Violence

REPERTORIO AMERICANO 175 Apreciaciones.
no el sombrio «caldo de tiburones) de que (Viene de la página 178. nos hablara Alfonso Reyes.
En esta naturaleza espejeaute, que juega más pura, inás incisiva, más alta. Si tenemos se injurie al espíritu. No seria ello renunciar inocentemente con sus propios reflejos, en ese ejemplo, y estamos proponiéndonos seguir a una de sus manifestaciones más puras y esta temperatura sui generis del trópico que lo, podemos alcanzar muchas cosas. Por eso enérgicas? Por otra parte la estética no está Flórit nos presenta, reside, a mi manera de esta hora nuestra tiene algo de ejemplar, en tan desviada como parece de las actividades ver, el interés de este libro y, desde luego, su el empeño con que quiere sobrepasar el dic centrales de un pueblo. Ya nadie cree que la semilla: de polémica para la crítica, tado de tropicalismo, para ser una clara rea estética sea cosa de despreocupados o exqui Hasta qué punto es nuestro trópico éste de lidad.
sitos. Las grandes revoluciones literarias y Florit trataremos de verlo en un próximo ¿Pero debemos desdeñar el trópico, o peneartísticas. En el caso nuestro no creo que sería artículo.
trar en su esencia y apoderarnos de sus fuer arbitrario buscarle el lado estético al problezas inéditas? El trópico de lejos se ve como ma. Muchas veces pienso si no sería dable Trópico: geografia y cultura. Tróun gran páramo de luz de donde no sale nada resumir los más de nuestros defectos bajo una pico no es sólo una noción geográfica. es vital, o acaso una pululación de gérmenes ra sola denominación: ramplonería de espíritu, El también un concepto cultural. Geográficaquíticos. Nosotros no podemos contentarnos desgano por lo bello, por lo decoroso, por lo inente el hecho no tiene implicaciones polécon ese espejismo: posotros tenemos el deber armónico es, en no pocos casos, el origen de micas. El trópico presenta características clide buscar el ritmo oculto de nuestro trópico, nuestros males. Nuestra misma politica la matológicas de escasa variabilidad y perfecsus reservas, su carga auténtica y ponerla en gran calamidad nacional ¿qué es en fin de tamente comprobables. Se trata, pues, de una circulación.
cuentas sino una cosa fea, inestética, ramplona? noción bastante exacta, respecto de la cual Eso hace este pequeño libro de Eugenio La idea de la belleza hace mejores a los pue caben pocas salvedades.
Florit, y por eso misino, ya merece el primer blos. La despreocupación por la belleza los Pero tan pronto nos trasladamos de la geoaplauso.
encanalla. El apogeo de Grecia coincidió con grafía a la historia de la cultura, comenzaDos mitades se reparten el libro: campo, el fervor estético de la época de Pericles. La mos a movernos en terreno resbaladizo. EI mar. se lo reparten del inodo más llano en decadencia de Roma se inició cuando el pueblo concepto cultural del trópico es tan fidedigno nuestro trópico, con la décima que ha sido comenzó a alejarse de la cultura matriz para como el geográfico? En uno y otro caso cofrece como la espontánea floración del estro popular. entregarse a deleites exclusivamente sen ignales seguridades la generalización?
En Campo los elementos más típicos se suales.
Es antigua la creencia de que el clima conaprestan a dar su mejor sabor, aunque estili Es indudable, sin embargo, que suele faltar diciona en cierto modo las manifestaciones del zado. Estas son nuestras décimas, sólo que no en momentos como el que ahora vivimos ese espíritu. Ya en el siglo xvii se decía en nuescomo las improvisaría el guajiro con su clásico sosiego de espíritu que algunos consideran tro idioma, por boca de Tirso de Molina, que tiple; está el sinsonte, la sabana, el potrero, indispensable para la faena artística. Mas no «el clima influye los ingenios. Nietzche ha el monte, el camino carretero. No se puede hay que olvidar, por otra parte, que el arte hablado de «zonas templadas y zonas tropicanegar todo el sabor criollo que tienen estas no es necesariamente producto de épocas o les de la civilización. si bien. establecienilo décimas de Florit, que apuntan sin embargo ainbientes arcádicos. Más bien nos enseña la respecto de las geografías el distingo de que a una realidad más alta que la misma les historia que la vida muelle es poco fecunda en éstas se suceden en el espacio y aquéllas en cripción.
obras artísticas de envergadura. La indigna el tiempo; cabe, pues, que el trópico geográfico En Mar, ya es distinto. No fue nunca al ción, en cambio, iqué encinta de prodigios ar viva períodos de clima espiritual templado.
mar la inspiración de nuestros poetas. El cam tísticos suele presentarse!
Modernamente han ayauzado mucho estos es.
pesino pocas veces ha podidlo ver el mar; el Tropico de Florit no és, desde luego, el pro tudios. En perjuicio lay: que decirlo de los mar está fuera de sus ideas, no entra en sus ducto de ninguna indignación, si acaso la re que nos afanamos en los cinturones torridos cuentas, ni en sus cantos. sin embargo, es sultante de numerosas inconformidlades. Que del planeta. En el. mapa de la energia humatas son las mejores décimas de Florit, las más fueron en un principio inconformidades con na» diseñado por Huntington el trópico no logradas en sí mismas. las otras les pres sigo mismo, polémico soliloquio del poeta que cuenta, no forma parte del ámbito de la citan su tono los elementos consabilos, y cualbusca la forma suya, de vuelta de los moldes vilización. cuyos núcleos más poderosos coquiera puede sentirse adormecido por esa múaprendidos. Porque Trópico no es el primer presponden a la zona templada. Más reciensica ancestral. Aquí en estas décimas del mar, libro de Florit, aunque sí sea el primer libro temente aún, las investigaciones y deducciones es distinto: hay que reconcentrar la atención, del poeta Florit. Ya el hombre había hecho del bioclimatólogo Olbricht lan reforzado In hay que adivinar, hay que sorprender. Es antes «su nodernismo. Gran aprendizaje! Lo anterior hipótesis. Según ellas «el territorio otra clase de empeño. El primero es el empeque de tectónico hay siempre en su verso fué sobrehumedecido del trópico tiene una temño a flor de piel, para todos los gustos; éste aprendido en esa magnífica escuela de vir peratura anual debilitadora. Por lo tanto, desya obliga, ya exige. Busca sus elementos en tuosismo poético. aún fué poco: el poeta ile el punto de vista cultural, los signos de profundidad. esto es lo que hay que hacer. tomó un curso de ampliación en la remozada Cáncer y de Capricornio son nefastos.
Cuando se logra con gran sentido poético, academia de don Luis de Góngora y Argote. En el orden literario, una «le las caractecomo le sucede a lorit, ya estamos superando De ahí esa tendencia estructural, esa condi rísticas que suele señalarse al tropicalismo es al trópico. el falso concepto del trópico. Has ción de organismo apretado de su verso, que la exuberancia. Para fortuna nuestra no se ta el titulo de este pequeño libro es punto de nos hace pensar en una suerte de parnasia compadece lógicamente esta imputación con las partida.
Félix Lizaro.
nismo de nuevo cuño. Pero estas son cosas, investigaciones de la ciencia, que aluden, prede retórica: vengamos al tropicalismo que, ferentemente a la tendencia enervante, de(1990. La Jabonn. enuncian el título del decimario. bilitadora de nuestro clima. Pedro Henriquez No estamos en clásico «trópico convulsivo Ureña ha defendido al trópico americano de Trópico. Hace ya algún tiempo que guar de los memoriales hispanoamericanos. Tam aquel cargo. Entre nosotros, Félix Lizaso ha daban mis gavetas las notas que me sugiriera poco aparece por ninguna parte toda esa esglosado y ampliado felizmente sus ideas a este libro de décimas de Florit. En espera de tiempos cenografía tropical que suelen guardar entre respecto No hay dice el escritor domini.
mejores para coordinarlas y darles publicidad, se bastidores, para uso indicados los exotistas, cano una literatura de la América tropical, fué formando sobre ellas ese sedimento de europeos los franceses principalmente. Flo frondosa y enfática, y otra literatura de la cuartillas que es el cajón de todo periodista. rit nos sugiere más bien un paisaje contento América templada, toda serenidad y discreTriste proceso acuinulativo, semejante al geo de sí mismo, en el que cada cosa aspira a ción. si hay literariamente una América buena lógico en que, como éste, suele advenir rico en un orden amoroso y en el que, para no rom y una América mala, ello no depende de la fósiles. Hoy, al decidirme por fin a comentar per el éxtasis, la devoción dominical, de división en zona ternplada o en zona tórrida. Trópico, me ha sido difícil encontrar aquellas tierra y cielo, la brisa anda a tientas ro sino de la diversidad de culture. En último notas entre la turbanulta de papeles.
dando por las inontañas. Nada de la exhu térınino, la multimentada exuberancia no es Pero es que acaso lan mejorado los tiem berancia consabida. Nada de violencia en los una característica ingénita del trópico, sino pos. Resultan ya hoy más propicios al juego contrastes. Si acaso una sola fuerza detonante: un estado transitorio de deficiencia cultural.
desinteresado de la estética? No, desde luego. el sol que abusa en su cumbre. El mismo Casi todas las literaturas incipientes y la Mas ¿basta qué punto es lícito consumirse en mar que nos pinta el poeta en la segunda nuestra lo es, desde luego inciden en la pala espera. Qué derecho tenemos a renunciar parte de su libro es un mar sin malicia, que labrería y en el énfasis vano. Con más razón a las fiestas del espíritu porque oficialmente sueña en su seno «mundos de niñez tranquila. cuando el mal es, en cierta medida lieredado. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica