Carmen Lyra

REPERTORIO AMERICANO 189. 15 cy. Garai mong tenerico Onhum Veinte años de labor en el Mercure de France Traducido del Mercure de Hace hoy veinte años que comencé a France del 15 de enero de 1931 juicio y de clasificación, pero es sobre redactar estas crónicas. Fué en diciemtodo, de sentimiento estético y de simbre de 1910 cuando Remy de Gourinont, patía. Creo yo, como Albert Thibaudet. quien había enviado mi libro Los loque la simpatía está en la base del gusto, dernos, me escribió para ofrecerme esta y que sin gusto no hay crítica que valga, sección del Mercure. Yo le pedí algunos Si he pecado, pues, ha sido mucho más días para contestarle. Pero Rubén Darío por benevolencia que por rigor. Ciertaque residía entonces en París, disipo mente, como la mayoría de los críticos, mis vacilaciones con sus palabras de me he apoyado en ciertos principios, en estímulo. La tarea era realmente difícil.
algunas ideas que creo indispensables Aunque esta sección esistía desde 1903, hoy a los escritores hispanoamericanos: había sido redactada de manera poco la conveniencia de inspirarse en las suregular por Pedro Emilio Coll y luego gestiones de la raza, de la tierra, del por Díaz Romero. Sólo muy raros ambiente, a fin de crear una literatura espíritus, como Remy de Gourmont, saautónoma, original, y la necesidad de bían algo de la literatura moderna de respetar la lengua y la tradición para la América española; los pocos hispaniconservar la unión y la personalidad zantes que entonces había no se ocupacontinentales. Pero estos principios no ban más que de las letras de ayer. Era me han llevado nunca a desestimar la menester, pues, no limitarse al simple belleza intrínseca. Así, he elogiado la comentario de los libros nuevos, sino obra lírica de González Martínez o de tratar además de las diversas corrientes Alberto Arrieta, bien que en genede las letras. del continente, y presentar ral estos poetas no se hagan eco de las a los escritores. Comencé mi labor con.
sugestiones de la raza y de la tierra, una crónica consagrada al movimiento he exaltado la labor de Lugones o Güimoderno, el modernismo, inspirado por raldes, aunque estos escritores empleen el Parnaso y el simbolismo franceses, y una lengua voluntariamente poco pura al nuevo movimiento que se iniciaba ya, y aún corrompida. La belleza: tal es encaminado a sacudir todas las influen. nig anar para mí el valor primordial.
cias extranjeras y a inspirarse en el Esta labor no ha ido sin dificultades, alma y la tierra hispanoamericanas. Luesin inconvenientes y aún sin énojos. Hago he presentado, al hablar de sus liDilupdefignaticky bía que tratar de la producción literaria bros, a los autores más notables o más de todo un continente en crónicas que característicos de las diferentes repúbliaparecen de tiempo en tiempo y con cas; a los poetas como Rubén Darío, espacio limitado. He tenido, pues, que haLeopoldo Lugones, Amado Nervo, Maros, y a varios otros, como González cer una selección estricta, relegando al gallanes Moure, Francisco Icaza, RaMartínez, Manuel Gálvez, Enrique Lamemento o pasando en silencio libros món Molina, Pezoa Véliz, Montagne, rreta, José Vasconcelos, Chacón y Calvo, que merecieron algunas líneas de COGonzález Bastías, Enrique Banchs, Pedro Alfonso Reyes, Ricardo Güiraldes, Valle mentario. Ho debido además tardar basPrado, Arturo Capdevilla, Núñez y DoArispe, etc. Era menester también tratar tante para hablar de cada autor, y, como minguez, Rafael Arrieta, Juana de de diversos problemas que se plantean Ibarbourou, Fernández Moreno, Ernesto en las letras hispanoamericanas, como me ha parecido conveniente agruparlos por género, este retardo ha aumentado Guzmán, Bustamante Vallivián, Regino el de la lengua algo corrompida en ala veces. Luego no he podido ocuparme Boti, Carrasquilla Mallarino, Lagos Lisgunas repúblicas y el de la integralidad en la misma proporción de los autores boa, Martínez Estrada, Emilio Oribe, territorial, lingüística y literaria amede todas las repúblicas pues, en tanto Torres Bodet, Alberto Hidalgo, , nazada por la agresión del imperialismo Ipuche, etc; a los novelistas como Carde los Estados Unidos. Siempre que he que de la Argentina, el Uruguay, Chile tenido ocasión me he ocupado, pues, de recibo muchos libros, de México, Cuba, los Reyles, Orrego Luco, Tulio CesCentro América me llegan menos, y de tero, Federico Gaua, Angel Estrada, esos problemas, consagrándoles a veces Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, González Zeledón. Custodio Espejo, todavía hablar de los acontecimientos.
crónicas completas. Pero era necesario Santo Domingo y el Paraguay recibo Alcides Arguedas, Leonardo Pena, Mar.
muy poco. Ello se debe sin duda al tín Aldao, García Monge, Labarca Hude la vida literaria y de la libre acción bertson, Montiel Ballesteros, Eduardo de los escritores coartada a veces por grado de producción de estos países, Barrios, Vicente Salaverri, Díaz Arriogobiernos tiránicos. He aprovechado, pues, pero también a la negligencia de algunos autores o editores. y a las pérdidas ta, Horacio Quiroga, Edwards Bello, de los mementos para senalar las revisque ocasiona el correo. Por lo demás, el Mariano Azuela, Alberto Lasplaces, Eustas nuevas, ciertas encuestas, el fallecitacio Rivera, Aguirre Morales, Januario miento de algunos escritores, y, durante temperamento en general poco reflexivo de los escritores hispanoamericanos me Espinosa, Ostria Gutiérrez, etc; a los la guerra, en pleno reinado de la cenha causado perjuicios y muchos desacríticos como García Godoy, Roberto sura, protesté contra el encarcelaniiento Guisti, Pedro y Max Henríquez Ureña, del poeta dominicano Fabio Fiallo, degrados. Alcides Arguedas ha referido en un artículo aparecido en La Mustración Pérez y Cúris, Donoso, Eduardo Co. tenido por las tropas de ocupación de lín, Saénz Hayes, Zum Felde, Luisa de la Paz (10 abril, 1921) quo cuando los Estados Unidos. Este país era enton Luisi, Suárez Calimano, etc; a los escrices aliado de la Francia. yo me hice cargo de esta sección, algunos colegas hispanoamericanos residentores de ideas, de historia o de folklore, Por otra parte, habiéndome alejado tes en París juraron no enviar sus licomo Enrique Rodó, Manuel Ugarte, así del simple comentario, he creído nebros al Mercure para que yo me hallase Pedro Emilio Coll, Carlos Baires, cesario hacer crítica. He examinado, pues, waislado y sin acción. Luego muchos Brenes Mesén, Carlos de Velasco, Gonlos autores y sus obras, señalando sus autores, habituados a la crítica toda zalo Bulnes, de la Riva Agüero, Corcualidades y también sus defectos. Por elogios de sus países, se han sentido nelio Hispano, Barbagelata, Vicuña cierto que me he dedicado sobre todo a chocados de, mi manera de señalar los Cifuentes, Carmen Lira, Ramón Laval, la «crítica de las bellezası, no concedefectos al mismo tiempo que las belleetc. Ciertamente, esas siluetas eran rá. diendo a la de los defectos más que alzas y no me han enviado sus libros sipidas y parciales. Pero posteriormente gunas líneas, después de un «desgracia guientes o se han encerrado en un silenhe consagrado crónicas completas o casi damente. salvo excepcionalmente, cuando cio hostil; otros se han molestado porque completas a algunos de aquellos escrito he debido ocuparme, de obras en las no hablaba de sus obras inmediatamente res, como Darío, Lugones, Rodó, Ugarte, cuales los errores sobrepasan en mucho o no me ocupaba de algunos libros que Barrios, Arguedas, Donoso, Balleste los aciertos. Mi método es sin duda de no he recibido jamás, y un peruano me Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica