284 REPERTORIO AMERICANO débiles filamentos, demasiado débiles, Ha tocado a su término para esta tierra colmada de dolores.
esta larga porfia. Ah. Es Tu amor en verdad y la Voz me rodea como un mar estridente: una hierba, una hierba inmarcesible. Es la tierra tan pobre que no deja otras flores brotar sino las propias?
que se encuentra en pedazos deshecha?
Todo huye de ti, porque tú me has huido. Ah. TienesCosa fútil y extraña, de piedad sólo digna!
artifice infinito!¿Por qué causa los otros han de hacer que tu amor se desvie. Ah. Tienes que hacer carbón la estilla para pintar con ella? Sólo Yo formo todo de nada (me dijo)Mi juventud gastó sus fuegos en el polvo. El amor de los hombres debe ser merecido: y ahora mi corazón es cual fontana rota, jen qué forma mereces donde se estanca el llanto, que por siempre corre el más sórdido coágulo de ese barro cuajado del hombre?
del pensamiento estremecido ¡Ay de mí! Que no sabes en las ramas angustiadas de mi mente.
cuán poco de amor tú eres digno. Quién puede querer tu bajeza, Tal fué. cómo será más tarde?
sino Yo, sino Yo solamente?
Siendo la pulpa amarga. cómo será el hollejo?
Por tu mal no arranqué todo aquello Vagamente adivino lo que el Tiempo en las nieblas confunde; de que te he despojado, pero a veces resuenan trompetas sólo fué para verte buscarlo en llis brazos.
allá en las ocultas murallas de la Eternidad: Todo aquello que crees, en tu error infantil, ya perdido, que mueven las nieblas y aclaran espacios, entonces para ti lo conservo en Ali casa: vislumbran los ojos algunas almenas que luego se borran; ponte en pie, coge al punto lli mano, y vente conmigo.
Aquel que sonó los trompetas Se detiene a mi lado la marcha. no he visto, ceñido ino es mi noche tan sólo la sombra con sus rojos y oscuros ropajes y de excelso ciprés coronado; de Su mano amorosa extendida!
si es del hombre la vida o el alma lo que da la cosecha. Ah, qué tierno, qué débil, qué ciego, deben ser esos campos fecundos así mancillados soy aquel que Tú buscas!
con la sucia hediondes de la muerte?
Tu me llevas y sacas amor de mí mismo.
Francis Thompson mas a San Jose, Octubre 23 de 1931. Envio del autor en zarse Cuentos galantes tasis y se asombró del misterioso Los seres invisibles juego de su propia imaginación.
III. Marcos Andrés Firley de Marcos Andrés Firley de amatista, forman un poema de de Poilern está en el jardín. Han Poilern vive en el castillo de San fiorecido muchas rosas. Hay una arte libre y humano. Reclinado Andrés. Lo ha heredado de su en uno de los divanes, con un lifiesta suntuosa de formas y. de colores. La mañana está desnuda tia la Condesa Luisa de Poilern, bro abierto a su alcance, una muerta recientemente en un ac atormentadora novela de Proust, color de oro y transparente sobre con un ligero velo de un tenue cidente de automóvil.
posiblemente, deja irse la vista. Marcos Andrés sus hombros. La dulce fragancia tiene treinta como un perfume en el ambiente años. Es moreno, pertenece a una de las rosas embriaga al joven.
iluminado. Su pensamiento parece antigua familia del Mediterráneo, interesarse lentamente en algo. Él Mil recuerdos de Italia se atropellan alto, elegante y de una voz ex comenzó a advertir que hablaba su pensamiento. Las rosas de Florencia. La luz del quisitamente suave. Su amigo Pie: silenciosamente y a pesar suyo, y rre de Saint Onofre lo llevó en sol es muy suave; parece tamique su interlocutor debía de ser a través de abanicos de su yate particular, El Cuerno de una mujer joven, una mujer jo seda o de alas de pájaros.
Oro, a las más extrañas regiones ven y bella. del mundo. En los ojos de Firley. Señor, le dice una voz grave. Andrés, tú hablas de la vida de Poilern hay múltiples y ma. de hombre, pero de una agradacomo si hubieras agotado todos ble sonaridad conmovedora. Seravillosas impresiones de ese vasto sus goces.
ñor, las rosas son para las mujemundo lleno de formas y de luz. En verdad, oque tengo ya que res hermosas. él, sin darse cuenA los treinta años se puede tener saber de ella?
to de ello, responde: una filosofía de la vida. Él la tiene.
El amor sufre de esa filosofía. Querido amigo. tú no sabías bien. por qué no las cortas que se puede poner una gota de a montones?
II. Ahora Marcos Andrés Fir veneno en una piedra preciosa. Ciertamente; pero también tieley de Poilern está en su cámara. Cómo no lo he saber? Una ne el alma del hombre un dereadornada con un excelente gusto bella muchacha japonesa se dejó cho a gozar de todas las cosas.
modernista. Las alfombras, los cor morir en mis brazos desnuda y No dice de Poilern corta, tinajes, los cuadros, las columnas sonriendo para darme una prueba corta las rosas y las dejas caer y las estatuas y los muebles junto de fidelidad.
a sus pies.
con la luz que penetra discreta Marcos Andres, conmovido por Pero el eco de estas palabras mente por las vidrieras de color este recuerdo, desperto de su éx. lo sacó de su abstracción lrica. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica