134 REPERTORIO AMERICANO diena modesta y burguesa de un cual. Trátase, pues, de una obra escultórica esta figura, o la figura necositara para quiera. Trátase del retrato que le hizo que fatalmente ha de instalarse al aire lucir sus extravagantes grandezas y sus Vázquez Díaz, con esa espiritualidad libre, por la misına razón que a una soberanas insinuaciones, de las amplitufrancesa cuyo ritmo vibran hoy la di. montana se la pondria en ridiculo cons des acariciadoras del paisajo. Para deteratura y las artes. Este retrato de ahora, truyendo sobre alle un fanal inmenso talles del pelo y de la barba se ha va.
como cosa más matorial, por ser escul que la librase de lluvias y de venda lido el escultor de ciertos recursos hietórico y hecho por el artista más caste vales, de huracanos y de pedrisco. No: ráticos del arte moderno que contribullano que tenemos, quiza rosulte más esta figura en que Nacho nos presenta, yen a la bravía grandeza del conjunto pleno de unamunismo, entendiendo aqui traducida en líneas y planos, la perso de la obra.
por tal cosa la relación de la materia, nalidad de Unamuno es de una gigan ahora vamos a lo inverosimil. Eu la forma y el espíritu de Unamuno con tescs graudeza monolitica, como si el la vestimenta del señor Unanuno apael suolo peninsular. Hay que tener en fundamento de su contextura fuese, más reco ahora por primera vex. que yo cuenta que todo lo que tiene de excep que un esqueleto humano, una pena sepa, el detallo de una especie de arcional Unamuno consiste en ser la tierra, enorme con facciones humanas seño plisima faja que sustituye al chaleco el barro andante y pensante bajo los reando, la manera de otra pena de ordinario y da a su figura un porte lecielos y a la luz de España. Hoy, este Orduña, un maravilloso valle ideal de vítico de cura protestante, o más bien ticamente, ss es de París; religiosamente, Loyola. necesite, para mostrar toda de esa cierta clase de clérigos romanos del clericalismo romano; mecánice o in la eficacia de sus energias expresiva de magnifico talante francés y que quizá dustrialmente, de Norteamérica. Pues que contra sus formas se estrelle el hu viene del antiguo abate y se conserva bien: Unamuno, que es un hombre de racán, silben los vondavales, refalja el entre nuestros vecinos traspirenaicos como estudio y cuya inteligencia se despe sol y se consume totalmente exe con prestigiosísimo atributo del perfecto lerrama por todos los ámbitos de las hu cierto de formas, colores y luces en que vita moderno. Sobre el corazón, y por manidades, es sencillo, austeramente os hoy ambiciona vivir el hombre, un poco cima de la referida amplia faja, lleva pañol, a pesar de lo difícil que hoy re envidioso de la gloria en que trascurre la figura de una cruz de escaso relieve sulta serlo. Los rasgos fisonómicos de la existencia del mundo físico bajo el sobre la tela del traje, queriendo semeUnamuno son de una especialidad y de régimen del divino sol. Además, en una jar el superpuesto de las cruces rojas una rareza tentadoras y suscitadoras en galeria de estatuas disonaris ésta de que llevan algunos sacerdotes en la 90el artista de los instintos mimetistas que Unamuno, con su cráneo violentamente tana. eso. preguntamos al esculpermanezcan mas aletargados. Fatalmen amartillado, con su monstruosa nariz de tor. Esa cruz nos contesta Macho te se viene al pensamiento, por inevi: pico de buitre, con su gesto de desafio, puso el mismo Unamuno donde estás.
tables derivaciones mnemotécnicas, el frente a las personas y las cosas usua ¡Muy bien, y estamos conformes! Unsver su frente en martillo de forjar. les del mundo que pueblan las galerias muno es un cruzado, y sobretodo lo era como no es otra cosa que esto su ener en todos los museos. Por último, parece indudablemente en el momento en que gia pensante, pues hasta parece, al leer como si el paisaje atrajese hacia si el mismo modelaba la sagrada insignia.
sus escritos, que se está percibiendo el estruendo de las forjas y de los redoFrancisco Alcántara blones, por lo cual no sólo no extraña.
sino que aparece muy característico el abombamiento audaz de la frente en este retrato. Pero hay una rareza más Religión y Política estupenda aún en la fisonomía de UnsLa cruz de Unamuno muno, que es su nariz. La nariz de Unamuno es como el enorme pico de un buitre, nariz apto para desgarrar los entresijos do los conceptos y de las ideas, Del grupo de arcilla española llevada lo bastante fuertes para librarso de las Ha tenido Macho un acierto de zahori por el escultor a Hendaye, don Miguel influencias retrógradas de una tradición al interpretar los ojos de Unamuno, ojos toma una porción entre sus dedos. La religiosa, Respetémoslos on su puerilidad, sin pupilas y en que las cavidades va mirada de don Miguel se proyecta. que, al fin, han de ser pequenos en algo.
cias se abren algo desmesuradamente través de los espejuelos de escribano que Pero no los imitemos en estas sensiblecomo para dejarse penetrar por la vida cabalgan en su nariz, hacia la tierra es rias. Fijómonos en lo que es atrevido y torrentes. Los planos de las sienes y pañola, mientras modela en arcilla una valiente de su actitud y de su ejemplo.
de las mejillas son como amplios para cruz. Don Miguel está emocionado, tier Pero es el caso que ninguno de estos mentos que desdo el pelo a la barba namente emocionado. Se acercó al busto, dos hombres llega a momento de tau relacionan todos los rasgns, con fuerte terminado, y lo condecoró con esta cruz. significativa expresión sino a través de insinuación do monumentalidad perfec Dejémosla aquis, dijo. Yo anado Vic la larga trayectoria de toda una vida tamente sentida y comprendida, desde torio la he respetado y la respetaré des que puede ventajosamente compararse con todos los puntos de vista de frente, de pués, al pasar ol busto matoris defi la de sus coetáneos. No se trata de un perfil y de espalda. En los cuadros do nitiva.
desmayo. do una claudicación, de una los hermanos Zubiaurre se percibe, en Así relata, en estas mismas columnas, insinceridad con que se compra un reslos grupos de paisanos vascos, la pesrda ol profundo rasgo del gran español, un piro do paz en el ambiente social o famonotonia do estos rasgos de versolari periodista de espíritu fino y sensible. miliar. Estos hombres proceden serena y de gran brujo do Unamuno, que tan Otro gran compatriota, de tempera y deliberadamente. Quieren expresar lo artistica y grandiosamente ha expresado mento muy diferente al de Unamuno, que son, lo que sienten, el principio suaqui Macho. En nuestro tiempo, ni en pero que había encontrado en el senti premo quo ha gobernado o está goberla vida diaria ni en la del arte se está miento cristiano fuerza para vivir. no Dando sus vidas. si merecen atención tranquilo, como no se haya desbordado blemente, destacando sobre un fondo de en lo demás. por qué no en esto tamla personalidad. Ha de rebosar ésta al egoismos y pequeñecen, dio casi exacta bién? Son predicadoros, que nos enseñan través de los poros de la pequeña y fra mente la misma nota. Ers don Gumer con su ejemplo.
gil forma humana.
sindo de Azcárate. Al redactar su testa lo primero que nos dicen es que el El hombre espiritu ha de dejar chi mento ológrafo y al preferir, sólo porque símbolo de la cruze transciende toda or quitin al hombre materia. El super hom no habia cementerios peutros, el ente ganización religiosa y eclesiástica, toda bre. El super realismo. Todos estos matices rramiento en un comenterio civil, dis secta y toda escuela. No hay institución parecen inquietar la reciedumbre de mon puso lo siguiente. Quiero que sobre mi alguna sobre la Tierra que pueda recletada con que Macho ha simbolizado Una ataúd y sobre mi tumba so ponga uns mar la exclusiva de tal señal. Es el simmuno. no estaria completo el concepto cruz.
bolo del sacrificio supremo, y. por lo que nos hemos formado de esta obra si omi Una cruz. Bah! dirán muchos tanto, de todo sacrificio. Los dos leños tiésemos su cualidad suprema, la que Debilidades de los grandes hombres! atravesados, patibulo infamante de la más poderosamento integra el conjunto. Ho aquí unos espiritus fuertes; pero no antigüedad, ban sido glorificados y su.
De La Libertad. Madrida Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional. Costa Rica