338 REPERTORIO AMERICANO ciencia, que tiene a su cargo ir reflejando venganza a los que los desconocían, la vencada vez mejor en la ley que se escribe, la. DR. HERDOCIA ganza del Gólgota, deshonraron con el esley, que se encuentra como entre los resplandores no siempre visibles de la conciencia Enfermedades de los ojos, pectáculo de su sacrificio e hicieron volar chumana. Chocan los ejércitos, disputan oídos, nariz y garganta en escombros con la pólvora inmortal de su palabra, las instituciones de granito y las asambleas, desempiedran las calles las las sociedades orgullosas, en cuyas entrarevoluciones, los más extravagantes delirios Horas de oficina: ñas, más duras que el granito, fueron conde la ambición, de la soberbia y de la ira 10 a 12 de la mañana cebidas.
ocupan las páginas de la Historia, la ateny de a de la tardė La evolución ha venido infiltrando en ción de las multitudes, y llenan con su las sociedades, al través de los instintos ruido atronador los ámbitos del planeta. Contiguo al Teatro Variedades y de los vulgares apetitos, el ideal humano. entretanto, la ciencia social ha hecho al vagamente soñado un día, hoy poderosatravés de las catástrofes y de estremecimientos en que se reducen a polvo los impe yen, la revolución que desquicia y la evocias lógicas: estos dos medios los constitumente sentido y a la luz de la razón proclamado como ley de la especie. Agruparios, alguna observación interesante, al lución que transforma, el embate de los ciones incoherentes y poco adheridas que gún descubrimiento nuevo en sus investiodios y el impulso de las convicciones, una juntaba solo la necesidad y un grosero afecgaciones sobre la organización moral, huira que se desencadena, o una verdad que to de familia, huestes peregrinas más tarmana, ha formulado un nuevo principio y se implanta, algo que es como la llama de de, unidas por bestial avidez común y siantes de estamparlo en los Códigos lo ha un incendio más y que destruye muchas milares de las que forman las famélicas estampado en los libros; con aquel principio, veces la mano que la enciende, o algo que fieras, miradlas hoy constituyendo esas esctíbalo Beccaría o escríbalo Rousseau, se es como la luz de una estrella nueva levannacionalidades robustas que bajo los pliederrotà años después alguna iniquidad tada sobre la frente de los hombres; la idea gues de una bandera existen en armonioso triunfante, se amanså alguna cólera, se romEuménide, la Furia divina imaginada por: conjunto, y a las cuales una palabra, el pe alguna cadena; la humanidad eleva vílos antiguos, hijos del cielo, pero terrible nombre de la patria. electriza de entusias tores al héroe que lo aplica; y nosotros los y desoladora, o la idea sin mancha de sanmo, de placer o de espanto y lleva unánique conservamos los archivos de esta ciencia gre y sin mancha de sombra, la idea sol mes, como el sonido de mágico clarín, al sublime redoblamos la enorme fatiga para rompiendo con rosado rayo la bruma del heroismo y a la muerte. Mirad, señores, continuar sin brillo y sin aparente fuerza crepúsculo para leiantarse luego a triunla nación de hoy, recordad la tribu de ayer dirigiendo y armonizando a los hombres en fante y permanente medio día. El ideal y maravillándoos conmigo de estos mila. el cumplimiento de su egregio destino.
conocido hasta hoy del sistema revoluciogros de racional desenvolvimiento, de que Nosotros somos la evolución, señores, nario es la convulsión tremenda con que es la humana especie susceptible, gozad en Ya se trate del individuo, ya dela sociedad, deshizo la Francia del siglo pasado el ré esperanza los triunfos que tales adelantos la vida es en realidad una lucha. batalla gimen feudal, el ideal eterno del otro es procuran y que ya la ciencia define. Oh. de la razón con el impulso de la sangre y la palabra del Evangelio depositada por no sin lucha ha atravesado la humanidad de los nervios allá en las profundidades del propaganda mansísima eri la conciencia del bien amargos días, ha vertido mucha sanalma, combate de todas las horas entre la género humano e iluminando para siempre gre, ha derramado muchas lágrimas, se ha fuerza que anima el organismo y las in con sereno e inmenso resplandor su mar agitado en muchas tormentosas convulsiofluencias exteriores que corrompen el aire cha fatigosa.
nes para llegar desde la tribu errante a la y. llevan sutil ponzoña a nuestras venas y Entre las sombras mas augustas de la tribu asentada sobre el suelo que fija el analteran con un cambio de temperatura el antigüedad aparece, señores, la sombra de cla en un espacio de la tierra y lo rompe en equilibrio de toda nuestra física economía; Espartaco, la sombra de aquel esclavo, ven sulcos y prepara el corazón y la troje para y en la familia, y en la patria, y en la so gador de cien razas, que sintió bastante. las alegrías y los frutos de la cosecha y se ciedad humana siempre egoísmos rivales, robusto su brazo, bastante ancho su puñal entrega, coronada de pámpanos, a la fiesta e ilegítimos intereses en contradicción o lo parå romper con él el corazón de Roma; de la vendimia; para llegar desde el pueque es mas antogónicos criterios. La Re y al través de las orgias del Imperio, la blo que sólo en sí mismo reconoce la ciudaligión tiene su fórmula, la más alta sin du Historia mira pasar con respeto indecible danía del mundo, y que pasea como astro da, que resuelve no según el caso y lenta la sombra de otro esclavo. Epicteto no quiso siniestre los fulgores de su espada en signo mente sino para todos los casos y de una ser la espada, fue la palabra; no quiso ser de ignominiosa servidumbre, sobre todas.
vez, que resuelve, digo, estos problemas, en la llama, fue luz. Humillado por su clase las razas que ove respirar en torno suyo, ocasiones tan complicados y tan difíciles y por su raza, puesto bajo todas las gerar a los pueblos que marcan una frontera de la armonía del hombre con el hombre y quías y todas las leyes del Imperio, que lo su ambición y envían al través de ella sade la armonía de cada hombre con su propia humillaban en su dignidad y lo agobiaban ludo fraternal a los otros pueblos y menconciencia. Mas esa fórmula lleva ahora con su peso, siendo en fin un esclavo, un sajes de civilización a las razas que han diez y nueve siglos de estar proclamada miserable, el último de los hombres, casi quedado en la sombra; para llegar a cada en el mnudo, y si los débiles y los caídos ni un hombre, purifica con los sueños de su una de las etapas que ha sucesivamente suelen aceptarla, los fuertes y los encum infortunio el ideal estoico y logra con su recorrido; para llegar a la ciudad cuyas brados la aceptan por lo común con ado influjo que ese ideal sublime ilumine el ramas de piedra se levantan con frutos de.
ración de palabra y la ponen en un altar, alma del Imperio. Señores, ante Espar luz donde antes extendía la selva sus desal cual le volvemos la espalda en la vida taco hiriendo, la Historia admira; ante carnados brazos; para llegar a la democrapráctica. Pues bien, señores, para el triunfo Epicteto enseñando, la Historia bendice cia moderna que humilló a los muros de en espíritu y en verdad de la idea religiosa, y adora. Oh. que no se extinga en el la ciudad, dentro de los cuales hervía el para la marcha en el progreso quea esa vic mundo el ardor generoso, origen del heroís trabajo y pensaba la ciencia y soñaba el toria conduce, para el advenimiento del ma mo que combate; pero que brille siempre, so arte: la roca del castillo en que vivía como yor grado de armonía a que los destinos bre la memoria de todos los héroes, la me ave de rapiña el Señor Feudal que rompía individuales pueden conducirse dentro del moria incomparable de esos inmaculados los lazos de la sociedad con su privilegio; común destino, no hay más que dos medios, pontífices de la Humanidad, que sin entrar para llegar a las grandes fiestas del traque en el punto a que hemos llegado del en contubernio con la mentira, y sin doblar bajo a que se convida el mundo en nuestros desenvolvimiento humano, pueden ya com se a los poderosos de la tierra, no mancharon. días en las exposiciones universales, honrando la industria que se encorvó antes pararse por experiencia, con cabal estudio sino con la propia sangre el armiño de su de su naturaleza intima y de sus consecuen túnica sacerdotal, y oponiendo como única bajo yugo de infamia y cuya frente sudo Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica