REPERTORIO AMERICANO 229. Qué más quieres, si el lago, y las montañas, y la luna, son tuyos; y tuya es esta noche inmensa, y el universo entero es tuyo, porque no tienes con quién compartirlos, y así no tienes que compartirlos con nadie!
Arrodillate, Hombre, sobre el polvo de la carretera!
Arodillate, Polco consciente, y besa el polvo fraternal por donde transitan los hombres, Besa la frente de la Tierral iDa gracias a Dios de haber vivido hasta esta noche en que principia el mundo!
Da gracias a Dios por haberte dado este noche para ti solo; de haberte dado estas estrellas, y esta luna, y estus montañas, y este lago, y esta tierra toda, para ti solo! dale gracias también por haberte dado esta Ceiba, que es como un Cielo entero para ti solo, como un Cielo que ha hablado en ti y por ti, vaga y profunda y sigilosamente, con el rasto rumor polifónico de las alas del viento. como un tanido hecho de espacio, de luna y de silencio; y ha quedado resonando en el caracol sangriento de mi corazón: iy la he sentido circular por mis arterias, como una nueva sangre, como una nueva vida! he aqui que, al regresar por el camino, ya no soy un hombre, sino un Gigante. me he llegado, como un hermano mayor, hacia la Ceiba; y la hebesado en la ruda corteza rugosa: y me la he llevado conmigo por todos los ásperos caminos de la tierra, me la he llerado.
de la mano, como a un niño pequeño, diciéndole al oido. Ceiba, mi Ceiba, yo te llevaré por los caminos, enseñándote a mi vez la Vida, de la mano, como a un niño pequeno: porque yo soy un Hombre, Ceiba, mi pequeña Ceiba, Ceiba que un dia habias de ser un Hombre: ¡Yo soy un Hombre, Ceibal ¡Yo soy el Hombre, y el mundo es grande ESTOY SOLO. Coatepeque, El Salvador, 1929.
Alberto Guerra Trigueros ha cesado la voz del árbol. he aqui que, de rodillas, he besado el polvo de la carretera.
Pero la Voz de la Ceiba ha quedado para siempre mis oídos; su Gran Voz ha quedado vibrando sobre el mundo, como un tanido inmenso de campana, Aquí está Guerra Trigueros, el mejor poeta del Salvador, amigo robusto del poema largo, que tanto hemos abandonado, por pereza o flaqueza. y amigo además de los grandes pensamientos que Dios le regala en abundancia.
Gabriela Mistral La vida de los termes De El Sol. Madrid. nan, trasferidos a los animales, un patetis ternos a estos. animalillos, que quizá El observador de los insectos llama: mo y, con mayor frecuencia, un realismo, un nos ofrecen una fidelísima imagen de dos sociales no puede sustraerse a convigor satírico o una ejemplaridad moral nuestros destinos sin meta.
siderar en sus estrictas comunidades el que antes no tenían. Pero nila astucia, ni la Por momentos, al contemplar la vida aspecto humano. Si él no extrajora de pasiones que el poeta infunde a la fanua vanidad, ni la codicia, ninguna de las de los termes, creemos estar ante nuescolmenas, hormigueros y termiteras los tra propia vida, mirada desde un punto tradicional de las fábulas, es tan huejemplos y las moralidades implícitas, de vista situado fuera de nuestra espemana como el sacrificio doloroso y tal sus lectores le suplirían con la propia cie. Percibimos los movimientos, pero meditación. Nada interesa tanto al homvez inútil a una idea, a un algo desco ignoramos las impulsiones internas, y nocido y, al parecer, superior. Por eso, bre como el hombre mismos, decía Goela misma pequeñez de los seres obsercuando Maeterlinck, en su reciente libro the. Por todas partes venteamos lo huvados nos parece simple efecto de la La vie des termites. encuentra en los mano, como náufragos que buscan andistancia, que destaca los rasgos más subterráneos de la termitera la inmolasiosamente la huella del semejante. Todo esenciales, las líneas más esquemáticas.
ción del individuo a un poder mistenos sirve de referencia, paralelo o conUn termes dotado de consciencia tal traste. Sin embargo, nada tan apto para rioso, ausente, tal vez inexistente, llevada al límite de la más absoluta inutivez pensase que su organización realiza esta finalidad como las sociedades de animales. Los fabulistas conocen y usan lidad, cuando encuentra una organización un fin superior y trascendente. Pero nopara nada, una esclavitud que se agota sotros sabemos que se cierra en sí miseste mecanismo, por el que el animal acentúa lo humano que posee o el poeta en sí misma, humaniza y nos hace fra.
ma, y que si los termes han ido perdiendo en su evolución los ojos, las alas le presta. Las mismas escenas que nos y el sexo, y sumiéndose bajo tierra, ha acontecen, los caracteres que nos invis) Bibliothèque Charpentier. Engène Fasquelle, sido únicamente para conservar una forediteur. Paris. Acaba de pablicarse una versión espaten, los impulsos que nos mueren, ga ñola. ma inventada al azar por la vida. La. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica