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282 REPERTORIO AMERICANO Sinclair Lewis: Calle Mayor. Historia de Carol Kennicott. Taducida del inglés por Carlos de Onis.
En la serie Novelistas nuevos, y en cuanto hemos tenido una de sus obras, puede asi penetrar lo que hay de eterno en la hemos leído y meditado.
el alma y el pensamiento humanos. Estas Contando nuestra. reflexión podremos generaciones sentirán el dolor de Hinkeinteresar a algún lector por la obra de Toller: Hinkemann es la tragedia que no mann, como lo sentirán también las que en Jo porvenir reflexionen en él con ánimo muere, porque no ha salido de un mundo liğero a regocijar o a entristecer a hombres comprensivo. Toller hizo brotar de su gey a mujeres que viven solo el minuto que nio creador la obra de perennidad inmarpasa. Es tragedia de todos los tiempos y cesible.
Juan del Camino Cartago y noviembre del si.
ITunga de Ilinkemann, por Ernest Toler.
Precio 3, 50. Con el Adr. del Rep. An.
Nuestro amigo Don Antonio Médiz Bolio nos ha entregado, por encargo del autor, esta obra meritoria: Un siglo de poesias beiga. Por Francisco Castillo Nájera. Aguilar, Editor, Nadrid.
Historia, Notas críticas, biográficas y bibliográficas, Traducciones.
Prólogo de Juan Jos Tablada.
Bibliografía titular (Registro semanal, extractos y referencias de los libros y folletos que se reciben de los Autores y de las Casas editoras)
Un nuevo autor costarricense: Guillermo Ortiz Sequeira. Leda se llama la novela que acaba de remitirnos. Imp. Ujueta. San José, Costa Rica. 1931.
Dr. Diego Carbonell (188, Rue de la Victoire, Bruxelles. 1830, Editorial Le Livre Libre, Paris. 1931.
Jesús Castro (México. Mirra de primavera. Versos. 1931. Dos libros de la Editorial Cenit, de Madrid: El trabajo rojo. El nuevo obrero de la Unión Soviética. por varios autores.
En la serie Documentos vivos Margarita del Campo: La sombra del hijo. Poemas en prensa. 2da. edición.
Buenos Aires Con la antora: Burzaco.
Rep. Argentina.
Hugo Ricaldini: Ladrillos rojos (Estampones. Carátula y dibujos de Sgarbi.
Impresora Uruguaya, Montevideo 1931.
Con el autor: Juan Paublier 1027 Montevideo. Uruguay, Angel Caballero Martin: La Universidad en Santa e. Prólogo de Jesús Gallán Santa Fe. Rep. Argentina.
Extractos y otras referencias de estas obras, se darán en ediciones posteriores, Cortesía de los autores: Juan Carlos Sabat Pebet: Rodó en la catedra, Publicación de la Asociación José Rodó, Montevideo. 1931. Envio del autor. Los juguetes rústicos que Un dia me hallé un susto.
solado y con hambre desesperandivertían a la influencia de cuazada (que es lo peor. me fui; tro manos infantiles, que alecon las manos entre las tolgraban dos corazones, quedaron sas, caminando despacio, pensaba: trágicamente sobre las dos solas no, hoy no hago sufrir a mimanos mías y por eso los abomamá; al entrar le dire: ya co. rreci de corazón. Sin juguetes, mí, me gané un cinco y como isin compañero de juego, fui un tenía mucha hambre, compré una niño sin alegría. Me vein el sol empanadilla y. perdóneme, madesde el ocaso, diariamente, momacita, que no se lo traje. Ella, mologando triste al abrigo de un natural, me va a perdonar y a árbol do agliacatė, en el fondo buscar comida para uno menos.
del solar.
Yo pasaré de paso y allá, en el Después, Dios continuó bananfondo del solar esperaré, con do de su misericordia mi casa: toda la fo que me permita el: mamá se fué consolando y yo estómago, a que Dios me tire un mismo, hice paz con los juguebollo de pan. Yo había oído detes. Pero vino. la revolución de cir que la fe mueve montañas Tinoco y apartó de nuestra casa, y con la lógica inocente pensaba: por largo tienpo, a mi papá. Es. es claro que me lo tira. cómo perancita estaba recién nacida.
va a ser más fácil para Dios Busqué los juguetes porque eshacer un terromoto que tirarme taba triste; ahora tenía que busun bollo de pan. Cuando, en car la tortilla y los frijoles, poreso ¡Jesús mo valgal; en el suelo que sentía hambre.
al alcaneo de mis manos, regaSupe entonces lo que duele lándoseme, había un billetazo de pedirle comida a la mamá y oírla a veinticinco céntimos, así do contestar entrel sollozos: Hijo, tamañote como un periódico! Lo quisiera ser comida para saciarte. junté y, lo besé. que va. lo el hambre. Madera de Amigheiti mordí.
Uno, dos. tres días y el fue(Si el dueño me lo hubiese go apagado. para que encenderlo? Yo que dieron las. doce; no lloraba el chi podido en ose momento, caigo redondito.
iba donde la Chepita Centeno, donde quito para llegar a mecerlo, ni se ofre muerto definitivamente. dona Blanca, a la casa de mis tías y me cieron inandados, ni hubo que barrer el Una bala no pudo ir en menos tiemsentába en el quicio de la puerta para patio, como ayer, ni nada. Oi el ruido po que yo a mi casa; cuando llegué, ver si se les ocurría enviarme a hacer de los tenedores y de las cucharas en me fue imposible decir palabra; tiré el algún mandado y ganarme mi cinquito.
la mesa, el de los taburetes cuando se tesoro en las piernas de mamá, sobre Cuando lo conseguía, regresaba a mi casa estaban levantando los comilones y, fila recién nacida que mamaba sangre.
feliz y con aires de Colón el 12 de Ocnalmente, el alboroto que hacia la sirvionta lavando los trastos. Entonces desconme fui derechito, no al solar, sino a la tubre de 1492. Desde la puerta impa.
cama y allí, oculta en la chamarra mi ciente atala yaba mi hermana.
Adán Guevara cabeza, abrazado a mi mamá y a mis Uu día me estuve en el quicio hasta Heredia. 1981, hermanas, lloramos juntos un buen rato Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica