refugio salvador contra la Muerte. Qué, si no esto, es la sabiduría: Qué, si no esto, vale toda pena: Qué, si no esto, Dios, es la alegría que das en galardón al alma buena: Sentirse libre, libre de temores, respirar sin zozobra el quieto ambiente, Tu mano sobre el Odio, Tus labios en las flores, y verte en la Belleza, y aunarte eternamente?
ANTIESTROFA volveré. a danzar larga la danza, en medio a las doncellas toda la dice noche hasta qno alcanza seguro cumplimiento la esperanza y, el carro de la aurora a las estrellas. Si sentiré inojados, snis cabellos de rocío fresquísimo, y la brisa sorber a prisa la frescura de ellos. Si volveré a ser libre en el boscaje, si soparán los bosques con nii risa, si nada temeré tras del ramaje!
Soy cervatillo que huyo a la espesura bello hasta el cuello hundido en la verdura, libre por fin del cazador salvaje: El terror quedó lejos, la jauría que me amargó la vida noche y día: Los hombres malos y las cosas vanas.
Ahora, alegre entre criaturas sanas viviré siu temor. Único fuerte refugio salvador contra la muerte. Qué, si no esto, es la sabiduría: Qué, si no esto, vale toda pena: Qué, si no esto, Dios, es la alegría que das en galardón al almå buena: Sentirse libre, libre de temores, respirar sin zozobra el quieto ambiente.
Tumano sobre el Odio, Tus labios en las flores, y verte en la Belleza, y amarte eternamente? Chirriar del grillo apresado en. ruedas, de la carreta gira volcando en la retri del camino verde prado.
Surge al fin, término ansiado, máquina devoradora; desmenuzanse en su hora grumos de verde hecho niere en bocas abiertas llueve la blanca ilusión traidora. Vi desde un pico de sierra. con mi soledad estabacomo el cielo se aprestaba a caer sobre la tierra.
Nubes de color de guerra con fuegos en las entrañas hundian manos extrañas en las ceibas corpulentas y la brisa andaba a tientas rodando por las montañas, EPODO ¡Feliz aquel que en su bajel venció a la tempestad y llegó a puerto: Feliz, feliz el alma que halló en la vida calma y olvida la tormenta de lo incierto!
Grabada está en la esfera de la vida la sentencia de lucha, iy de desdicha. Caído corazón, alina caída, o bien logrado cuanto fue soñado, todo es vacío, pena y desagrado!
Pero el que sabe, libre de recelo, que la vida en sí misma es toda dicha, ése ya tiene conseguido el cielo. Tr.
iSi Campo De Trópico (1928 1929. Por Eugenio Florit. Ediciones de 1930. La Habana (A Rufina, que nació al tiempo de madurar la guayaba. pone en corazón entero detoción dominical y se hace camino real todo el largo del potrero Por el sueño hay tibias voces quc, persistente llamada, fingen sonrisa dorada en los minutos celoces.
Trinos de pechos precoces, inquiétos al despertar, ponen en alto el cantar.
dorado de sus auroras en tanto que coladoras brisas le salen al mar. Arde el sol y muerde el llano, rabia de luz en la tienda.
Ay, rio, que no le tenda tu dueño al americano.
Sombra de río de guano.
agua fresca al mediodia para mojar la falsia del sol que abusa en su cumbre.
Sol, cuando apagues tu lumbre y se esté cayendo el dia. Vuelo de garza en el marco de tan exigua laguna que quiebra su luz la luna en la orilla, como un barco.
Guin osado sale en arco apunta a la garza en vuelo.
Caen estrellas desde el cielo a florecer en canciones y ouelan los corazones desde la jaula del suelo 10 Sale nota del bohio con luz del brazo a la tarde.
Deja, nota, que te guarde para escucharte en el rio.
Amplificarás tu brio en el cóncavo cristal y al sentirte en aire igual a clara estrella del cielo rimará con cielo vuelo al callado manigital.
11 Brillan luces voladoras tan sueltas sobre la casa como luminosa masa partida en tenues auroras.
Entre las brisas sonoras son átomos de diamante.
Alza el brazo caminante al. cruzar por la arboleda presa en la mano queda una chispa titilante.
y 12 Flecha en un éxtasis verde ilusionada en su altura contempla la tierra dura y en un suspiro se pierde.
Se empina a la luna y muerde nácar azul de verano; lo derrama sobre el llano con pinceles de destreza.
y se tiñe la cabeza con seda de luna en guano.
Hundese la luz inquieta para abrirle unas pupilas y logre el monte tranquilas horas mirar por su grieta.
El agua, entonces sujeta, rompe pretéritos lazos u al saltar hecha pedazos de fresca cristaleria condensa luces del dia con la sombra entre sus brazos. Eco cristal rienen juntos hasta la falda del monte. Voz de escondido sinisonte de caudales presuntos aprisionan en dos puntos un silencio de mañana.
Eco gira por la vana concreción de la maleza vel cristal, va rio, empieza a dividir su sabana. Realidad de fuego en frío, quiébrase el sol en cristales al caer en desiguales luces sobre el claro rio.
Multiplicase el desvío del fuego solar y baña verdes los campos de caña telas de cafetal, Luego vuelve a su cristal y en los guinés se enmaraña Dulce Maria a su misa de Domingo va cantando el sol la sigue besando a la mitad con la brisa.
Ya desde lejos divisa mal camino carretero: Eugenio Florit Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica