86 REPERTORIO AMERICANO si el que leyere. con el hurtarse del en lo referente a la acción, es de un. viven; no se sabe cómo viven. Con su verbo, de la acción, el predominio del elegiaco. Azorin nos da en estas pá capacha siempre; la capacha de. palma; sustantivo, con todas las asociaciones ginas, tan luminosas como siempre lo colgada al brazo. El traje negro, de un que el nombre suscita; asociaciones na son las suyas, y ahora, además, leves, negro desteñido; traje de color de ala turales de ideas afines o evocaciones etéreas, acaso su máxima capacidad de de mosca. Encorvadas; andando despacio; elipticas tan caprichosas, al parecer, como poeta. El libro deja un recuerdo de como si no quisieran hacer ruido; como las transiciones del sueño.
poema; y se diria impreso en renglones si estuvieran velando a un enfermo. En en el fondo de todo, sintiendo en amplius, de todo el ancho de la caja, todas partes; en las ventanas; en las cacima de si el peso de todo, como lo por un artificio contrario al que hace a llejuelas; en las iglesias; en los pasillos declara el epilogo, la primera persona otros escritores fragmentar en renglones de las casas pobres; en las tiendas pogramatical, el yo del escritor, que se ex. desiguales la prosa.
bres. Como si fueran a comprar alguna presa por un procedimiento enumerativo, El autor de Los Pueblos. y; el autor cosa. Las cosas que compran estas viejecomo si para apoderarse de un objeto de Pueblo se dan la mano a través de citas. Las cosas que ponen en sus capapara hacerse dueña de una figura, de los días. Aquélla era España en su vida chas. Impresión de que no compran un alma, conjurara a las potencias invi más intima; ésta es también España, nada ni ponen nada en sus capachas sibles repitiendo el nombre en un rapto pero no ya en lo particular y caracte do palma. Capachas nunca llenas; siemlirico desprovisto de afectación; como si rístico de una región, ni siquiera de un pro planas, escurridas. Debe do haber en vez de levantarse sobre las cosas, tiempo. Sale aqui a la superficie para viejecitas de la capacha por los tejados, se agazapara detrás de ellas en cada brillar un momento, con brillo de gota con los gatos, en las noches de luna.
accidente, en cada. particularidad dis de sudor o. de lágrima, lo más hondo La idea de un gato inseparable de las tintiva.
todavia, lo eternamente humano, igual. viejecitas de la capacha; si algo llevan Pueblo, es el libro de un elegiaco. en todas partes.
en su capacha es para un gato; un gato Hasta su lección, tan sabia y tan firme fiel y leal hasta donde pueden serlo los independientes gatos. que ha acom E. Diez. Canedo pañado a la viejecita durante largo tiempo de su vida y que ahora es el único testigo de la pasada grandeza.
Páginas escogidas de Azorin Las viejecitas de la capacha, las que vemos en los bancos de las iglesias, han De Pueblo. Novela de los que trabajan sido ricas alguna vez; han gozado de y sufren. BIBLIOTECA NUEVA, Madrid un pasable bienestar, han llevado un Cayado. Cayado de pastor; pastor ocres. Romero. Retama. Tomillo. Cam. traje nuevo y de moda. Pero hace tiemde las montañas alicantinas; bellas mon broneras. Almendro, silvestre; almendro po que po tienen nada; no tienen más tañas desnudas; con un tapiz de oloro que parece fugitivo de los liños de al que su inseparable capacha; no se aparsas hierbas. Montañas que parecen lu mendros que bordean los blancos ribatan jamás de su capacha de palma. Los minosas. La flor azul del romero; la flor. zos; almendro que ha perdido ya su senbancos de las iglesias, de las iglesias morada del cantueso; la flor amarilla de tido de ciudadanía en las fragosidades populares como San Cayetano, en Da. la retama. Una casa en una ladera; casa de la montaña. Acebucheu olivo sildrid son el lugar en que están más de paredes asimétricas; paredes de yeso; vestre; olivo compañero del almendro tiempo las viejecitas. El gạto espera en techo de tejas curvas negruzcas. Casa selvático. Plumas de perdiz; plumas encasa. Pero ¿dónde está la casa de la frágil, seca en el seco y transparente zarzadas en las matas. Pelos de conejo. viejecita? Toda su casa es esta capacha aire. Casa, que no puede ser citada ni pelos que han dejado entre el tomillo, inseparable de sus personas. Allà en la reproducida en los libros de arquitectura entre el romero, los conejos al pasar.
lejanía de lo pretérito, un hogar tranquilo.
campestre; no tiene nada de particular; Cascarones de huevo de perdiz. Agua gados: las manos que bordan; la sonrisa apacible; un sueldo o una rentita holtiene la belleza de las mujeres que son de regato. Agua de un calderón; los calbellas de veras; belleza que no se ve derones u hoyos redondos en la pena; que responde a otra sonrisa de dicha al pronto; pero que poco a poco se va hoyos en que el agua de lluvia, pura, tranquila. El niño que comienza a andar.
Después han pasado los años; el tiempo viendo y nos subyuga fuertemente. Ca transparente, se conserva durante muyado de pastor; con su cuento férreo chos dias; agua que aplaca la sed del ha ido haciendo su terrible labor. Como toca las cosas de la montaña; las mon pastor, de los cazadores. Un vellón de un círculo de soledad y de muerte que tañas de Alicante; Aitana, Mongó, Ma lana. Nieve, cuando nieva. Granizo, cuanse va agrandando; la viejecita está en medio del círculo. fatal y se va queriola, Peña del Cid, Sierra de Salinas. do graniza. Escarcha, en las sendas.
Aitana, en el fondo, allá lejos, frente al Rocio, en las plantas. Nido vacío. Trampa dicho, ya no la conoce nadie: los pocos dando sola. Ya no conoce a nadie; mejor mar. El mar y el peñón de Ifach alli de zorra. Cama de liebre. Vivar de coque la conocen cerca; el peñón de color de carmín y nejos. Superficie redonda, brillante, alarno quieren conocerla.
Los días tristes y monótonos; los días violeta. Transparente en los crepúsculos. gada, que se escurre rápidamente, casi Peñón en el mar y cumbre de Aitana antes que la toque el regatón del cayado; con la capacha colgada del brazo. Ha habido talvez un tesoro de ternura y en el cielo. Cayado del pastor: regatón que entre los canibrones.
de delicados sentimientos en esta anque toca las cosas de la montaña. Cosas Tronco de pino. Lomo de un perro; ciana; todavía ella podría querer a que toca. Piedra blanca. Roca acerada. blandamente, acariciándolo. Tela urbicuGuijarritos de un torrente. Lajas planas lar de epeira. Agujero sedoso, guateado, niño, como vadie sabe querer; todavia y anchas. Tierra. Tierras blancas. Tie. de las arañas llamadas tenizas mineras podría derrochar tesoros de fidelidad, de lealtad, de cuidados solícitos, en una rras rojizas. Tierras amarillas. Tierras Un caracol blanco. Un caracol negro.
Una bolsa de orugas procesionarias, en un pino. Un cartucho usado de escopeta.
DR. HERDOCIA La ceniza y los tizones de una hoguera.
Las paredillas de un puesto de perdices.
Agente en Manizales, Colombia Enfermedades de los ojos, Un avispero. Un panal de abejas silvesde los mejores diarios y revistas del oídos, nariz y garganta tres; abejas que, como el almendro y el olivo selyáticos, han reivindicado su li país y del extranjero. Revistas de Mobertad en la montaña. El cayado que das. Máquinas calculadoras de bolsillo Horas de oficina: toca con su cuento ferrado todas estas marca «Baby. Crema «Favorite para 10 a 12 de la mañana cosas. El cayado en el aire puro y fino afeitar sin agua, sin jabón y sin brocha.
de la montaña, y de a de la tarde Universidad Interamericana de Nueva Capacha. Las viejecitas de la York de Enseñanza por Correspondencia. Solicite informes y muestras gratis Contiguo al Teatro Variedades capacha están en todas partes; no ahora mismo.
sabe de dónde salen; no se sabe dónde se escurre ull BENIGNO CUESTA (Hijo)
se Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica.