382 REPERTORIO AMERICANO. en ocasiones, asume posturas de ma libros citados y con la cual se asegura.
de ante la vista el libro, el mirar claro drigal, rasgos de cuento de hadas, como López Picó un lugar enteramente pro vivas las formas naturales, muchas.
en este Presente del poeta: pio entre sus émulos.
Hablar queremos y el coloquio salta No cabe dar idea, aquí, de esos can: de una sola certeza, único amparo: Con un rayo de sol, con la más chica tos mayores, que no revelarían lo que decir: Señor. sabiendo que tú escuchas: gotita de rocío al cabo de él, son algún fragmento o resumen; pero sí yo le haré a vuestra niña un cascabel: de los sonetos en que se halla al hombre La visión de este Dios silencioso sigue nunca deje de oir cómo repica.
frente a su vida y su muerte, frente a en los sonetos complementarios de la se condensa en estampas impersonasí mismo y frente a Dios: primitiva Ofrenda, que son de 1930, de la Op. XXIV: les su agudeza de visión que comunica, a la realidad una vibración luminosa, Yo detener mis pasos no sabría.
Sigo adelante, solo, mi camino, La vida en dos caminos. La hosquedad como en el epigrama De la gaviota: sin hacer caso de apariencia fría, de un silencio en que Dios trabaja y calla; Sobre las aguas tersas, fino y cortante, flota y lejos de mi propio me imagino.
y a otro lado, imponente, la batalla su vuelo, blanca hoja de puñal damasquino, Mas ocurre que a darme compañía de mi coloquio con la soledad.
Escenas diferentes en un drama, y en las olas, combadas cual pecho femenino. llega la voz profunda del destino nda herida de luz abre la gaviota.
y me dice: Oye bien: tu lejanía coloquios y silencios, Dios y yo.
dejó el pasado, y vivo a ti se vino.
Cuántos comparsas piden puesto, y no ya suscita, en derredor de una figura, tornan el zumbido y el ardor.
osan vestir la túnica de llama!
sea una pecadora, la idea misma del de aquellas horas que creía muertas, el desenlace que jamás se ve, pecado, en su simbolo eterno. De una y empiezan a vivir en derredor, camino errado que seguí consciente, cortesana sola en un coche: Fui de mí, con mis actos, fundador.
pregunta siu respuesta coherente: De lo que hice traspasé las puertas: buscaba a Dios, conmigo ine encontré; Es tu miraila vanidad estulta; hoy es cuando lo miro con temor.
si a mí me busco, un punto se me deja: mas cansada por fin del insistente linde en que Dios de mí ya ni se queja.
mirar, con lenta gracia de serpiente, Así es la primera Ofrenda. En la Rete recoges y quedas toda oculta presa, no es sólo aquella exploración inFaltan en estas notas reflejos de los detrás de tu mirada indiferente.
instantes de emoción civil que surgen a tima, sino el temblor de la Elegia, quizá través de la inspiración más íntima, o Sin que falte; de pronto, la nota íntima, el más bello de sus cantos, compuesto de líricas enlazadas entre sí, lo que se que le dan nuevo color, y de la poesía.
de confesión, qne saca el corazón a prihogareña aunque algo se atisbe, en su mer término y descubre su llaga, aunpercibe: dice en la Elegia: manera trascendental, en el fragmento que el que hable no sea el poeta, sino Tu silencio, escondrijo, nos recata citado del Cántico sereno. Pero LópezEl arrepentimiento: contra el castigo, que es casi animal, Picó no es un poeta que ha cerrado ya Señor, mi cuerpo castigué cuando ves que el pavor nos arrebata el ciclo de su obra. Se renueva constanpresintiendo el vecino temporal: temente, ahondando en sí. Y, junto a eposo no hallé. Tú nos lo alejas, Dios, y la ruina sus actividades adjetivas, tampoco abanque el recuerdo de mi pecado diaria el cuerpo no marchita así.
donadas, corre todavía abundante la yecomo perfume envenenado del cuerpo no me lo quité. aceptamos la vida que declina, na de su poesía cardinal, en ondas lensin que el dolor inanche la paz, por ti. tas y anchurosas, como las del río que Es este mi arrepentimiento Tú, Dios callado. luego ve, si falta se acerca a la desembocadura, y mi remordimiento, que el recuerdo de mi pecado, Enrique Dle Cane do como perfume envenenado, Madrid, abril de 1931.
en mi carne vivo lo siento.
Aquí se siente ya una nota que luego el poeta hará vibrar por cuenta propia El retorno a Lastarria en los libros capitales de su lírica, en (Viene de la página 350)
que se reflejan, de una parte, los afec tos del hombre, seguros y purificados, a cuando la pasión y el interés urgeri. Chile durante tantos años. En uu arpartir del Cántico sereno, en donde proLastarria seguramente no lo dió; pero tículo de El Araucano sobre el Bosquejo clama la trascendencia del amor. nadie puede asegurarnos de que sus dis Histórico de Lastarria tantas veces citado,. Tal te contemplo, mujer, cual si espejo cípulos caso de tenerlos hubiesen man Bello decía: fuera del mundo tu quieta mirada; tenido la integridad del maestro. La Primero es poner en claro los hechos, luego y más allá la eternal complacencia.
Memoria del año. 44 y el Bosquejo his sondear su espíritu, manifestar si encadenay el amplio gesto del gozo bendito; tórico de la Constitución del Gobierno de miento, reducirlos a vastas y comprensivas la percepción de las cosas eternas, Chile. de 1810 hasta 1814, así como generalizaciones. Las leyes morales no pueden cuando ante ti se liberta mi polvo su Juicio Histórico sobre Portales este rastrearse sino como las leyes de la naturade los diarios, dispersos apremios, por otras razones, no cuentan ya como leza física, deletreando por decirlo así, los cual si la muerte mi lado buscara.
trabajos históricos. En efecto, esos his fenómenos, las inanifestaciones individuales.
toriadores que Lastarria considera infe Aquellas sin duda nos harán después comEsta solemnidad de tono, esta evoca riores. los que se han perdido «en la prender mejor las individualidades; pero sólo ción de lo eterno junto a lo temporal y narración de consejas vulgares. han por medio de estas podemos remontarnos pasajero es ya condición inherente a la acunulado datos que invalidan las con la sintesis que las compendia y formula.
poesia de López Picó, en sus cantos clusiones del autor de Recuerdos litera. Obras completas de don Andrés Bello. Vov criticos.
mayores, la Elegia, de 1925, la Invoca. rios. Lastarria, en lumen VII. Opúsculos literarios suma procedió con Pág. 101. ción secular, de 1926. el recentísimo Epi. precipitación y sin suficiente dominio talamio; de los tres libros de sonetos, La de la materia histórica que quiso plas Más adelante, en vista de nuevos arOfrenda, La nueva ofrenda, Secuencia de mar a su capricho.
gumentos que acopiaba don Jacinto Chala primera ofrenda que contienen algu Esto lo previó con clara mirada el cón, defensor de Lastarria, en favor de nas de sus más profundas notas líricas, señor Bello en sus trabajos de impug la teoría de éste, el señor Bello aclaró al lado de las cuales aun no se agota nación a Lastarria y en otros escritos y completó su pensamiento en varios la inspiración plástica de que brotaron que surtieron el mismo efecto. esas artículos que son el punto de partida los epigramas primeros y florece una páginas ocasionales donde, sin enbargo, de nuestra historia y que en esos mocorriente de poesía en formas populares resplandece la sin igual cultura huma mentos de preparación y de alumbray giros graciosos, menos penetrante sin nística y científica de don Andrés, se miento de la generación de nuestros duda que la solemne maciza expresión debe el nacimiento de la historia ena grandes cronistas tuvieron una imporde poeta difícil que se admira en los morada de los hechos que ha padecido tancia no igualada.
y Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica