REPERTORIO AMERICANO 221 De Cronos. Bogotá nas.
La rosa de los vientos De pie, a la orilla del mar, los ojos dirita que apresure el paso, no sea que al gidos hacia las estrellas, debe estar, como destino se adelante la apagadora de lámun faro. Es luz lo que de ella se desprende paras. La bóveda azul es una cárcel de para encantar la noche. Los pequeños barplomo. Las horas carceleras no dejan micos de soñadores, que se deslizan sobre el rar más allá, por entre los barrotes. agua aparentemente adormecida, escogen. la vida es sopor, cuando. está con el canel reflejo de esa luz, para seguir acompasancio de haber sido protesta.
ñados hasta el punto en donde el cielo se Juana de Ibarbourou al fin se desperejunta con la tierra. El faro parpadea. za. Ha oído en ella la voz que la cons Juana de Ibarourou ha cerrado los ojos.
triñe ser dominadora del medio y de Cuando los vuelve a abrir, la luz es de ella misma, del tedio y de la torpe audiotro color. Tenia antes matices rojos de ción de quienes deberían estar danzando, sensualidad, grises, de hastío o verdes de como hojas del otoño, al compás de su esperanza. Había sido la chiquilla loca música. Siente el deseo de. júbilo, se aque en sus versos pedía la caricia del amacuerda de que fue ninfa, arroja la trisdo. Había sido la sedienta del goce puro, teza en el puerto, después del fatigante.
que no ponía malicia en la expresión de viaje imaginario, y mientras el viento, los anhelos que sus hermanas, las muje a horcajadas en la proa. tararea una res lánguidas, encubren. También había viva canción de marineros. vence en ella contado su fatiga, su ansia de no ser, la lo que va a vencer afuera y exclama, sin miseria de la vida, que sobre los corazomostrar los puños, pero con la firme renes encendidos del amor y del deseo, pone solución de quien no se dejará arrancar la fría cenizat del cansancio, del asco.
lo que es muy suyo: Alegría de un día Juana de Ibarbourou La luz de ahora es lunar. Es luz leque ha de salvar del maleficio de las hoMadera de Feilerico Lantu. chosa para no encandilar a quienes la conras brujas! lo salva. se interna templan. es luz de eternidad, porque por los que denomina claros caminos de todos los pensamientos de la poetiså se ga a las colinas de la mañana nueva. América.
dirigen hacia la contemplación total del. con la sensación de haber tenido apoyada universo. Tiene preocupación de astros, Ja cabeza sobre las rodillas de la luz. En el libro La Rosa de los Vientos Su imploración es grave y es aguda. para dormirse.
ocupan los poemas bautizados con el nom. veces la expresión es de filósofo que Cuando siente que el cuerpo le pesa bre del continente la mitad de las págiahonda en el porqué de los fenómenos y menos que un pétalo y que ha tirado al Bien se lo debía quien con el asentien el extraño destino de los seres. ve mar el collar de la vida. bien pudiera, miento de todos los países fue aclamaces tien la gracia de la niña, que conser aligerada, ascender hacia Dios, como un da con el nombre embrujador: Juana de va el ademán destinado a la vida, cuando perfume. Pero no se lo permiten las caAmérica. Puso allí lo mejor de ella se dirige a lo perdido para siempre en denas de la tierra. Después del dolor misma en las dos faces. Hay del ayer y los abismos nocturnos.
heroico de hacerse para cada noche un hay de un hoy cuyas frondas ascienden Ha variado su acento. Con su intui nuevo par de alas. despierta al día a al mañana. Continúa siendo faro o conción esplendorosa de mujer adivinó los margo en que descubre que bajo el ala de tinúa encendiendo el faro. Servirá a los palacios del superrealismo. y por ellos plumas del silencio estallan los pichones extraños. Ha descubierto que no tenemos anda, con palabras que la mayoría no eninsaciables del ruido. Ese ruido aleja entraña de marinos. Toda la mentira tiende pero cuyo hechizo soporta, cual si la canción, aleja la embriaguez metafi de! mar se me ha hecho clara. Quiero anduviera por su propia casa. Ya sabe sica, aleja la alegría de haber dormido al campo como todos los hombre de Amédanzar sobre los corazones y ya pide al dentro del propio espíritu.
rica lo quieren. Un ancho amor de arquero que derribé para ella el diamante Oh! la vida! oh! la noche! oh! el go Jabradores en la sangre nos viene. de Aldebarán o las siete cabrillas este tear de las desilusiones, cuando todo en ella misma se embriaga con el delicioso lares.
La madrugada es una pradera el alma era ascensión, y cuando recién olor de su alma campesina, para obligarceleste. y por ella se va la noche con su lavada, fresca, llena de fragancia, iba a nos a mirar hacia otras cosas. Guiados hoz, que es la luna, decapitando estrellas buscar, como si fuera el amante de caripor ella miramos hacia adentre.
como si fueran espigas. El ánimo la si cias eternas, al pensamiento trascenden La manzanilla, cuyo aroma no es ásgue subyugando. Presiente las novedades tal, divagador, que posee más plenamente pero, aunque ella lo pretenda, le salta al metafísicas y a su descubrimiento mar y deja más ojeras atractivas bajo los ojos encuentro como un perro festejador y cha, pálido el rostro, los labios temblo cargados de horizonte! En la tierra hay amigo. Olor de huerta, de casa humilroşos, mientras al oído llegan las sonati otra cosa, hay trampas de fique para las de, de jardín, de que se impregna el aire, nas del silencio. Estamos en el mundo aves y hay telas de araña para los sue para seguir su marcha rápida en busca de poético, que exige a los cuerpos otras di ños. El tiempo los devora como si fueotras combinaciones, se perfuma de mumensiones y multiplica en las almas el con la dicha escondida, jer, se hace capitoso y se confunde en poder de los sentidos.
cuando quiere realizarla, tiene que andar seguida con el olor de la selva. Cuando Necesita la noche, dicc ella, que le paso a paso, temerosa de enfurecer los el sol alfarero que modela cariñosamente Cluplica la esperanza. y le arranca la or vientos.
el día, se lo presenta a Dios, Dios sorden de matar la vigilia enemiga. Pero La hormiga roja del día lento muer. prendido diz que exclama: Qué brillancambia. No se encrusta en una sola emo de las hojas tiernas de los minutos que tes son y qué bien huelen mis tierras de ción. Otro día clama por el adveni no retoñan. Por los caminos arrastra América! el olor de las selvas, que miento de la aurora, porque la noche es su vestido de cola la pereza. Hay días cabalga en el viento. enciende los sue tóxica y porque es arbitraria. Antes la que hostezan. Hay días sin fe, hay días ños, que son de juventud, de eternidad, veíamos en viaje hacia el planeta donde vi. de angustia, hay días en que se cansa de de aventura, poderoso como es el imán ve Zoroastro, como entre una luz de cine, esperar de espaldas a la vida y pide del misterio y misteriosas como son las pescando sus verdades escamadas en un aceleradamente a la hora que le traiga tierras del continente, vírgenes todavia rio de misterio. De allá vuelve. lle al vencedor del sortilegio, y a éste le gri de la planta del hombre.
son moscas. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica