280 REPERTORIO AMERICANO Poetas nuevos del Brasil Traducciones y selección de ALBERTO GUILLÉN.
Del libro Antologia de la Nueva Poesia Brasilena Yo no quería encontrarme con usted!
Hoy no sé qué me empujó dentro de su iglesia.
Entré.
Habria rezado si supiese, me habría confesado, habría dicho asi: como para un amigo del pecho. Yo soy un sujeto endemoniado. si usted insistiese un poquito, yo le habría contado todo todo, hasta esa cosa que no le cuento a nadie!
Sergio Millet.
Las manos Tus manos parecen abanicos quebrados, y en ellas hay un misterio como una sombra en el agua. Yo adoro tus manos silenciosamente.
Las adoro como reliquias, abanicos quebrados, sueños que no se pueden soñar más.
La boca Tu boca es sinuosa y fresca, y, cuando hablas, yo sonrío lejos, lejos.
Mis ojos te oyen cuando tú hablas. yo sueño que soy una playa sin mancha donde tu boca posa y bate las alas bermejas.
Tu cuerpo Tu cuerpo ondula como un junco dócil, y es débil, leve como si volase.
Tus pies son inutiles como dos flores.
Iu cuerpo es un junco nuevo.
Mi deseo es el viento que lo mece. mis brazos se abren sin tocarlo como un círculo en el agua.
Vértigo Las golondrinas juegan a la ronda, luminosas como piedras en el azul redondo. la ronda se va abriendo en el circulo de oro del crepúsculo. Biografia del músico El pequeñtin nació en el morro aniquilado de sambas bebió leche condensada solto cometas de tarde aprendió el nombre de todos los donatarios de capitania agotó los criollos de la Ciudad Nuera bostezó años y años en el Conservatorio no saco medalla de oro desgraciado porque no tenia recomendación.
un astro más que despunta en el horizonte del arte nacional se puso zapato camuflage terno de ajedrez casó con la hija del almacenero de la esquina que se parecia con Carlos Gómez hizó diversas músicas imitando el gorgeo de los pájaros murió víctima de pertinaz dolencia que se burló de los recursos de la ciencia al entierro comparecieron personas de destaque llevando palmas con sentidas dedicatorias llegando al cielo los angelitos de pantalón largo y de corbata mariposa dieron un concierto de ocarina donde figuraba la octava nota y él se desmayó de conmoción.
Murilo Mendes Religión Usted sabe mi Dios lo que son esas cosas.
La gente se olvida después de tanto tiempol Ya no sé más rezar.
Cuando pasaba frente , su casa yo oia su queja en mi La linda historia que mis ojos contaban. El dia amaneció hoy de buen humor.
Amaneció humilde como la lana de las ovejas.
Amaneció expansivo como las hilanderas que tejen las manadas de nubes, y cuentan historias de hadas a los hombres que se levantaron. las palmeras rasgan en el cielo sonrisas alegres. los lagos se quedan atentos, como las pupilas verdes de una chiquilla rubia.
Yo no oi lo que hablaba el dia de buen humor, porque mis ojos contábanme la linda historia de tu imagen melancolica.
Al caer la tarde Creyente pasa, canturreando frente a mi casa.
Pasa canturreando un cántico de ala, aún caliente de la ternura de su nido.
Pasa frente mi casa cuando salieres de la iglesia.
Tus ropas huelen a las rosas maceradas de los altares. y dejan mi puerta perfumada.
Creyente pasa, canturreando frente a mi casa para que mi alma quede embriagada de la alegría de tu cántico, como la puerta de mi casa se embriaga con el aroma de rosas de tu ropa.
Francisco Karam.
Infancia Mi padre montaba a caballo, se iba para el campo.
Mi madre se quedaba cosiendo.
Mi hermano pequeño dormia, Yo solo, pequeñito entre las mangueras leia la historia de Robinson Crusoe, larguísima historia que no acaba más.
Al medio dia blanco de luz, una voz que aprendió a arrullarnos lejos del traspatiq y nunca se olvido llamaba para el café.
Café tan negro que ni la negra vieja, café sabroso, café bueno.
Mi madre se quedaba cosiendo, mirando hacia mi. Pish. No despierte al niño. Para la cuna donde se poso un mosquito. daba un suspiro. qué hondo!
y huia. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica