iRepertorio Elmericano Tomo XXII SEMANARIO. DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica. 1931 Sábado 24 de Enero Año XII, No. 524 Núm. Un discurso ile Avellaneda.
El libro so su lectura Bucólicas virgilianas.
De los amigos norteamericanos en Hispanoaméricn.
La hora del Perú.
Motivos de Año Nuovo.
Letrus hispanoamericanas.
SUMARIO Julio dramburu Un express sobre las olus Nicoliis Avellaneda El home necio del Arcipreste.
Siete décimas.
Reberca Kawe Magda Portal Lajmula obra de Raymond Leslie Buell.
Persiles Mi montana.
Georges illement Bibliografla titular.
Consuelo Trigo de Asuola Juan del Camino Nicomedes San: Ruis de la Pena Salomon de la Selva Anighetti cos Un discurso de Avellaneda De La Prensa. Buenos Aires.
La ciudad de Tucumán había espacio de la estación ferroviaamanecido presa de um inusitado!
ria. En los palcos, las familias movimiento de entusiasmo. Fladestacaban la cambiante belleza meaban las banderas en los edi. de los años. Danas graves y muficios y en algunas calles los archachas bulliciosas, presididas triunfales glorificaban la por la viviente reliquia de doña jornada de la fiesta. la. maDolores Lavalle. la hora señana nublada y desapacible fué, nalada, se oyó un saludo militar, sucediendo una tenue claridad y entre una agitación de bandede perla, un tibio resplandor de ritas y voces infantiles, se abrió primavera. El cielo opaco se torno paso en la densa multitud la límpido y brillante, y a lo lejos.
brillante comitiva. Allí venía el comenzó a destacarse la recia Presidente de la República. acom.
armazón del Aconquija. Poco a pafiado por Domingo Faustino poco, la gente iba abandonando Sarmiento, el gobernador Tiburlos hogares y concentrando su cio Padilla, el Ministro de Chile destino en el improvisado edifié ilustre historiador Diego Bacio ferroviario. Allí, en medio rros Arana, el rector del coledel flamante andén, levantaban gio José Posse, el Ministro Prolos postes la simbólica decoravincial Pedro Alurralde y otros.
ción de los gallardetes azules y hoinbres prominentes. Avellanelos escudos patrióticos. La muda avanzaba con paso ceremochedumbre arreciaba su curiosinioso, agradeciendo los aplausos dad frente al templo sin naves de sus conciudadanos. En la hodel progreso, donde la primera ra luminosa. los rasgos físicos locomotora descansaba su fatiga del primer magistrado adquirían como un dragón sonoro.
un relieve singular. Su figura Finalizaba octubre de 1876.
menuda y elegante parecía agiHacía pocos días que el Presigantarse, resaltando su cabellera dente Nicolás Avellaneda había ondulada, la frente dominadora. llegado para inaugurar el nuevo Nicolais Avellaveida la barba faraónica y los ojos.
tramo del ferrocarril nacional.
bondadosos y serenos. Sarmiento Córdoba y Tucumán quedaban caminaba con firmeza, apoyado unidas con las vértebras de hieEl libro y su lectura en el recio bastón, orgulloso de rro, y la trascendental hazaña De la obra Escritus literarios, por Nicolás Avellaneda.
sí mismo, el gesto ceñudo y el merecía celebrarse. He ahí la Edición de La Cultura Argentina. Buenos Aires, 1915.
ademán inquieto. Hablaba sin causa del regocijo popular y la San Juan Crisóstomo, el apóstol de la beneficencia, fatiga y escuchaba con dificul. desbordante inquietud de los es ha escrito, para expresarla, su más bella y completa tad, inirando a todos lados, sapíritus. La presencia de Avella definición. La caridad en el don de sí mismo, y el hom tisfecho por la sostenida ovación neda resultaba verdadero bre tiene mucho que dar. Puede darse en tanto que es popular.
acontecimiento para la gratitud inteligencia, en tanto que es sentimiento y en cuanto po Cuando llegaron al sitio ofisocial. Volvía a la tierra natal, see los bienes exteriores que satisfacen las necesidades cial, el público se arremolinó de donde partió pobre e ilusio fisicas de la vida.
tras la comitiva. Se apagó el eco nado, hecho un hombre ilustre, Será siempre un acto grato y santo cubrir la des de los clarines y el golpe de trayendo sobre su pecho la más nudez, y aliviar el hambre con el lienzo y con el pan las manos, y en su lugar los víalta insignia con que los pue de la limosna; pero el don de nosotros mismos por la tores personales irrumpían. su blos premian a los mejores ser inteligencia y por el sentimiento, es el atributo de la ca fervor de exaltación. De pronto, vidores de la patria. Muchos ridad por excelencia. Los apóstoles recibieron como mi se hizo un gran silencio y, alciudadanos no lo conocían per sión suprema la de la enseñanza.
zado en la tribuna, Avellaneda sonalmente y otros que lo vie La sociedad moderna ha inventado la Biblioteca comenzó a leer sus cuartillas.
ron cuando niño. deseaban es popular; y estamos desde entonces todos llamados a tomar La voz lenta, fresca y musical trechar la mano del gran pre participación en el apostolado sublime. El que da un expandióse eu el aire como una destinado.
libro para el uso del pueblo hace el pequeño don de su advertencia, para luego adquirir Por eso, aquella mañana de valor pecuniario y enciende una antorcha perenne, y abre. un tono sugestivo y elocuente.
júbilo, todas las clases sociales una fuente de elevados sentimientos, para ilustrar y re El acento claro y varonil llegaapretaron su unidad en el libre (Pasa a la pagina 67. ba a los oídos como una ráfaga un Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica