Democracy

IRepertorio Americano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXIII San José, Costa Rica 1931 Sábado de Octubre Núm. 13 Año XIII, No. 557 Juan del Camino La torre de Ironía Los rotarios en Bogotá El poema perdido Bernard Shaw y Rusia La imagen de Zola n libro sobre Emilio Zola SUMARIO Carl Van Doren Calhoun el marino Alto ahí!
José Vasconcelos Bibliografia titular llar Jiménez Poesias Bernard Share El clavel bajo la influencia de la Sarah Azorín El alma de las palabras Rafael Alberto Arrieta Julio Barrenechea Persiles Crisostomus Mientras hubo una escuela de filosofía La torre de Ironía tas rurales inseparables del sentimiento en Harvard, hubo ahí también pensadores poético en casi todos los poetas de habla y maestros de tan diversas indoles filosóJorge Santayana inglesa, se acallan en mí por completo. El ficas, que difícilmente parecieron formar De Contemporaneos. México, DF paisaje me es sólo una decoración para la una sola escuela; no obstante, posiblemente fábula, o un símbolo para el destino, como fueron, a ese respecto, los más caractelo era para los antiguos; y la escena humarísticos representantes de las débilmente na en sí misma no me es más que tema federadas filosofías que constituyen la rede reflexión. Ni tampoco me han fascinado pública del pensamiento saxoamericano.
los vericuetos de villorrio, ni el aspecto o No pertenecía al grupo de Harvard aquel carácter de las variadísimas clases y conprofundo conocedor de lo bueno y de lo be. diciones de hombres. Mi relación con el llo, George Herbert Palmer, quien con tan lenguaje es sólo literaria. pesar de esto, tierna piedad pudo sostener aquella fase del continúa. En cierto sentido creo que mis puritanismo, tal y como había sido suaviversos, intelectuales y pobres como posiblezada en los alrededores de Boston por una mente sean, representan una inspiración cultura secular. No estaba ahi Josial pura, una verdadera docilidad. Una musa Royce, traído de California, con su nueva no precisamente inglesa llegó de vermanera de probar la existencia de Dios, y.
dad hasta mi rincon de aislamiento; era la sus vastísimos conocimientos con los que, misma, o el espíritu de la misma que visitó gracias en parte a sus maestros alemanes, a Boecio o a Alfredo de Musset o a Leopudo levantar la amplia aunque un tanto pardi. Me era literariamente imposible no complicada estructura del idealismo metaresponder a su elocuencia. tan pronto físicó que en su mayor parte trataba de recomo ese impulso cesó, cesó en mí también lacionar al individuo con el mundo a la la idea de escribir versos. Mi emociónmanera como lo estaba en la teologia crisporque ahí hubo una emoción genuinatiana. No estaba ahi William James, Here transformóse suavemente en sensación, en esplendente y vernacular, quien había de algo así como que la lección estaba ya aprenencontrar los más sólidos cimientos del pedida; no había más tiempo que perder para culiar optimismo de sus compatriotas e hizo esta clase de unción y destemplanza. Estoy Jorge Santapana todo lo posible por unir el silencio de una casi seguro que el lector inteligente probacelda de estudio con el estrépito enervante blemente ha degustar más de las posteriode un mercado. acaso, no se encontraba mismo nos ha dado el mejor análisis de sus res versiones en prosa de mi filosofía; yo ahí también Jorge Santayana, prestado por facultades poéticas. De la ternura apasio mismo las prefiero, como si fueran más España al Nuevo Continente, observando el nada o del frenesí dionisíaco no poseo nada, ampliamente afirmadas, más sanas y llenas puritanismo con católicos ojos, con heléni ni siquiera aquella magia y abundancia de de vida. en ellas, si está interesado, encos ojos la cristiandad, y con escépticos la frase en realidad, la creación de un idiocontrará la misma cosa mucho más cerca democracia y el optimisno? En esta inte ma nuevoque marcan los verdaderos lide su origen, en su prematuro y accidental resante varicdad se hallaban reunidos tales mites de la poesia. Aunque mi tempera: escenario, con sus auténticas y personalielementos que dificilmente puedan enconmento haya sido por naturaleza ardiente, simas notas.
trarse de igual manera en cualquier otro el hecho de que el inglés (y no puedo es. Sólo en el momento en que la filosofía centro universitario, por lo que el episodio cribir otro idioma con seguridad) no era de Santayana estaba forjándose, fue cuande su asociación continuará por mucho tiemmi lengua natal, de por sí hubiera impedido do su poesía vibró con las notas más perpo interesando al crítico e historiador. Pero cualquier uso inspirado en mí; sus raíces, sonales. Sus versos ocasionales e íntimos el historiador o crítico literarios deben por otro lado, no llegaban al fondo de mi preson, en su mayoría, de dolor, aunque a traocuparse particularmente por la presencia propio sér. Nunca apuré en la infancia las vés de todos sus ensayos dramáticos no llega.
en el grupo de Harvard de su más joven cadencias y arrullos del hogar, indispen a derramar una sola gota de sangre. No miembro y de su más preclaro genio.
sables en, toda poesía espontánea. No sé obstante, sus odas, y frecuentemente sus de la fragancia de los mundos encantados, sonetos, se encuentran salpicados de un Santayana era antes que nada un poeta de los cuentos de hadas o de los viejos can rapto y éxtasis que llegan muy hondo y que pensaba e idealizaba su senda en el su tos de cuna. Además, soy hijo de la ciudad; cautivan, y de una música que vibra de til y encantador mundo en que vivía. El y esa intimidad con la naturaleza, esas no manera ajena a la de la poesía inferior. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica