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REPERTORIO AMERICANO 333. Do La Nacion. Buenos Aires FOUCHÉ EDITORIAL ESPARA Retrato de un zorro político Entre el aluvión de biografías que tasma ha servido asimismo de sostén a desde la guerra grande ha inundado los la revolución rusa; sólo que los ejércitos mercados literarios pocas habrá tan intede Denikin, Kolchack, etc. no eran del resantes como la de Joseph Fouché, por STEFAN ZWEIG todo fantásticos. Finalmente, Laclos el austriaco Stefan Sweig, publicada re demagogo, pero al mismo tiempo secientemente en español. Mientras en la cretario del Duque de Orleans, el candimayor parte de las biografías que ahora dato al trono de Francia incita a esa se escriben la vida de los personajes burguesía provinciana en armas a asaltiende a clegenerar en mala novela y tar los castillos feudales, quemar sus por mala novela entiendo aquella en que archivos y apoderarse de sus propiedael mundo de la peripecia exterior obsdes. El gran pánico traza su ciclo revocurece y anula el mundo de los móvi, lucionario y concluye en la gran exproles. en esta biografía de Sweig lo que piación.
fascina no es la historia externa de FouEn su libro reciente, La revolution ché, sino su tipologia política.
russe el mejor tratado hasta hoy de la eso que Sweig se queda corto en la teoría y práctica de las grandes revoluclasificación psicológica del siniestro perciones modernas. Henry Rollin dice sonaje. La tesis de su Fouchées. de Choderlos de Laclos que es el que bozada en el prólogo es que en política.
da impulso a la revolución, el líder sedominan rara vez las figuras superiocreto de los jacobinos, el precursor de res, los hombres de ideas puras; la verTalleyrand, el rival de Dumouriez y verdadera eficacia está en manos de otros dadero organizador de la victoria de hombres inferiores, aunque más hábiles. Valmy, el autor del proyecto contra los en las figuras de segundo término.
ingleses en la India, el inventor del obús, De esta categoría fueron ejemplariza personaje extraodinario cuya influencia Sweig las figuras que decidieron so, misteriosa fue tal vez mucho más probre la guerra y la paz entre 1914 y 1918, funda que la de ciertas vedettes de la hombres anónimos del más equívoco revolución.
carácter y de la inteligencia más precaDe esta estirpe de segundones políria. Y, sin embargo, Balzac había dicho atado y acaso, a veces, con la colaboración ticos ninguno, sin embargo, tan misterioso antes de Fouché y sus palabras, las pri de esos obscuros auxiliares a quienes sus ni tan poderoso como José Fouché. Ninmeras que le enaltecen, son las que despier contemporáneos rara vez conceden la debida gún principio moral ni político le detiene.
tan la curiosidad de Stefan Sweig y le in importancia La curva de su oportunismo es rápida, verducen a estudiar a fondo la vida del gran En las grandes revoluciones es donde tiginosa; cuando así le conviene. Todavía ministro de la Policía. Balzac había di estos segundones políticos encuentran su religioso con órdenes menores en 1790, cho que Fouché fué el único ministro que clima moral más favorable. En la fran publica en 1793 el primer manifiesto comutuvo Napoleón. un genio singular. la cesa hubo muchos, que sólo recientemente inista europeo, en la Instrucción de Lyon, cabeza más fuerte que yo conozco. dotado han empezado a merecer un estúdio deteni y practica un exaltado comunismo antirrccle más poder sobre los hombres que el mis do. Uno de ellos fue el capitán de artille ligioso y antiburgués en los territorios del mo Napoleón. No se valora así a los ría Choderlos de Laclos, más conocido como Loira que la Convención le ha confiado, hombres inferiores. no se acepta la va autor de la novela Liaisons dangereuses, en funciones casi de procónsul. No es sanJoración balzaciana.
que en su tiempo tuvo gran boga. Laclos guinario por temperamento; pero en Lyon Esta oscilación del juicio no le impide a organizó el gran pánico de 1789, pocos días ametralla en adelante se le conocerá por Sweig destacar este hecho, comprobado después de la toma de la Bastilla. Era preel ametrallor de Lyon a 1600 personas constantemente: que la historia no la hacen ciso levantar en armas a las provincias, en en pocas semanas, matándolas en masa, a siempre, ni siquiera principalmente, las fi previsión de que la monarquía quisiera re cañonazos, porque la guillotina es demasiaguras del primer término, y que, por lo tan sistir. La idea republicana no era aun do lenta. Ha sido amigo de Robespierre to, la historia, tal como hasta ahora se ha suficiente para movilizar a todo el pueblo y novia de una de sus hermanas cuyo sulido escribir, desde Plutarco, la historia francés, pero sí lo fue el infundio ale que antiguo amor acaso utiliza conio calmante dominada por las grandes primeras figu unos cuantos millares de bandidos se apres la víspera misma en que el dictador iba a ras, que muchas veces no son más que fi taban a saquear, en todo el país, a la pobla señalar su cabeza, y él aprovecha ese mogurones instrumentales de las secundarias, ción indefensa.
mento de su indecisión o debilidad para no es la verdadera historia.
Este embuste genial se le ocurrió a La arrastrarlo a la guillotina. no sólo se desLos pueblos jóvenes y las nuevas gene clos, que se lo expuso por primera vez a sus hace de Robespierre, sino de Napoleón. raciones juveniles necesitan esa interpreta compañeros del club bretón el verdadero cuando ya no le sirve, y del Directorio, ción heroica para alimentar su entusiasmo núcleo de la Revolución Francesa y de cuando vende la República a Luis XVIIIintermitente y satisfacer su instinto gre allí fue difundido, en correos especiales, el hermano de Luis XVI, cuya sentencia de gario, ávido de guías y caudillos. Pero el por todas las provincias. El instinto de la muerte votó años antes por conservar la hombre maduro hará bien en explorar los propiedad amenazada armó a tres o cuatro cartera casi vitalicia, de ministro de la Poescondrijos de la historia y sacar de la som. millones de franceses en muy pocas semalicia.
bra a sus auténticos artífices para conven nas. En nuestro tiempo este mito de ban Su vida privada es la austeridad misma; cerse de que también en la historia de su dolerismo lo han transformado algunos go pero aprovecha el surgimiento de la nueva tiempo estas figuras del segundo término biernos en el mito del bolcheviquismo. burguesía, en el declive de la revolución, y cle la borrosa penumbra son las que dan la cuando se agotó el fantasma de los bandi para hacerse millonario. Conoce la vanipauta y las que permanecen en medio de dos, Laclos inventó otro: el de una imagi dad de los títulos de nobleza; pero se hace los cambios más radicales, mientras las más naria invasión extranjera, ingleses, sardos nombrar Duque de Otranto. Parece servir visibles y egregias desaparecen, barridas y saboyanos, españoles y alemanes, para a todos, y en realidad sólo sirve a su infipor la propia tempestad que ellas han des sofocar la revolución naciente. Este ſan nita ambición de poder. Sólo que en él esta Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium la Universidad Nacional, Costa Rica