Violence

216 REPERTORIO AMERIC. NO. Ya hemos matado muchos. uno más. su rostro quieto; sus ojos eran estrechos como berana de la Naturaleza, que es el tipo inLos mujiks contemplaron una vez más a Was los granos de la avena; llevaba caftan violeta ariable eterno de lo bello.
ka, y se separaron en silencio.
y zapatos de tafiletė. El niño hundia la cara Afanasij Petrovich cogió al, kirguis y le enLibres somos para clegir las formas que contra su seno, rebuscaba con su manita entre volvió en un saco remendado.
el caftan, y pataleaba cómicamente con sus pienos plazcan; pero cuanto mayor sea la li.
La madre ululaba. Afanasij la aturdió de cecillos, como si hiciera punto de lana. Los bertad, tanto asi conviene más que el escriun puñetazo en el rostro, y salió al campo. mujiks reían ufanos. Afanasij, que miraba tier tor y el orador se penetren de la idea esnamente al rapaz, dijo, con su voz nasal de niño tricta y rigorosa de las propiedades téco.
llorón. Miradle, como se atraca. nicas del arte, bien como de sus condiciones Dos días después, desde la entrada de la Por detrás de la tienda corrían los valles, de dignidad y fines útiles. No hay estilo tienda, los mujiks, de puntillas. miraban unos las estepas, toda la tierra de la Mongolia extraña, absoluto y determinado, es verdad, atento por sobre el hombro de los otros como la mujer hacia ignotas lejanías. Quién sabe adónde corre que cada prosista y cada poela tiene el amamantaba al niño blanco. Ella humillaba la fiera salvaje y triste, la Mongolia.
suyo, que le distingue entre todos y es coVsevolod Ivanov mio el emblema de su personalidad y de su carácter. pero si el estilo libre distingue y caracteriza al escritor y al orador, la frase caracteriza y distingne al idioma; por maLectura y glosa nera que, para ser a un mismo tiempo oride escritores venezolanos ginal y, nacional, es preciso hablar o escribir, con estilo propio, sí, pero en el En el Casino Municipal de la Exposición IberoAmericana, Sevilla, 1929, el dia 28 de octubre de lenguaje de la patria.
1929, con motivo de la SEMANA DE VENEZUELA.
De suntuoso fulgor es el verbo de Ceci(y Véase la entrega anterior)
lio Acosta Mas qué puede añadirse comEl breve fragmento que leeré de Rafael afectos del ánimo y las infinitas impresioparable al elogio diamantino con que le María Baralt, corresponde a su Discurso nes del cuerpo y del espiritu, semejante exalta el insigne cubano José Marti? De de recepción en la Real Academia Espa lengua ha llegado a toda la perfección de una timidez casi enfermiza, su vida discuñola, caso por cierto a mi entender excep que son susceptibles las cosas humarias, y rrió con pobreza franciscana en la Caracas cional en los anales de la ilustre Corpora nada más necesita en la sucesión de los de entonces: El Perú le ofreció asiento ción, puesto que ya ella con amplio sentido tiempos, sino aumentar su caudal siguiendo digno de sus méritos, pero que el suave del hispanoamericanismo, no común en esa los progresos de la civilización y rejuve Cecilio rehusó, agradecido a la siempre geépoca, abría sus puertas para recibir como necerse en las fuentes vivas de su propia nerosa hermana nuestra, prefiriendo a la individuo de número a un extranjero por historia.
riqueza prometida la sombra platónica del su nacionalidad, aunque no por sus senti Es el arte un compuesto de forma y for árbol que cobijaba el patio de su casita mientos y por la devoción con que depuraba do, o si decimos de cuerpo y alma, al cual blanca.
nuestra lengua matriz, como era Rafael no es menos necesaria la inteligencia que De la obra tan extensa de Cecilio Acosta María Baralt; nacido en Maracaibo en piensa, que la vos que dice lo pensado. No elijo este ejemplo expresivo de su inteli: 1810, a la margen del azul lago venezopura materia, ni puro afecto ni espíritu, gencia admirable, en el que engasta, como lano, que ahora refleja las altas torres de sino muestra y símbolo de nuestra triple gemas en el metal precioso de su lenguaje, las fábricas tentaculares. El relámpago naturalesa corporal, moral e intelectual, fúlgidos nombres de la historia y de las del Catatumbo, que sin cesar alumbra aque es el resultado de la concordancia de todas letras castellanas: llas regiones como ritmo ardiente de su las facultades humanas y tiene por ór. La grandeza histórica, después que seno; iluminó la juventud de Baralt, quien gano. indispensable la palabra hablada o pasa, tiene sus peligros, porque, o quedan después inquieto y andariego vivió en la escrita, esto es, la lengua.
los recuerdos que desvanecen, o las tradisiempre hospitalaria isla de Santo DominHáblase de preferir el fondo a la forma ciones que extravian, y hay que contar con go, y en Bogotá la erudita para cursar y no se advierte que, de cualquier manera el tiempo para que vengar olras ideas.
latinidad; en Caracas para estudiar mate que se separen estas dos cosas, enlazadas. España, muy desde los principios, fué hamáticas, en París para publicar su Histo por la naturaleza con indisoluble paren lagada por la fortuna, bien que debido esto ria Antigua y Moderna de Venezirela, en tesco, se llega por diferente camino, pero en gran parte a su valor. Su nobleza tenía prosa a lo Tácito, y por último en Madrid, siempre con toda seguridad, a la barbarie. lo rudo junto con lo grande de los héroes donde desempeño cargos públicos de im Silas ideas se hallan forzosamente encar de Homero, armas pesadas, alto orgullo portancia y donde murió y reposan sus ce nadas en la forma y es ésta lo primero que, y altos hechos; más cortés qiie galante. nizas. Cazador de términos que clandes al modo de los objetos materiales, hiere más dura que lisonjera; ganosa siempre.
tinamente, se introducen en nuestro idiolos sentidos. cómo degradando la una ele de luchas y en las luchas coronada. Sus. ma, en su Diccionario de Galicismos, su varéis la otra. cómo separaréis el signo ricos homes reyes de armas, pajes, in. puntería acierta con frecuencia, aunque en del pensamiento y el pensamiento del sig fanzones iy donceles, subían y bajaban en otras hiera vocablos, de inocente intención no? Por cierto en su perfecta armonía estri los dias clásicos las escaleras del Alcázar, o por lo menos que el uso adopta como deu ban la belleza de las artes, el triunfo del in no para festines palaciegos, sino para el. dos de la familia latina. Sin embargo, co genio a los verdaderos goces literarios. servicio de la guerra o los mensajes de la mo veréis en los cortos párrafos que voy En cuanto adorno del espíritu, requiere, gloria. Tuvo adalides como Bernardo a leer, coordina, sin intransigencias acasin duda, la elocuencia una correlativa y del Carpio, que no cupo en menos que en démicas, la libertad de la forma que dis común madurez en las demás artes; y como romance, como el Cid, que pudo decir a tingue a cada escritor con la indole del medio de acción y persuación, necesita de Fernando VI, después de la toma de Vaidioma en que se expresa: la violencia de las pasiones, de la influen lencia, que le traía ganados otro reino y En vano se dirá que cada época litera cia de grandes intereses, ora populares, ora mil fronteras, como Suero de Quiñones, que ria, como distinta de las anteriores, ha individuales; pero ni en éstos aspectos, ni tuvo Paso honroso por la honra, como Hermenester una manera también distinta de en ningún otro bajo el cual se la quiera nán Pérez del Pulgar, el de las Hazañas, expresarse. Porque cuando, dócil, instru. considerar, puede ni debe jamás eximirse porque las hiso; y cuando la consolidación mento de la inteligencia, puede una lengua de la obediencia a los principios y reglas de la monarquia, iniciada desde los Reyes manifestar en modo bello y formas ade literarias; porque ellas no han venido a Católicos, alcanzó a su mayor consistencia cuadas las más finas abstrusas operaciones ser tales por la sola autoridad de Aristó en tiempo de la rama de Austria, el çetro de la mente, los más eficaces y variados teles ni Horacio; sino por la autoridad soo español puso tanto międo en todas partes. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica