Bourgeoisie

143 iRepertorio Elmericano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA San José, Costa Rica 1931. Sábado de Setiembre Tomo XXIII Núm. Año XIII, No. 553 Santiago Rusiñol La carretera interoceánica, órgano de la expansión comercial imperialista yanqui Aburridos de Bizancio hicimos fuga a la Alejandría dei 236 Flores liricas de los jardines de Rusiñol Qué horas cs. Esfuerzos ignorados SUMARIO, César Arroyo Goethe, genial burgués Benjamin Jarnés Entrevista con Papini Tenreiro Juun del Camino Visita a Giovanni Papini Guillermo Jiménez Guillermo Valencia juzga al artista austriaco Max Persiles Loewenthal Guillermo Valencia Varios autores Siga vigilante nuestro Juan Santamaria, Alejandro Alvarado Quirós. Bajo el signo del laicismo Eugenio Montes Maria del Refugio Gonzales de Infante Santiago Rusiñol Cuando Cataluña, madre. Envio del autor cuentra aquel de la Clínica y hermana de La Bien Planparisina, a la que en su jutada, abría sus claros ojos ventud torturada fué a dar a la luz dę la República, ceel artista, que había buscado rraba dulcemente los suyos el beleño de todos los venea la luz de la vida, el mayor nos y el veneno de todos los artista catalán del siglo xx.
beleños. Convaleciente de Santiago Rusiñol, el poeta exquisitos males se hallaba de la paleta y el pintor de ya, cuando hizo amistad con la pluma ha abandonado paotro convaleciente cuyo nom. ra siempre los jardines de bre ignoraba. Un día éste le España, en busca de los jardijo: Me inspiréis una in. dines absolutos de la muerte.
mensa simpatia porque os En el arte universal acaba parecéis extraordinariamente de hacerse una gran sombra a una persona a quien adocon la desaparición del mago ro. Sí, a Alfonso Daudet. del paisaje mediterráneo, del contestó Rusiñol. Efectivapoeta de la sensibilidad himente, el parecido de los dos perestesiada, del dramaturgo grandes artistas, era una de aliento vital.
realidad. El joven amigo de Lo conocí dentro de su Rusiñol resultó ser León propio marco, en una tarde Daudet, hoy el más fuerte de otoño, lejana ya. Sabíaprosador de Francia y una mos que pintaba en Aranjuez, de las más famosas figuras y allá fuimos a buscarle, lleeuropeas.
vando una carta de su primo Santiago Rusiñol y Prats José María Prats, que a la fué hijo de Barcelona, en sazón vivía en Quito y que donde había naciclo el 25 de aquí se quedó para toda la Febrero de 1861. La ciudad eternidad. En los cortesanos reina del Mediterránco, sojardines del Rey Carlos IV bre la cual se ha hecho caer encontró el cronista a ese diuna estúpida leyenda de vino robador de jardines, en mercantilismo, es fina y senmomentos en que trasladaba sitiva como la urbe más ilusa su lienzo toda la gracia seSantiago Rusiñol tre y refinada. Todas las ñorial que elegantiza el máexcelencias mediterráncas de gico recinto. Rusiñol estaba entonces en una visión vivaz, cuando le sorprendió el gracia, claridad, sonrisa, armonía y azul plena madurez y en el cenit de su genio. cronista. Suspendió su labor y manifestó florecen en la ciudad maravillosa, que reNinguna cabeza de artista mejor plantada verdadera alegría al recibir la carta y noti cibe de lleno los besos del sol de oriente sobre hombros esbeltos que la de ese maravi cias de su primo. El resto de la tarde pa y se abre ante el Mediterráneo como una lloso catalán. Perfil latino, soñador, con samos juntos. Él siguió trabajando hasta enorme concha colmada de plenitudes. Flor ojos inundados de azul; melena absalónica, que la luz, como una mujer radiante y tor y airón de la ciudad artística ha sido el gran como para quedar presa en los boscajes; nadiza, nos abandonó. Luego recogió sus poeta de la palabra y del color, que acaba barba florida como una gentil mata medi hártulos y nos dirigimos a la fonda del pue de entrar con paso sereno en la inmortaterránea, nariz olfateante de brisas, boca de blo, donde él se alojaba. En el mesón aquel lidad.
labios finos e irónicos, cuerpo cenceño, y ma. y ante un yantar de castizo abolengo, él nos Vástago de una familia de activos indusnos creadoras. Estaba embebido en su lien contó su vida florecida de amables y pin triales, Rusiñol comenzó a trabajar en el zo que emergia de la labor perfecta, como torescos episodios, entre los cuales se en escritorio de su abuelo, fabricante de tejiOC Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica