Bourgeoisie

136 REPERTORIO AMERICANO Goethe Hay en. os años de aprendizaje de Goethe, genial burgués dades; Goethe, hijo de burgueses, burgues: Guillerwio ll elsterl1) exclamaciones asi. Diehosa juventud. Felices tiempos de De Crisol. Madridgenial burgués, tú mismo. Qué podran hacer con tu manual del perfecto joven acola primeras ansias amorosas! El hombre, módado tantos de nuestros jóvenes sin forentonces, es como un niño que se divierte tuna? Lo podrán, quizá, realizar todo, porhoras enteras con un eco. Pero en este verque una sola cosa es necesaria: genio; pero dadero manual de juventud nos encontra¿no sonreirán alguna vez al leer tu Wilmos con tan armonioso cruce de ecos, con tal profusión de estímulos vitales, que sus helm Jeister, al leer tuş Memorias, al leer todos tus libros. páginas dejan pronto de divertirnos en el pueril sentido del vocablo para llegar proSegún el parecer emersoniano, importa mucho para la robustez de una frase cualfundamente a conmovernos. És, como el quiera el que tras ella haya un hombre o no resto de los libros de, Goethe, una invitalo haya. Nada más exacto. Importa que çión a la serenidad de espíritu, la perfecestė hombre se disponga en cada página a ta sinfonia de todas las fuerzasmangélicas asomar la cabeza para responder de sus y aniņales del lector. No es un ruedo en palabras como todo autor donde los bastiel que se realizan números de fuerza, sino dores deben responder de su farsa. un aula espléndida Monde se juntan la aquí, efectivamente, lo está con la voz grave del genial, maestro todas las rimisma facilidad de vida. con la misma sas infantiles de la plaża pública, dulzuras ausencia de penosos trances en donde puede de sol, gritos de vendedores ambulantes.
afirmarse su auténtica dureza. Porque todos los ecos de la vida en marcha, de llega a desazonarnos la excesiva blandura la aventura.
con que le fue preparado a Goethe su tránUn libro de Goethe es siempre, como ninsito por la vida. Viajó siempre en tren de guno, cierta cátedra abierta en medio de la.
lujo. Hombre feliz que desde su infancia vida en sazón. Sus miradas son dobles, de pudo contemplar olímpicamente el mundo, filósofo y. de artista. Emerson vacila en sin chapotear en sus alcantarıllas, en sus llamarle lo segundo, otros muchos se resis: Leamos estas cartas(2) alternándolas con horrendos baches, sin tropezar con ninguna ten a llamarle lo primero recientemente Wilhelm Beisber; entre ellas y el libro com verdadera congoja.
publicó Alfredo Franceschi, en Sintesis, de pletarenios el hombre. Cada uno tiene su Excepto las sublimes congojas del amor, Buenos Aires, un ensayo acerca de la filo propia felicidad entre las manos, como el lirica angustia. tan sumisamente comparsofía de Goethe. La razón es ésta: que artista la materia bruta que quiere transfor tida sucesivamente por tanto corazón fesupo hallar el punto de confluencia de las mar en una figura. Así habla un perso menino, tierno y esclavo, súbdito mejor que dos contemplaciones. la de filósofo y la del naje del libro. Asi pensaba Goethe y, lo amigo. Vuestra muy humilde y muy depoeta. todo depende de la flexibilidad de que es más admirable, así fraguó su vida vota sierva. le escribía Carlota von Stein unos límites. Fue ambas cosas; pero ocurre entera. Podándose lo arbitraio, subrayán. una de sus Carlotas al pie de un dibujo que un tema de los llamados filosóficos a él dose lo auténtico, ejercitándose cuidadosa de sí misma realizado también por ella con le servía de asunto de poema, y otro de los. mente en el arte de devenir hombre total, ayuda de unos espejos. Goethe escribió llamados poéticos le servía de punto de perfecto, tal como un día lo vislumbró Nasu Werther, es cierto, pero quien se levantó arranque de hondas reflexiones. Qué fue poleón.
la tapa de los sesos no fue precisamente el en Goethe el panteismo? Un haz de suges Libro profundo y encantador.
autor, sino otro joven infeliz, una torturada tiones líricas. Qué era, para Goethe todo Por ser profundo decepcionaba según representación de Goethe. el mismo aufragmento de adorable corteza terrestre, de el testimonio de Emerson a los aficiona tor lamentaba más tarde esta alta traición, mujer o de manzana. Un pretexto para dos a lecturas ligeras. Por ser encantador esta traición a sí mismo. Lo lamentaba preromperla y extraer de alli un concepto. Si decepcionará a los hombre de falsa grave cisamente en una de sus cartas a la segunda es verdad que decía: Las feorias son can. dad, a esos espiritus que apenas saben de Carlota. Vuelvo a leer mi Werther deciones de cuna con que el maestro hace dorgustar matices, paladear timbres originales, cia y encuentro que su autor, después de mir a los alumnos. no es menos cierto que morder con suavidad en la piel fascinadora haberlo escrito, hubiera debido meterse una sentia igual recelo hacia toda construcción de las ideas y las cosas. Oigamos nue bala en la cabeza. Otros jóvenes lo hiciede poeta, vacía de pensamiento. Su sed de vamente a Emerson. Los inteligentes lo ron; y otros, como el profesor Hasenkamp, hombre integral le hizo recorrer a veces leen a Wilhelm con delicia y maravilla le preguntarọn: inútilmente todos los caminos del conociy algunos lo prefieren al Hamlet como obra. Es usted el que ha escrito ese libro miento. Nunca, desde Leonardo, apareció de genio. sigue hablando de la suainfame?
en el mundo tal apetito de ser y conocer, vidad, de la delicadeza de los años de Goethe reconoció su debilidad. Había La redacción de Los años de aprendizaje aprendizaje. Sigue hablando, quizá, con sido piedra de escándalo. pero él nunca de Guillermo lleister se alternaba con ejer excesiva generosidad para esos años. para tropezó con ella. El autor de la novela más cicios de amor. Te doy las buenas noches esa juventud tan mimada, donde una aman angustiosa de su siglo se deslizó siemprepara consagrar algunos momentos a mi te se adquiere y se posee con igual facilidad así lo quisieron los dioses por las más Wilhelm, que también lo es tuyo.
que unos zapatos. No tropezamos, en blandas y floridas praderas. Alguna cribía Goethe a su segunda Carlota, a Car esta dirección, con el oculto enemigo de to vez lo hemos instalado entre Shakespeare lota von Stein, en otoño de 1784. en dos los libros de Goethe, de la vida del y Dostoiewski, y, entonces. cómo nos hizo la primavera de 1786 le decía: He traba propio Goethe. Este aprendizaje vital sonreir tan olimpica serenidad. jado en Wilhelm y, a cada página, pensaba no nos resulta demasiado fácil, realizado Benjamin Jarnés en el placer que tendría yo al leértela. en demasiado excelentes condiciones. Goethe, hijo ilustre de un ilustre conseClavijo jero imperial, nacido entre libros y comodi(1) Wolfgang Goethe: Los años de aprendizaje de Campana de Franciu cerco de duGuillermo Meister. Traducción de Tenreiro. Tomo Colección Criversal de Espasa Calpe, Madrid. 2) La Librairie Stock. de Paris, publicó en 1928, 1931. 310 páginas. 1, 50 pesetas. La misma editorial ha Memorias de mi vida.
traducidas al francés, una colección de estas cartas bajo el publicado de Gotthe: 31cmorias de mi vida (treş tomos. título de Letras madame de Stein, con una introducción Afinidades electras (dos tomos. La campaña de Francia de Henri Lichtenberger. dos tomus. Egmont (un torno. Clavijo, etc. esDe Goethe le ofrecemos: 75 76 Egmont.
guncia. 00 00 Conversaciones con Goethe (Eckermann) 20 Con el Alm. del Hep. An. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica