198 REPERTORIO AMERICANO. Envio del autor lismo.
vienen.
versal recompensar asi en forma decorosa a El poema. perdido Pero no me fui de la ciudad heroica, anquien ha dedicado años de su vida a acumutiguo baluarte donde se estrellaba el podelar saber o experiencia, útil en cierta medida para los demás. Pero no había parado ¿Vo te habremos de gustar. río, anglosajón, no me fui sin lablar. En Por ambición sin medida allí la hospitalidad de Cartagena sino que el local de un Colegio galantemente ofrela Legislatura compuesta de jóvenes, incon concluyé sin terminar.
el poema de la vida cido desahogué mis iras del momento. Hice taminados de rotarismo, dictó su acuerdo ver al público que rebosaba en las salas.
lo serio de la penetración puesto que lograpecuniario y lo mandó fijar en las esquinas, Porque sólo un poema existe: dictó también una resolución haciéndose escanciarnos de la vida, ba destruir, falsificar un acuerdo de la sosolidaria de mi campaña por el despertar la fruta está ya exprimida, berana legislatura de Cartagena. Aplaudia el público indignado, dándose apenas cuenta de la raza y la defensa contra el imperia primavera ja no viste Quién habla de eternidad?
de una situación contraria al temperamento colombiano y, de pronto, en un silencio se Quizás esta adhesión me perdió. Yo Qué ha sido pues del sentido oyó un grito: Viva Calles. Era un gordo tengo mi lista mental de las personas que de la tar dicha existencia?
cualquiera. empleado de la Andian, grime ayudaron en Colombia y son tantas que ¡Cuando todo ya se ha ido, tó el público, y sin ceremonia lo echaron he preferido trasladar mi gratitud al país pretendemos empezar. fuera. Probablemente rotario de Cartageentero. Ahora doii Eduardo se ha encarga Si vivir ya no sabemos, na, pienso yo ahora. El incidente dió a nudo de recordarme algunos nombres para si la vida es vanidad, chos la clave. pero fue más grande el con quienes estoy sinceramente obligado; si dicen de Ti: Clemencia, enojo, la indignación pública que el enojo pero yo quisiera averiguar, don Eduardo por qué mi poema, existencia, y la indignación mías. amé a Cartagena no me ayudó para el caso, aunque se lo re 110 me has dejado empezar?
esa noche.
feri en aquella ocasión, de dónde procedió Max ;Jiménez Ya ve Ud. entonces, mi querido Luis la orden a las autoridades de Cartagena Octubre, 1981. Eduardo, porque como Ud. lo reconoce, yo.
para que apresuradaniente deshicieran lo demuestro cariño a Colombia. hecho, como se verá en seguida. Pueden guntó al Gobernador sobre la suerte del de. Sólo que esta Colombia que yo quiero y estar tranquilos sin embargo, los rotarios; creto pendiente de ratificación, el señor con la que estoy en deuda no es precisamenyo sé tener calma y no desespero de que la Gobernador declaró que éste estaba apro te la Colombia Rotaria que usted nos desverdad en detalle se abrirá paso. Por ahora bado, pero que no mencionaba mi nombre cubre. Me quitaron en Cartagena dos mil seguid escuchando lo que se supo de hecho, sino sólo. votaba una partida para agasajar dólares, pero no me quitaron los corazones lo que se vió a plena luz.
huéspedes distinguidos y mi persona cartageneses. Acuérdense de esto los Sucedió que después de tan brillantes afirmó el señor Gobernador. No es dis panamericanos, en los días que preparativos, cuando llegué a la estación tinguida. le interrogaron. No es diplo El párrafo más desafortunado del esde Cartagena, no aparecían los Comisiomático. repuso.
crito de don Luis Eduardo es aquél en que nados para recibirme. Entre los tres o En prueba de alteración de un texto de dice: Da la coincidencia desconcertante cuatrocientos escolares que generosamente ley en mi perjaicio tengo el testimonio de de que fueron rotarios quienes mejor le ayume aguardaron, hubo alguien que me indiuna ciudad y los mensajes del corresponsal daron en su propaganda. La invitación a cara el nombre de un Hotel y para allá me del Tiempo, que se mostró muy franco y Colombia se la hizo Eduardo Santos, Difuí con mi único acompañante, mi generoso sincero en el caso. Véase el Tiempo de fi rector de El Tiempo y rotario desde su amigo, Luis Enrique Osorio.
nes de abril del año mil novecientos treinta. fundación. entre los amigos de todos los En el Hotel empezaron las explicaciones, Nunca olvidaré el afecto leal de aquel instantes, oyentes de sus conferencias, estodas ellas desautorizadas, pero verídicas. joven profesionista de Cartagena, mi acom tuvimos entre otros rotarios, el maestro Se me mostró el ejemplar del Diario de la pañante de la primera noche que pasé en el Sanin Cano, Luis López de Mesa, Pablo Costa. Me saludaban, me declaraban su co puerto. Desde el día siguiente me acompa de la Cruz y el autor de estas líneas laborador, sin duda porque durante años ñó además de Luis Enrique Osorio, el re Será muy rotario, pero no me parece nada sin mi autorización y sin pagarme habían belde venezolano Aristeguieta de la más bogotano, eso de citar en apoyo de una tesis estado reproduciendo mis colaboraciones de pura nobleza de Hispanoamérica. No ol los favores otorgados al contrincante. No El Tiempo de Bogotá. pero me adver vidaré jamás mi paseo férico, por la ciudad, quiero que el recuerdo gratisimo de la cotían que estarían en contra mía si yo tenía para mi desierta. arrepentida de verme, mida que don Luis Eduardo Nieto Caballero el mal gusto de ir a atacar a los norteameri pero todavía opulenta en su vieja arquitec me ofreció en su hogar, se empañe con la canos en instantes en que se inauguraba la tura, noble en sus plazas, singularmente sugerencia de que iba a vedarme, esa bon.
política sabia del acercamiento, etc. etc. atractiva en sus interiores iluminados y dad, mi libertad de criterio en cualquier Yo no llevaba la menor intención de atacar abiertos al calor del trópico. Mi buen acomasunto.
No insisto. Por fortuna a asi en masa a los Estados Unidos, país que pañante no advertía el deleite con que yo Sanín Cano lo conozco y lo admiro de todo conozco mejor que los que sólo lo han visto evocaba la grandeza española de aquella pla corazón sea o no sea rotario. Hombres desde el mundo cerrado de la diplomacia. za fuerte y pensaba su retorno a la gran como él y como Eduardo Santos, López de No era mio propósito atacar a los Estados deza a pesar de las gentecillas menudas del Mesa, de la Cruz, y el propio Luis Eduardo, Unidos ni me preocupaba la política local momento.
Mi joven amigo detenía de están por encima de los membretes que las del instante, ni le tenía la menor antipa pronto la marcha, para exclamar. esto es circunstancias les pongan. Lo que no re. tía. pero pongo al más sereno en mi caso horrible, esto es una vergüenza. a dónde şulta digno de ningún Caballero, mucho mevamos a ir a parar.
y estoy seguro, enfrente a tales provocacio¿Sería orden de Bo nos de don Luis Eduardo, es el argumento nes gratuitas y serviles, contestaría lo que gotá. Sería la Andian. Sería el Minis de que por tener amigos rotarios, no se deba contesté.
por escrito al Diario en cues tro de México. y bajando la cabeza, censurar el rotarismo.
tión, por medio de su reportero.
levantaba las manos en actitud de catástro Es cierto que don Eduardo Santos, no Algunos diputados firmantes del decreto fe. Vainos, le dije, lléveme a beber agua sólo me invitó a ir a Colombia, sino que me nos visitaron, algunos caballeros indepen de coco en alguna venta de negros. por. hospedó en Bogotá y me obsequió un pase en los servicios de aviación de la Scadta, dientes nos hicieron un instante compañía; que lo que es por aquí, en los cafés bien, van antes de dos horas habíamos averiguado el a ofrecernos soda embotellada en la Nueva el cual utilicé de Barranquilla a Girardot.
cambio súbito del panorama. El decreto Jersey. i, Pero aparte de estos servicios personales, yo Arriba las estrellas se reían en un cielo le agradezco a Santos sus campañas antilegislativo estaba siendo retirado de las esimperialistas en El Tiempo de Bogotá y quinas. y cuando al día siguiente se pre profundo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica